Blue Jasmine (ídem, 2013) de Woody Allen.

“La vida es un proyecto estúpido y sin ningún tipo de sentido. La única manera de sobrevivir es contarse mentiras”.
(Woody Allen)

Tras sufrir una fuerte crisis nerviosa, Jasmine (Cate Blanchett) se traslada a San Francisco para instalarse en el apartamento de su hermana Ginger (Sally Hawkins). Allí, mientras trata de empezar una nueva vida, recuerda su pasado glamouroso en Nueva York junto a su marido (Alec Baldwin).


Blue Jasmine, estimable aunque sobrevalorado último trabajo de Woody Allen, es una tragicomedia, más trágica que cómica, que gravita en torno al deterioro psicológico de su personaje principal: una espléndida y atribulada Cate Blanchett que emula a la Vivien Leigh de Un tranvía llamado deseo (A Streetcar Named Desire, 1951), de Elia Kazan. Parece evidente que el autor de Annie Hall, ha debido inspirarse en la obra del dramaturgo Tennessee Williams para elaborar el guión del filme que nos ocupa, cuyo título supone un juego de palabras entre el nombre de la protagonista y el clásico musical Blue Moon, al que se hace alusión en determinados momentos del metraje.


Desde el punto de vista narrativo, la película está muy bien estructurada, alternando el presente de Jasmine en San Francisco con su pasado en Manhattan. De ese modo se pretenden mostrar las diferencias de su modus vivendi en un sitio y otro, así como las causas de su actual estado socioeconómico y mental (es una adicta a los antidepresivos y en ocasiones habla sola). El contraste entre esos dos mundos tan dispares, es el elemento clave de la trama en el que Allen insiste de manera bastante obvia y poco original. Esa alternancia temporal, permite que lo mismo veamos a Jasmine siendo anfitriona de una fiesta a la que acude lo más florido de la clase alta neoyorquina, como asistiendo a otra, en San Francisco, desesperada y en busca de un buen partido al que enganchar. Allen se centra tanto en su personaje principal, que el resto de caracteres, casi anecdóticos, apenas sirven de contrapunto al mismo. Incluyendo a un Alec Baldwin, estafador de estafadores, en un rol que recuerda al de Bernard Madoff.


En definitiva, un filme interesante aunque falto del ingenio al que nos tenía acostumbrados (hace mucho tiempo, eso sí) el popular realizador neoyorquino. Habrá que darle una nueva oportunidad.


1 comentario:

  1. Me ha parecido una película dentro de los estándares del últmimo tercio de la filmografía de Woody Allen pero en ningún caso la obra maestra que algunos nos quisieron vender. "Match point" es muy superior.
    Además, tampoco está del todo conseguido, de cara al espectador, el desequilibrio mental de Jasmine, sobre todo si lo comparamos con los personajes de Blanche, al que citas, o Norma Desmond (palabras mayores, claro).
    Saludos.

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