“Es
muy duro querer algo hasta el punto de no ser capaz de vivir sin ello. Si no lo
consigues, es duro. Y si lo consigues, es más duro aún”.
Siglo
XIX, colonia portuguesa de Macao, en China. Charles Clay (Orson Welles) es un rico
comerciante americano, obsesionado con la idea de hacer realidad una antigua
leyenda contada por los marineros: la de un viejo rico sin heredero, que
ofreció a un marinero pobre cinco guineas de oro a cambio de pasar una noche
con su joven y bella esposa.
Este
mediometraje, realizado en principio para la televisión francesa, aunque finalmente terminaría estrenándose también en salas comerciales en su versión inglesa (con
siete minutos más de metraje), adaptación de una obra de la escritora danesa
Karen Blixen, supone uno de los trabajos menos conocidos de la filmografía de Orson Welles. Se
trata de su primera película en color, algo que nadie podría intuir dada la
riqueza cromática de su puesta en escena (excelente fotografía de Willy Kurant).
El filme, de una atmósfera poética y onírica próxima a la ensoñación, indaga en
temas como las relaciones de poder entre los hombres o la frontera que separa a
la realidad de la ficción.
Existen
en Histoire immortelle, filmada a caballo entre París y el municipio madrileño de Chinchón, dos
dimensiones o capas dramáticas (la real y la ficticia) que se entremezclan por
obra y gracia del señor Clay, sucedáneo de otros personajes wellesianos como el
Charles Foster Kane de Ciudadano Kane
o el Gregory Arkadin de Mister Arkadin.
Clay, obsesionado con los “hechos”, quiere convertir en hecho (o realidad) una
antigua leyenda contada por los marineros de medio mundo. Para ello, él mismo
asumirá el papel de uno de los personajes de la historia, el del viejo rico sin
herederos que pretende que un marinero desconocido pase una noche con su joven
esposa para dejarla embarazada. Clay, como no podría ser de otra forma, se
adjudica para sí el rol central de la trama; el de demiurgo que hace y deshace a
su antojo el destino de los demás. Es su único modo de aliviar una existencia
vacía y solitaria, ajena por iniciativa al amor y a la amistad. Los otros dos
personajes de la leyenda, los de la mujer del viejo y el marinero pobre, serán
encarnados por Virginie (Jeanne Moreau) y Paul (Norman Eshley), siendo este
último un marinero de verdad al que Clay recoge en una calle adyacente al
puerto. El personaje que sirve de nexo de unión entre las dos historias (real y
ficticia), es el de Elishama Levinsky (Roger Coggio), el triste contable judío del
señor Clay.
Se
pueden apreciar a lo largo de Una
historia inmortal, algunas de las constantes formales que caracterizaron al cine del autor de Sed de mal, como el uso de
la profundidad de campo, la utilización repetida de planos picados y contrapicados,
las angulaciones de la cámara o los primeros y primerísimos primeros planos del
rostro de los personajes (véase la bellísima y atemporal secuencia de cama
entre Virginie y Paul en el aposento de Clay).
Por
último, además de mencionar que toda la película está envuelta por las notas del compositor francés Erik Satie, destacar la interpretación de ese enorme (en todos los sentidos) actor
que era Orson Welles. Resulta imposible olvidar al decadente señor Clay sentado en su
poltrona cual primitivo tirano, bastón en mano.
La edición de A Contracorriente Films
Vi esta película hace muchos años pero recuerdo vivamente la belleza de sus imágenes.
ResponderEliminarSaludos.
No me extraña, porque plásticamente es uno de los mejores trabajos de Welles.
EliminarUn saludo.
Cuando vi esta película me hizo enamorar del cine -y de Jeanne Moreau.
ResponderEliminarUn verdadero ejercicio de poesía cinematográfica.
¿Quién no se ha enamorado de Jeanne Moreau?
EliminarUn saludo.
Excelente. A este blog solo le haría falta "Citizen Kane" para cubrir las esenciales de Welles, ¿o sería un paso demasiado obvio?
ResponderEliminarEso también me hace pensar en algo respecto a Tarkovsky: ¿nunca te pasó por la mente hacer una lista de él? Me parece que, contando unas películas que hizo de estudiante (si es que es posible verlas, nunca las he buscado) y su documental, saldría el hierático número 10. No sé que pensarás al respecto.
Saludos.
Se podría hacer una lista de Tarkovsky, pero el único interés de la misma radicaría en el puesto que ocupa cada película.
EliminarUn saludo.
He leído en algún sitio que Welles adoraba a la escritora Karen Blixen, así que me apetece mucho ver esta adaptación de la obra de la autora de "Memorias de África". Y es la única película de Welles que me falta por ver; de las que dejó terminadas.
ResponderEliminarUn saludo.
Welles llevaba años intentado adaptar a Blixen. Si es la única del autor de 'Ciudadano Kane' que te falta, no te la pierdas.
EliminarUn saludo.
Ricardo, buenas y santas, excelente blog. No he visto la película que reseñas, aunque sí he visto varias de Orson Welles. En mi opinión el bueno de Orson estaba sobrevalorado, no por ostentar maestría puede perdonarse que la mayoría de sus películas estén dañadas por el estudio o (en el caso de "Campanas de Medianoche") directamente mal rodadas. Con todo, me gusta, y su mejor película, en mi opinión, es "Sed de mal". ¿Qué te parece? De nuevo, felicitaciones por el blog.
ResponderEliminarEl problema de las películas de Welles es que casi siempre fueron recortadas en la sala de montaje. A eso hay que sumarle que muy a menudo rodaba con pocos medios. Mi favorita es 'Otelo'.
EliminarUn saludo.