“El
poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a
otra”.
(Karl Marx)
Wyoming, 1890. James Averill (Kris Kristofferson), marshal del condado de Johnson, debe hacer frente a una poderosa asociación
de ganaderos a la que pertenece su viejo amigo William C. Irvine (John Hurt), la cual ha decidido contratar a un grupo de mercenarios, entre los que
se encuentra Nathan D. Champion (Christopher Walken), para que terminen con la
vida de decenas de inmigrantes llegados desde de Europa del Este, a los que se
acusa de robar cabezas de ganado.
Heaven´s Gate,
de Michael Cimino, es un título maldito fundamentalmente conocido por ser el principal
causante del hundimiento de la compañía cinematográfica United Artists, fundada en 1919 por Charles Chaplin, David Wark
Griffith, Douglas Fairbanks y Mary Pickford. La película, que costó alrededor
de cuarenta y cuatro millones de dólares y apenas pudo recaudar cuatro, supuso
un descalabro económico sin precedentes, sumiendo en la ruina a la mítica productora,
que terminaría siendo comprada por la Metro-Goldwyn-Mayer, y acabando con la
carrera de su director, desde entonces más conocido por sus radicales cambios
de imagen que por su faceta como cineasta. Pero si dejamos atrás esa mala fama
que la precede (injusta a tenor de su categoría cinematográfica), y disfrutamos
de su montaje original (el de su premier en Nueva York y no el posterior y mutilado
que terminó estrenándose en las salas), nos encontraremos con una obra monumental
que combina con maestría lo épico y lo íntimo.
En
La puerta del cielo, el autor de El cazador (The Deer Hunter, 1978), cinta que lo había consolidado como un
cineasta de enorme prestigio en Hollywood, traslada el concepto tradicional marxista
de la lucha de clases al ámbito del western,
inspirándose para ello en un acontecimiento histórico vergonzoso: la guerra del
condado de Johnson (1892) que enfrentó violentamente a ganaderos y colonos con
el beneplácito del gobierno estadounidense. El guión, escrito por el propio
Cimino, parte de un planteamiento ideológico algo maniqueo en su conjunto, pero
que se redime gracias a la profunda ambigüedad que otorga a sus tres personajes
principales: el marshal James
Averill, que perteneciendo a una acomodada familia de Massachusetts no sabemos
cómo ha acabado convertido en un solitario agente de la ley en el Salvaje Oeste
(todo apunta a un fracaso matrimonial durante su juventud); la prostituta Ella
Watson (Isabelle Huppert), una inmigrante europea que regenta un prostíbulo en
las afueras del condado; y el mercenario Nathan Champion, frío cuando mata a
colonos y tierno cuando corteja a Ella, que también es objeto del deseo
amoroso de James. Los tres (unos estupendos Kristofferson, Walken y, sobre
todo, Huppert) conforman el triángulo amoroso que constituye la esencia
dramática de la película. Porque Heaven´s
Gate es, por encima de todo, un filme bellamente romántico en la acepción
más trágica del término.
Cimino
muestra una gran sensibilidad en la composición de cada plano, rozando sin
tapujos el preciosismo en busca de la perfección estética (precisamente fue ese
afán de perfección del realizador, el que disparó los costes de una producción
ya de por sí costosísima). Valgan de ejemplo sus hermosas panorámicas del
paisaje natural, sus espectaculares planos generales, sus complicados planos
con grúa o las numerosas escenas de interiores que por su contrastada
iluminación recuerdan a los cuadros del pintor italiano Caravaggio (extraordinaria,
insuperable fotografía a cargo de Vilmos Zsigmond). Todo el filme posee una
atmósfera poética y desencantada. La misma que prevalece en el recuerdo de
quienes han visto pasar sus mejores años pensando en las oportunidades perdidas que ya no volverán.
La puerta del cielo
es un título clave en la historia del cine estadounidense moderno. Su
estrepitoso fracaso ha sido utilizado infinidad de veces como ejemplo de lo que
puede llegar a pasar si se deja una producción de esta envergadura en manos de
los deseos de un director. En Hollywood, la libertad artística quedó herida de
muerte tras su estreno. Nos queda, al menos, el consuelo de poder disfrutar de una
gran película a la que el paso del tiempo ha tenido el buen gusto de colocar en
el lugar que siempre mereció.
El fracaso de "La puerta del cielo" constituyó una tragedia en la medida en que proscribió las superproducciones de autor.
ResponderEliminarPor cierto, en la sinopsis has escrito William Hurt cuando querías decir John Hurt.
Saludos.
Hola, ricard:
EliminarDisculpa, me he liado con los Hurt y con el nombre del personaje :). Gracias por avisar.
Saludos.