“El crimen hace igual a
todos los contaminados por él”.
(Lucano)
La
familia Carbone se ha enriquecido gracias al tráfico de drogas. Luigi (Marco
Leonardi) y Rocco (Peppino Mazzotta) encabezan un negocio del que con el paso
del tiempo se ha ido alejando Luciano (Fabrizio Ferracane), el mayor de los
hermanos. Sin embargo, el hijo de éste, Leo (Giuseppe Fumo), ansía formar parte
de las actividades de sus parientes.
Anime nere,
del realizador romano Francesco Munzi, constituye un notable drama con
resonancias de tragedia clásica centrado en una familia perteneciente a la ´Ndrangheta, término con el que se
conoce a la mafia calabresa (no confundir con otras organizaciones criminales como la Cosa Nostra de Sicilia o la Camorra de Campania). La cinta, que recientemente ha arrasado en los premios
David de Donatello al ganar nueve estatuillas (incluyendo las de mejor película
y mejor director) de las dieciséis a las que aspiraba, se distancia bastante de
los relatos más convencionales que sobre el mundo de la mafia ha legado el cine,
optando por una visión áspera, realista y atávica de los acontecimientos expuestos.
El
guión, obra del propio Munzi, Fabrizio Ruggirello y Maurizio Braucci a partir de la novela Anime
nere (2008), del escritor Gioacchino Criaco, tiene su punto fuerte en la descripción
de ambientes y personajes. Al contrario que otros títulos del género, el
presente filme discurre desde lo general (los negocios de la familia a lo largo
y ancho del mediterráneo con los que se inicia la película) hasta lo particular
(el regreso de los Carbone al montañoso pueblo calabrés del que son originarios).
Una acción del joven e impetuoso Leo, que, en contra de la voluntad de su
padre, aspira a parecerse a su carismático tío Luigi, será la que desencadene un
conflicto entre distintos clanes familiares. Lejos de los efectismos
argumentales, narrativos o de técnica cinematográfica propios de este tipo de
producciones, Munzi se limita a narrar su historia de manera pausada, casi antropológica,
priorizando siempre la dimensión psicológica de sus personajes y la motivación
de sus acciones. La mezcla de actores no profesionales con otros que sí lo son
(excelente todo el reparto, por cierto), favorece esa sensación de verosimilitud
que el director parece buscar en todo momento. Por otro lado, atendiendo a lo meramente
formal, la puesta en escena resulta sobria, sin ornamentos; mientras que la atmósfera
es tan densa y sombría como la de un cuadro tenebrista.
Excelente, se disfruta de principio a fin. Nuevamente muy buena crítica y recomendación, se agradece. Saludos desde Chile!
ResponderEliminarMe alegra que la hayas disfrutado, Sebastián. Es realmente buena. Saludos para Chile y felicidades por el triunfo en la Copa América.
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