“El
camino de la espada es despiadado. Las virtudes piadosas no desempeñan ningún
papel en él”.
China,
siglo IX. Tras años exiliada en un monasterio bajo las enseñanzas de una monja,
Nie Yinniang (Qi Shu), convertida en una asesina implacable, regresa al hogar familiar con
una misión: matar a su primo Tian Ji´an (Chen Chang), gobernador de la
provincia de Weibo.
A
todas luces deslumbrante incursión del realizador taiwanés Hou Hisao-Hsien en
el género wuxia merecedora del Premio
al Mejor director en el pasado Festival de Cannes. The Assassin se vale de una plástica visual asombrosa para, aunque
resulte paradójico, adentrarse en el conflicto interior de su personaje
principal: una joven hábilmente instruida en las artes marciales y el uso de la
espada, que deberá elegir entre ser fiel a su maestra o ser fiel a su familia. Entre su don y sus sentimientos. O lo que es lo mismo (y aquí radica su drama), elegir entre dos modos de
traición. La película, ambientada en tiempos de la dinastía Tang (618-907), ha
sido rodada en espectaculares escenarios naturales de China, Taiwán y Japón.
El
impresionante blanco y negro del prólogo, en el que, obedeciendo a las
instrucciones de su maestra, se muestran las virtudes (destreza) y defectos (emociones) de Nie
Yinniang como asesina, deja pronto paso a un estallido de color con la llegada de
la protagonista a la provincia militar de Weibo para cumplir su misión. Transcurre un período histórico en el que el
poder de la dinastía Tang se tambalea, poniéndose en tela de juicio su dominio
sobre provincias poderosas como la de Weibo, gobernada por el impetuoso Tian Ji´an.
La cámara de Hsiao-Hsien se mueve de manera muy lenta, casi imperceptible, desplazándose
entre las cortinas de seda que envuelven al palacio del gobernador. Muchas
composiciones de interior, inspiradas en las pinturas de la época y recreadas hasta
el más mínimo detalle, se filtran precisamente a través de esas cortinas, lo
que otorga a las escenas un carácter etéreo, como de ensueño. La fotografía de
Mark Lee es bellísima, sobre todo en las secuencias de exteriores, donde los
planos generales de Hsiao-Hsien hacen que la naturaleza luzca como pocas veces
se ha visto en una pantalla de cine. Naturaleza, por otra parte, siempre
presente en a lo largo del filme gracias a la agudeza con la que son captados sus
sonidos.
No
hay en The Assassin demasiadas
escenas de luchas cuerpo a cuerpo, aunque contiene todos los elementos que
caracterizan al género wuxia,
incluidos los sobrenaturales. El autor de Three
Times opta por un tipo de cine más reposado y contemplativo. Un cine que
exige la mayor de las atenciones por parte del espectador si quiere hallar recompensa.
No es, por decirlo de algún modo, otra Tigre
y dragón (estupenda, por cierto), sino un ejercicio fílmico que antepone la
introspección a la acción. He ahí la principal aportación de Hsiao-Hsien al género.
He visto un par de películas de este director que me parecieron muy buenas, así que tengo bastante curiosidad por verla. De momento no voy a leer tu comentario, aunque veo que le das una puntuación alta. Habrá que esperar.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues nada, Luis. Espero que te guste cuando la veas.
EliminarUn saludo.
Ya la he visto. Como dices en tu comentario el director opta por un cine reposado y contemplativo, como es habitual en él por otro lado. La verdad es que consigue un ritmo un tanto hipnótico en algunos momentos, y la fotografía es muy elegante y se recrea en paisajes de gran belleza. El argumento digamos que se nos presenta algo confuso, pero esta cualidad también es habitual en otras películas de Hou Hsiao Hsien, como por ejemplo en "Three times" o en "Millennium mambo". Es un director que huye de lo excesivamente explicito, por lo cual su cine puede resultar algo ajeno para algunos espectadores. Me apetece descubrir otros trabajos de este autor. Y revisar los que ya conozco.
ResponderEliminarUn saludo.