“Pocos ven lo que
somos, pero todos ven lo que aparentamos”
(Nicolás
Maquiavelo)
Bob
(Tom Hardy) trabaja como camarero en un bar de Brooklyn junto a su primo Marv
(James Gandolfini). El bar forma parte de una red de locales controlados por la
mafia para el blanqueo de dinero. Una noche, dos hombres enmascarados atracan
el establecimiento.
The Drop
es una muy apreciable muestra de thriller
negro escrita por Dennis Lehane (Mystic
River, Gone, Baby, Gone, Shutter Island) a partir de su relato Animal Rescue. El realizador belga
Michaël R. Roskam (Bullhead) dirige
de manera sutil y estilizada, una compleja trama que se cuece a fuego lento y
en la que confluyen los intereses de la mafia chechena en Nueva York,
personajes que no son lo que parecen, secretos de familia, chantaje y un pasado
sin redimir que busca el perdón entre los muros de una iglesia.
La
película, merecedora del Premio del Jurado al mejor guión durante la pasada
edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, se abre con la voz en off de Bob, el protagonista, quien pone al
corriente a los espectadores de cómo funciona el blanqueo de dinero de la mafia
en las noches de Brooklyn a través de los llamados “bares-caja”. Precisamente
el bar en el que Bob trabaja como camarero, es uno de esos bares que sirven de
caja fuerte a las ganancias ilícitas del crimen organizado. Hay en la trama de The Drop un eje principal, el del atraco al bar que mete a Bob y a su primo Marv en problemas con los matones
chechenos, que quieren recuperar su dinero. Este eje se realimenta de otras
subtramas paralelas, como la del hallazgo en el interior de un cubo de basura por parte de Bob de un cachorro de pit bull
apaleado al que adopta, lo que permite la entrada en escena de dos
personajes que terminarán resultando determinantes: Nadia (Noomi Rapace) y su
ex novio Eric (Matthias Schoenaerts). Otra subtrama importante, aunque menos
evidente, es la de la investigación que lleva a cabo el detective Torres (John Ortiz) respecto a un crimen sin resolver cometido en el barrio años atrás. Por último, y no por ello menos relevante, está la subtrama que
nos remite al drama personal y familiar del personaje del primo Marv, un tipo marcado
por el rencor y la desesperación. El director no revela todas las cartas hasta
el final, suministrando la información poco a poco, de modo que el espectador
sienta siempre que hay cosas que no sabe y que están por venir. He aquí la clave de
un buen thriller.
La entrega
es, ante todo, un filme de personajes, de ahí la importancia de un reparto que
esté a la altura. Y en ese sentido la propuesta resulta inmejorable, con unos destacadísimos
James Gandolfini, en el que fuera su último trabajo antes de morir, y Tom
Hardy, que demuestra por qué es uno de los actores más interesantes de su
generación. Su encarnación de un camarero alelado que no es lo que aparenta está
repleta de matices.
Estupenda cinta esta The Drop, emparentada con la mejor tradición del género negro estadounidense.
No hay comentarios:
Publicar un comentario