Intolerancia (Intolerance, 1916) de David Wark Griffith.

“La intolerancia puede ser definida aproximadamente como la indignación de los hombres que no tienen opiniones”.
(Gilbert Keith Chesterton)

Se narran, de manera paralela, cuatro historias ubicadas en diferentes épocas: la caída de Babilonia en el año 539 a.C.; la Pasión y muerte de Jesucristo en la Judea del siglo I; la Masacre de la noche de San Bartolomé en la Francia de 1572; y otra ambientada en la etapa contemporánea.


Si hay una película monumental por excelencia en la historia del séptimo arte, esa no es otra que Intolerancia, el proyecto más ambicioso del realizador estadounidense David Wark Griffith (costó alrededor de doce millones de dólares de la época), y uno de los títulos esenciales de la cinematografía silente. Esta reflexión acerca de la intolerancia, el amor, la traición y el odio a través de los tiempos, sigue sorprendiendo, casi un siglo después de su estreno, por su mastodóntica concepción visual y su vigor narrativo.

En principio, Griffith había rodado un solo filme, La madre y la ley, un drama sobre la injusticia social de carácter folletinesco con una pareja de origen obrero como protagonista. Sin embargo, el éxito obtenido con El nacimiento de una nación (The Birth of a Nation, 1915), le hizo filmar otras tres historias ubicadas en distintas épocas, por lo que La madre y la ley terminó siendo simplemente una de ellas, la que acontece en el período moderno; aunque, por motivos obvios, se mantuvo como la de mayor metraje. La parte menos extensa, es la correspondiente al martirio y muerte de Jesús, en la que sólo se exponen algunas escenas del Nuevo Testamento como las bodas de Caná, el intento de lapidación a María Magdalena o la crucifixión. Su importancia dentro de la película no deja de ser bastante residual, limitándose a otorgar al conjunto de la obra un sentido cristiano. Mucho más conseguidos están, bajo mi punto de vista, los pasajes relativos a la Masacre de la noche de San Bartolomé y, sobre todo, los que ilustran la caída de Babilonia, donde destaca la impresionante reconstrucción de la antigua ciudad mesopotámica.




Desde un punto de vista técnico, Intolerancia debe ser considerado uno de los títulos más influyentes de todos los tiempos gracias al uso que hace del montaje paralelo (llevado a límites insospechados hasta entonces), a ciertas innovaciones con la cámara (prodigioso el plano en el que la cámara parece descender desde los cielos de Babilonia para posarse sobre la ciudad), a la profundidad de campo de determinadas escenas (Griffith la enfatiza dotando de movimiento a las figuras que aparecen en un segundo y un tercer término), y a la movilización de grandes masas dentro del encuadre (los extras que participaron en la película se cuentan por miles).

Recomiendo ver la presente obra acompañada de la maravillosa música que para ella compuso Carl Davis en 1989. Les aseguro que jamás olvidarán semejante experiencia. Imprescindible.


8 comentarios:

  1. oye que harás para el cuarto aniversario.

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    1. Hola, antisuper2011:
      No tengo ni idea. Quizá otra macrolista actualizada sobre las mejores películas de la historia. De todos modos, acepto propuestas.

      Un saludo.

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    2. la ya mencionada macrolista o un top sobre las mejores bandas sonoras

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  2. Griffith, el primer director que se tomo en serio el hecho de hacer cine, creo que fue el primero en utilizar el montaje no? Gran pelicula gran.

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    1. Hola, Mauro:
      De los pioneros, Griffith es el más importante. Fue él quien sentó las bases del lenguaje cinematográfico y quien hizo del cine un arte adulto. Además, inspiró a otros muchos cineastas. Una figura capital, en definitiva, dentro de la historia del séptimo arte.

      Un saludo.

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  3. Ay, lamento no poder comentar nada al respecto, desgraciadamente las dos joyas de Griffith son asignatura pendiente, por razones de distancia y accesibilidad, tú sabes estimado colega, a ver si me las descargo algún día de internet, aunque sea por partes. El solo ver sus impresionantes fotogramas como el de cabecera (montaje y organización increíble para la época) es una poderosa razón para verlas. Felicitaciones por la barba onda George Michael ¿ y cómo le haras con el calor del verano? jeje. Saludos bloguivianos.

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    1. Hola, José:
      La barba no da calor, es un mito. Al menos ésta al estilo George Michael, la de Hernán Cortés que tú llevas no sé :P

      Un abrazo, amigo.

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  4. su mejor trabajo con el nacimiento de una nacion.

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