La mosca (The Fly, 1986) de David Cronenberg.

“Soy un insecto que soñó que era hombre y le fascinó, pero el sueño terminó y el insecto ha despertado”.

Seth Brundle (Jeff Goldblum) es un brillante científico que ha inventado unas cápsulas capaces de teletransportar objetos. Ahora debe demostrar que su invento también funciona con las personas, para lo cual no duda en hacer de cobaya y comprobarlo por sí mismo. Pese al éxito inicial del experimento, algo falla cuando comienza a percibir una serie de extraños cambios que afectan a su físico y a su comportamiento.


La mosca, remake del clásico homónimo dirigido en 1958 por Kurt Neumann, que se basaba en un relato corto de George Langelaan publicado en la revista Playboy, es un buen ejemplo de cómo un proyecto de estudio (en principio iba a ser filmada por Robert Bierman a las órdenes del productor Mel Brooks) puede convertirse en una obra enteramente de autor. El realizador canadiense David Cronenberg, máximo exponente cinematográfico de la llamada “nueva carne”, hizo de su película, un relato a caballo entre la ciencia-ficción, el terror y la tragedia romántica, una inteligente alegoría sobre la degradación física y mental del individuo inspirándose en La metamorfosis de Franz Kafka.


Cronenberg apuesta por la concisión narrativa (los noventa y seis minutos aproximados del metraje pasan volando) y va directamente al grano una vez hecha la presentación de los dos personajes principales en un congreso científico. Tras conocerse, Seth invita a Veronica (Geena Davis), una joven periodista que busca noticias para la revista en la que trabaja bajo la dirección de su antiguo amante (John Getz), a su laboratorio, y le ofrece realizar un reportaje sobre el revolucionario descubrimiento que ha llevado a cabo: una máquina teletransportadora. Seth, entusiasta, explica a Veronica su proyecto, haciéndola partícipe del mismo, y entre una cosa y otra terminan enamorándose. Todo parece ir viento en popa hasta que Seth decide introducirse en una de las cápsulas que ha creado, sin advertir que junto a él también se ha introducido un ejemplar de mosca común. El resultado, además de la consabida teletransportación de una cápsula a otra, acaba siendo una fusión genética entre ambas especies. Y aquí llega lo que realmente le interesa a Cronenberg: la progresiva metamorfosis de Seth Brundle en una repugnante mosca gigante. Un proceso desagradable y asqueroso (a Seth se le cae la carne a pedazos), como no podía ser de otro modo viniendo del autor de Videodrome, que culmina en uno de los finales más tristes y patéticos del cine de los ochenta. En esto radica el verdadero logro de Cronenberg, que a lo largo de su película lo mismo te provoca una náusea que un nudo en el pecho.


El éxito de la cinta hizo que sólo tres años después se estrenase una penosa secuela, La mosca II (The Fly II), dirigida por un tal Chris Walas. Cronenberg no quiso saber nada de ella. Nosotros, por supuesto, tampoco.


6 comentarios:

  1. En efecto, la peripecia del protagonista es tan fascinante al principio como patética y terrorífica al final. El hecho de que, al principio, tenga la vitalidad y la fuerza del insecto que irá mutando en progresiva degradación física es una paradoja que remite a la imposibilidad del hombre de escapar a su naturaleza mortal. Saludos.

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    1. Hola, ricard:
      Muy interesante tu apunte, amigo. Hay quien también ve en "La mosca" una alegoría sobre enfermedades terminales como el cáncer.

      Un saludo.

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  2. Una de las películas de mi infancia y adolescencia, siempre me ha encantado y siempre me gustará. Es mi favorita de este director y le daría algo más de nota.En cuanto a la segunda parte comentar que no estoy de acuerdo con lo que se dice de ella, para mí está muy lograda; pero por lo visto soy de las pocas que piensan eso... tiene escenas muy buenas, como la del parto del principio que es realmente asquerosa xd. la origina del 58 no la he visto y no sé si merece la pena. Un saludo, Ricardo.

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    1. Hola, cristina:
      Lo único que salvaría de "La mosca II" es a Eric Stolz. Como dices, la recuerdo bastante asquerosilla :). La del 58 es muy curiosa, aunque inferior a la de Cronenberg.

      Un saludo.

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  3. Vencí la repugnancia que me causaba en mis años mozos y... me hallé ante una obra maestra. Cuanto menos, una película a la que no le sienta nada mal el adjetivo redonda, casi sin fisuras, con un desarrollo rápido, que no frenético, y sin significar esto que no estaba trabajada (¡todo lo contrario!). Y sí, que Cronenberg sea capaz de mantener ese equilibrio entre la repulsión y el patetismo, destellos de humor y la dosis general de drama, sin que nada chirríe, se merece un aplauso. Además, "La mosca" compuso un curioso programa doble de la noche de un viernes ;).

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  4. La mosca es una obra maestra y la segunda parte dirigida por Chris Wallas el responsable de los efectos especiales de ésta ,en mi opinión es una buena película .¿Por qué será que los críticos cuando se trata de segundas partes las ponen a parir? ejemplos :Halloween 2,Psicosis 2,Hellraiser 2 o La mosca 2 por citar algunas ,todas ellas inferiores a las originales (aunque en Halloween tengo mis dudas..) pero son películas muy interesantes y entretenidas.

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