“Buscad
lo suficiente, buscad lo que basta. Y no queráis más. Lo que pasa de ahí, es
agobio, no alivio; apesadumbra en vez de levantar”.
(San
Agustín)
Japón,
finales del siglo XVI. En un contexto beligerante, dos campesinos, Genjûrô
(Masayuki Mori) y Tobei (Eitarô Ozawa), deciden, en contra de la opinión de sus
respectivas mujeres, viajar hasta la ciudad para satisfacer sus ambiciones: el
primero, alfarero aficionado, quiere hacerse rico vendiendo sus cerámicas, mientras
que el segundo sueña con convertirse en samurái.
León
de Plata ex aequo en el Festival de Cine
Venecia de 1953, Ugetsu monogatari
(conocida en España indiferentemente como Cuentos
de la luna pálida, Cuentos de la luna
pálida de agosto o Cuentos de la luna
pálida después de la lluvia), adaptación de dos relatos de Ueda Akinari y
un cuento de Guy de Maupassant, constituye una hermosa fábula sobre la ambición
humana y sus fatales consecuencias. La película, cumbre ineludible de la
cinematografía nipona, aúna con sutileza la realidad con lo sobrenatural en un
conjunto que destaca por sus valores morales y su perfeccionismo estético.
La
década de los cincuenta supuso el período de mayor esplendor de la carrera de
Kenji Mizoguchi, que en menos de un lustro rodó títulos tan importantes como Vida de Oharu, mujer galante (Saikaku ichidai onna, 1952), Los amantes crucificados (Chikamatsu monogatari, 1954), El intendente Sansho (Sansho Dayu, 1954), La emperatriz Yang Kwei-fei (Yôkihi,
1955), La calle de la vergüenza (Akasen chitai, 1956) o el filme que nos
ocupa, acaso el mejor de todos ellos, y, por descontado, el más conocido para el
público occidental. En Ugetsu monogatari,
el director japonés vuelve a situar a la mujer como víctima de la mezquindad
masculina; aunque esta vez sean los hombres, especialmente Genjûrô, los
principales protagonistas de su relato. Tanto Miyagi (la gran Kinuyo Tanaka),
esposa de éste, como Ohama (Mitsuko Mito), mujer de Tobei, acaban mal por causa
de la sinrazón de sus maridos, que anteponen sus intereses a los de su propia familia.
Hasta la princesa Wakasa (Machiko Kyô), un alma en pena que vaga por la tierra
junto a su vieja nodriza en busca del amor que le fue negado en vida, sufrirá
por culpa de Genjûrô, quien le oculta a la llegada a su castillo que tenga una
mujer y un hijo, conviviendo con ella en pecado durante algún tiempo. Para
Mizoguchi, asiduo a los prostíbulos y cuya hermana fue vendida a temprana edad
para que se convirtiera en geisha, la
causa de la infelicidad femenina es casi siempre el egoísmo de los hombres.
Desde
un punto de vista técnico, sobresalen la utilización de planos largos muy
elaborados, los elegantes movimientos de cámara, y la naturalidad de las transiciones
entre lo real y lo sobrenatural (no olvidemos que Cuentos de la luna pálida no deja de ser una historia de
fantasmas).
¿Mi
momento favorito de la película? Todo la parte que transcurre en el interior
del castillo de la princesa Wakasa, donde la influencia estética del teatro noh resulta evidente, además del
conmovedor tramo final.
El mejor Mizoguchi, tal vez incluso por encima de "Historia del último crisantemo" y "El intendente Sansho", sus otras cimas. Por cierto, Ricardo, esperamos ansiosos esa nueva lista de tus 50 films favoritos.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Layizon:
EliminarLa lista caerá a finales de este mes :)
Un saludo.
Hola, Ricardo:
ResponderEliminarEn mi opinión, el cine contemporáneo japonés carece de esencia. Como bien apuntas en tu "firmado por... "el maestro Mizoguchi decía que "es necesaria la emoción, no el comentario". Algunas de las películas contemporáneas que he visto se muestran erráticas en este sentido; tal es el caso de "El ocaso del samurai", de Yamada, por citar un ejemplo. Los sentimientos deben manifestarse a través de gestos, por lo que no es necesaria la explicitud del lenguaje. En "Cuentos de la luna pálida", sus enseñanzas, a grosso modo, demuestran lo maravilloso que es el lenguaje no verbal, y la múltiples formas que este puede adoptar.
Por cierto, Ricardo, cambiando de tercio...quisiera saber más sobre el lenguaje cinematográfico, así como su técnica, pero no sé qué lecturas serían las más recomendables...¿algún título que conozcas?. Se admiten sugerencias:).
Un saludo.
Hola, Lumiére:
EliminarAlgunos de mis libros favoritos sobre cine son "Esculpir en el tiempo", de Andrei Tarkovsky; "Imágenes", de Ingmar Bergman; "El cine según Hitchcock", de François Truffaut; "¿Qué es el cine?", de Andre Bazin... aunque lo mejor es ver muchas películas.
Un saludo.
Introducción de "Cuentos de la luna pálida de agosto" para la Filmoteca de Sant Joan d´Alacant: https://www.youtube.com/watch?v=_k6rAuldDUE
ResponderEliminar