“Las causas perdidas
son las únicas por las que vale la pena luchar”.
(Mr. Smith Goes
to Washington, de Frank Capra)
Años
cincuenta. En plena Guerra Fría, James Donovan (Tom Hanks), experimentado abogado
de Brooklyn, resulta elegido para defender a Rudolf Abel (Mark Rylance), un
presunto espía soviético que podría ser condenado a la pena capital.
Más
que interesante incursión de Steven Spielberg, con guión basado en hechos
históricos a cargo de Matt Charman y los hermanos Coen, en los conflictos diplomáticos
y las contradicciones del Estado norteamericano durante la época de la Guerra
Fría. Con sus defectos, casi todos inherentes al estilo y la personalidad del
autor de La lista de Schindler (Schindler´s List, 1993), Bridge of Spies se erige, al menos en mi
opinión, como el mejor trabajo del director estadounidense desde la
infravalorada La guerra de los mundos
(War of the Worlds, 2005). La película posee ese aroma a cine clásico
del Hollywood de los años cuarenta y cincuenta, del que muy pocos realizadores
actuales, si acaso Clint Eastwood y Todd Haynes, además del propio Spielberg,
pueden presumir.
El
filme comienza de un modo magnífico, con la secuencia del seguimiento y la
posterior captura del personaje de Rudolf Abel (excelente interpretación de
Mark Rylance) a manos de los agentes de la CIA que rastreaban su pista. Sin
duda, uno de los mejores arranques de la filmografía de su director. A continuación,
se hace la presentación del personaje principal de la historia, el de Tom
Hanks (estupendo, como en él suele ser habitual), un abogado especializado en seguros perteneciente a un prestigioso
bufete. Un hombre íntegro, “firme” e idealista, que antepone sus convicciones y
valores a todo lo demás, recordando por ello a otros personajes
cinematográficos interpretados en el pasado por James Stewart o Henry Fonda,
como el Jefferson Smith de Caballero sin
espada (Mr. Smith Goes to Washington,
1939), de Frank Capra. Y es que, por su tono general, en el que se mezclan el
drama y el humor, y por ese enfrentamiento entre la honradez del individuo y la
podredura de las altas instituciones gubernamentales, El puente de los espías quizá sea la película más cercana al
universo Capra que jamás haya rodado Spielberg.
La
primera misión que el gobierno estadounidense encarga a Donovan, y que se corresponde
con la primera parte de las dos en las que se estructura el largometraje, es la
de ejercer como abogado defensor de Rudolf Abel, “el hombre más odiado de
América”, para mostrar así al mundo que en Estados Unidos hasta los espías
enemigos tienen derecho a un juicio justo, aunque en realidad todo se trate de
una mera artimaña propagandística propia de la política de bloques de la época.
La segunda misión, una vez que el proceso judicial contra Abel ha finalizado,
consistirá en que Donovan viaje hasta la convulsa Berlín Oriental en tiempos de
la construcción del muro, con el objetivo de negociar con representantes de la
Unión Soviética un intercambio de prisioneros: Rudolf Abel a cambio de un piloto
estadounidense capturado en territorio soviético. La situación, y el trato, se
complican aún más cuando un joven estudiante norteamericano es detenido por las
autoridades de la República Democrática Alemana, por lo que Donovan tendrá que
demostrar sus dotes diplomáticas negociando con unos y y con otros.
A
pesar de lo formidable de la realización y de la incuestionable pericia
narrativa de Spielberg, el conjunto se ve empañado por culpa de algunos de los
tics habituales del cineasta, como cierto maniqueísmo ideológico en la
exposición de situaciones (qué diferencia entre el trato que recibe Rudolf en
Estados Unidos y el que recibe su homólogo, el espía norteamericano, en
territorio soviético), patrioterismo de bandera o innecesarios subrayados
visuales (la escena en la que Donovan contempla cómo unos jóvenes alemanes que
intentan saltar el muro son asesinados, y su análoga, de naturaleza muy
diferente, ya en suelo patrio).
Hola.En fin, más de lo mismo...Este director me encantaba en la infancia; hoy me doy cuenta de que es patético que lo situen entre los mejores de la historia... un saludo
ResponderEliminarHola Cristina,
EliminarSpielberg es un buen director, pero, como apuntas, situarlo entre los mejores cineastas de la historia denota poco conocimiento.
Un saludo.
La vi en diciembre y me pareció muy predecible, por lo que se me acabó haciendo lentísima. Aun así, posee algunas escenas llenas de gran tensión narrativa como la del puente que mencionas. También me gustó una escena del final, cuando Tom Hanks está en el tren y mira por la ventanilla recordando los tiroteos en el muro, pero de todas maneras, la película es muy simple y, como dices, muy patriotera.
ResponderEliminarHola Javier,
EliminarPrecisamente esa escena del final a la que aludes no me gustó nada. Me parece un subrayado tramposo para implicar emocionalmente al espectador. Muy típico de Spielberg.
Un saludo.
Muy buena crítica, algo que no vi en tu gran blog son cosas del cine brasileño, a mi me gustaria muchisimo incursionar en esos temas, tengo agendados vario realizadores como Glauber Rocha y Mario Peixoto entre otros, estaria genial una entrada dedicada a ese cine.
ResponderEliminarSALUDOS.
Hola Juan,
EliminarAgradezco mucho tus palabras. Es cierto que en el blog no hay reseñas de películas brasileñas. Admito que se trata de una cinematografía que no conozco demasiado.
Un saludo.
Gracias por contestarme, una lastima lo del cine brasileño, estuve viendo y me anote varias de Grigori Kosintzev, asique, a empezar.
EliminarSALUDOS.