“Donde
no hay caridad no puede haber justicia”.
(San Agustín)
Tras escapar de la cárcel, Johnny McQueen (James Mason), miembro destacado del
Ejército Republicano Irlandés, planea robar junto con sus socios en una fábrica
para así sufragar su causa política. Sin embargo, el atraco no sale como había
previsto; y Johnny, gravemente herido, se ve obligado a vagar por la ciudad
huyendo de las autoridades.
Carol
Reed anticipa en Odd Man Out,
excelente y sombrío thriller de
lectura moral basado en una novela de F. L. Green, buena parte de los hallazgos
visuales de su obra maestra posterior, El
tercer hombre (The Third Man, 1949),
creando una pesadilla expresionista a partir del magistral juego de luces y
sombras que le aporta la fotografía en blanco y negro de Robert Krasker. Los
que en su día atribuyeron a Orson Welles los logros de la película de 1949,
desconocían por completo el talento desplegado por Reed en el filme que nos
ocupa. Afortunadamente, el paso del tiempo y una nueva hornada de cinéfilos
adictos al DVD, se han encargado de colocar al realizador británico en el lugar
que le correspondía.
Lo
que en principio empieza como un thriller
político más, con la preparación y ulterior ejecución del atraco a la fábrica,
termina convirtiéndose en una especie de parábola sobre la falta de caridad en
el mundo. Casi toda la acción transcurre a lo largo de una sola noche, la que
sigue al robo, en la que el personaje al que encarna un dolido James Mason,
herido de gravedad a causa de su enfrentamiento con uno de los empleados de la
fábrica, tendrá que hacer frente a las duras condiciones climáticas (frío,
viento, lluvia, nieve) y a la indiferencia de la mayor parte de los individuos
con los que se va encontrando. Por unas razones u otras, principalmente por
miedo a la policía o a los amigos del propio McQueen, ninguno le presta la
ayuda que necesita. Más bien al contrario, intentan aprovecharse de su situación.
Tan sólo la mujer que lo ama, la cual sale en su busca, tratará de salvarlo aun
a sabiendas de que ello puede costarle la misma vida. En Larga es la noche, el amor se erige como único medio de redención de
su atribulado protagonista.
La
película alterna escenarios reales de Belfast con otros filmados en el interior
de un estudio, imperando siempre el sentido laberíntico y expresionista de la
puesta en escena.
Como
curiosidad final, señalar que en 1969 Sidney Poitier protagonizó una nueva
adaptación de la novela de F. L. Green bajo el título de El hombre perdido (The Lost
Man). A falta de visionarla, recomendamos el redescubrimiento la magnífica
obra de Reed.
Hola, apenas he descubierto este interesante blog. Quisiera saber qué opinas o si has visto el, para mí, impresionante cine de Nicolas Roeg, autor de The Man Who Fell To Earth, Don't Look Now, Walkabout, además de la obra maestra Bad Timing.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, EEERM.:
EliminarBienvenido al blog. De Nicolas Roeg sólo he visto "The Man Who Fell to Earth", con David Bowie, que me pareció una rareza interesante aunque algo pretenciosa.
Un saludo.
Te recomendaría que le dieras un vistazo o varios...
EliminarBuen blog. Saludos