La señorita Julia (Miss Julie, 2014) de Liv Ullmann.

“La sociedad se basa aún en las clases, en los grupos que, surgidos de manera natural a partir de oficios y profesiones, permanecen en conflicto”.
(August Strindberg)

Irlanda, 1890. Noche de San Juan. La señorita Julia (Jessica Chastain), hija de un rico terrateniente, aprovecha la ausencia de su padre para seducir a John (Colin Farrell), uno de sus criados, sin tener en cuenta las fatales consecuencias que este juego le puede acarrear.


Miss Julie, de la mítica actriz y directora noruega Liv Ullmann, constituye una cuidada y literal adaptación del clásico teatral de August Strindberg Fröken Julie, publicado en 1888. Su principal problema, extensible también a la propia obra original, es lo ridículamente anticuado que resulta su contenido a día de hoy. Porque si bien es cierto que las diferencias de clase continúan manteniéndose, no lo es menos que, a pesar de ello, ya nadie montaría semejante drama por un simple revolcón entre una mujer rica y su criado. Desde luego, no todas las obras clásicas, por el mero hecho de serlo, poseen la misma vigencia; y la de Strindberg, en mi opinión, ha quedado desfasada en determinados aspectos.


Ullmann, autora del libreto, introduce algunos cambios con respecto al texto original. Para empezar, traslada la acción de Suecia a Irlanda, quizá para adaptarse a la lengua materna de sus actores. Añade asimismo un breve prólogo donde muestra a Julia siendo niña, y cambia el nombre al personaje de la criada (Kathleen aquí y Christina en la obra) y el título nobiliario al padre de la protagonista (barón en lugar de conde). Además, el escenario único donde se desarrolla la trama no se limita a la cocina, como en el texto de Strindberg, sino que se amplía al conjunto de la casa señorial y sus  hermosos alrededores. La película se atiene a las unidades aristotélicas de acción, tiempo y lugar. Ullmann evita caer en la teatralidad siempre que se lo permite su encorsetado guión, optando por una puesta en escena sobria no exenta de cierto afán esteticista (el plano final del filme, inspirado en la Ophelia de Millais, me parece bellísimo). Los decorados están muy cuidados y la fotografía de Mikhail Krichman es excelente. Poco se le puede reprochar a la cinta desde una perspectiva formal; sus defectos, como ya apuntaba antes, se derivan del tratamiento de la historia. En su intento por transcribir literalmente la obra, Ullmann parece haberse olvidado de ponerla al día. Algo lícito, por supuesto, pero cuestionable cuando lo que se pretende es mostrar la película a un público más o menos amplio del siglo XXI. Casi ciento treinta minutos de melodrama decimonónico sustentados sobre diálogos literarios me parecen excesivos. Se echa en falta una relectura más atrevida y actual de las relaciones de poder, dominación, atracción y repulsión entre personajes que planteó Strindberg en su momento.


Magníficas interpretaciones tanto de Jessica Chastain, una de las mejores actrices de su generación, como del infravalorado Colin Farrell, quien vuelve a demostrar que no es casualidad que muchos grandes realizadores (Terrence Malick, Peter Weir, Woody Allen...) piensen tan a menudo en él.

Mención aparte merece la exquisita banda sonora formada por composiciones de Schubert, Schumann, Chopin o Bach.


6 comentarios:

  1. Pues sí, Ricardo, a mí me pareció una película tediosa, enfáticamente teatral y estática, encorsetada y sin fluidez. Me agobió tanto parloteo. Y no me creí nada de nada, porque al drama que intenta reflejar le falta autenticidad. No acabo de tener claro que el problema sea, como dices, el tratamiento de la historia (esta fidelidad al XIX y a Strindberg): si así fuera, eso querría decir que el cine no puede reflejar el pasado, y esto no es cierto. Creo que el problema es la falta de imaginación y de sello 'personal' en la dirección (no quiero pensar que Strindberg es hoy desfasado). Pero igual decimos lo mismo.

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    1. Es cierto que las películas de Ullmann son un tanto impersonales. "Infiel", por ejemplo, era excelente; pero pertenecía a Bergman. No sé, a mí no me ha convencido.

      Un saludo.

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  2. Pues a mi me gustó, aunque igual no soy del todo objetivo con Jessi :)

    El que no sea atemporal no me molesta, pero si el que se base casi únicamente en el diálogo, le falta ClNE.

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    1. Reconozco que Jessica también es una debilidad mía. Me encanta tanto en lo físico como en lo profesional :)

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  3. No vi la peli, pero resulta imposible concebir que una hablante sin palabras tan bermagniana no evite caer en el "parloteo". Especialmente si los diálogos no son para "actualizar" la confrontación humana que representa...

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    1. Te animo a que la veas y juzgues por ti mismo.

      Un saludo.

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