Birdman o (La inesperada virtud de la ignorancia) (Birdman or [The Unexpected Virtue of the Ignorance], 2014) de Alejandro González Iñárritu.

“No, el éxito no se lo deseo a nadie. Le sucede a uno lo que a los alpinistas, que se matan por llegar a la cumbre y cuando llegan, ¿qué hacen? Bajar, o tratar de bajar discretamente, con la mayor dignidad posible”.
(Gabriel García Márquez)

Tras alcanzar el estrellato interpretando a un superhéroe para la gran pantalla durante la década de los noventa, Riggan Thomson (Michael Keaton) es ahora un actor en decadencia que trata de revitalizar su carrera en Broadway con la adaptación de una obra de Raymond Carver.


Artificiosa e irritante. Hueca y ampulosa. La última película del realizador mexicano Alejandro González Iñárritu (Amores perros, 21 gramos, Biutiful) constituye un dechado de formalismo vacuo en pos del lucimiento personal del camarógrafo Emmanuel Lubezki. El virtuosismo injustificado, el que es fruto del capricho y no se sustenta sobre una buena base argumental, no hace sino acentuar la falta de ideas y contenido. Iñárritu, como su compatriota Alfonso Cuarón en la también sobrevalorada Gravity (ídem, 2013), ha buscado el elogio complaciente obviando que algunos espectadores tenemos la manía de rascar bajo la superficie para ver si tras ésta se esconde algo. Y siento decir que no es el caso. Porque, lo pinten como lo pinten, y digan lo que digan, Birdman no deja de ser otro filme más acerca del fracaso que, no pocas veces, sigue la estela del efímero éxito.


La cinta está rodada en un solo (y falso) plano secuencia. En realidad, se trata de una concatenación de planos secuencia en la que se “camuflan” los cortes entre uno y otro para transmitir la sensación de ser uno solo. Un gran plano secuencia. Nada novedoso. Alfred Hitchcock ya hizo algo similar y sin trucos de ordenador en La soga (Rope, 1948). Si bien es cierto que dichos planos están muy bien planificados y ejecutados, tanta floritura en movimiento termina por convertirse en un mareante ejercicio de onanismo visual más propio de un trabajo de fin de carrera que de un cineasta consolidado. Michael Keaton (lo mejor de la película) interpreta brillantemente al ídolo caído que intenta sobreponerse al peso del personaje que lo hizo famoso. Un personaje, el de Birdman, que lo atormenta a modo de esquizofrénica conciencia que le habla en los momentos de mayor abatimiento. La primera vez que vemos el demacrado rostro de Riggan, frente a un espejo en el interior de su camerino, la sombra de Birdman aparece tras él en forma de póster vigilante. Creo que se trata del plano más significativo y valioso de todo el metraje. Después llegan los tópicos sobre el mundo del cine y el teatro en tono de tragicomedia: divismo, frivolidad, intereses, lucha de egos, temor a las críticas, miedo a fracasar de nuevo, etc. Icluso se alude (faltaría más) a los problemas familiares que la fama mal llevada causó al protagonista principal: divorciado, semialcohólico y con una hija (Emma Stone) con la que no mantiene una relación especialmente fluida. Junto a Keaton, el resto del reparto raya, asimismo, a una gran altura, destacando al siempre estupendo Edward Norton.


Pero lo peor de Birdman es, al margen de sus desmesuradas pretensiones, la risoria y “peterpanesca” secuencia en la que Riggan, creyéndose su antiguo personaje, sobrevuela las calles de Nueva York en uno de sus frecuentes delirios de grandeza birdmaniana.

Enorme decepción.


10 comentarios:

  1. El gran plano secuencia que mentas de La soga, de Hitchcock, sí tenía trucos, y es que la cámara hacía alguna que otra vez un giro bastante artificioso y sin sentido hacia, creo recordar, una mesa con un gran mantel negro por encima. Ahí Hitchcock cortaba y nacía otro plano secuencia. Lo hace dos o tres veces. También es cierto que cuando se filmaba en celuloide y no a digital, estas limitaciones eran inevitables, pues llega un momento en el que la cinta se acaba y hay que usar otra. Como no he visto la película todavía, no me mojaré demasiado, pero me la jugaría a que en ésta hay muchas más localizaciones y barreras argumentales para dilatar ese plano que en la de Hitchcock, que se desarrolla en una única sala y con una puesta en escena totalmente teatral, por lo que la comparación no me parece del todo acertada.

    Sólo eso. Si me equivoco en algo, corrígeme. Espero que 'Birdman' me guste más que a ti... Saludos.

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    1. Hola, Rdosdedos:
      No he dicho que en "La soga" no hubiese trucos (como comentas, pese a los "fundidos" los cortes se atisbaban perfectamente), sino que no había trucos de ordenador, que es diferente. El pararelismo que establezco tiene que ver con el hecho de que la idea es prácticamente la misma. Lo comento para que nadie crea que lo de Iñárritu es original. Ojalá la película te guste más que a mí.

      Un cordial saludo.

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  2. ¿La misma nota que "Fury"? Si bien entiendo que no se trata de una obra maestra o que no te guste demasiado, creo que es una película que está por encima de la media de lo que estrenan hoy día...

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    1. Hola, Gustavo M:
      "Fury" carece de las pretensiones que sí tiene "Birdman". Suelo tener eso en cuenta a la hora de valorar una película.

      Un saludo.

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    2. En eso sí estoy de acuerdo contigo. Un saludo y gracias por hacer este gran blog.

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  3. Que tal escena la de el meteorito , helicopteros y monstruos disparando y destruyendo la ciudad" Eso le gusta a la gente" No mucha habladeria filosofica. Golpe a todo el mundo y las 50 peliculas de Marvel que se vienen en los proximos 5 años.

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    1. Hola, diego:
      No me gustó esa escena. Si pretendes criticar la pirotecnia del cine actual, lo mejor es que no la reproduzcas tú tampoco.

      Un saludo.

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  4. Coincido contigo en que es una película pretensiosa y más una muestra de virtuosismo técnico que una obra de madurez autorial. Me parece, igualmente, que la actuación de Keaton es uno de los elementos más fuertes de la película y que la logran sostener hasta la mitad, puesto que después se cae por completo en ritmo y en tensión. Varios personajes son abandonados por completo.
    Cabe destacar también el logro de Aleksandr Sokúrov con el Arca Rusa (que sí es un solo y verdadero plano-secuencia).
    Si bien el argumento no me parece tan malo creo que es precisamente el formato que escogió Iñárritu lo que limita el desarrollo de las premisas filosóficas planteadas por la película.
    Creo también que el hecho de que una película tenga escena de acción no impide que llegue a profundizar en problemáticas universales, tal es el hecho de Watchmen, que sí es una película de superhéroes y, que a mi parecer logra profundizar más que Birdman. Con la escena de la explosión, que intenta hacer una crítica del cine de acción, Iñárritu muestra su pedantería y su auto-noción de superioridad moral que termina siento un tanto antipática.
    Aún así disfruté más de esta cinta que de muchas otras en pantalla grande. No cabe duda que 2014 no fue el mejor año para el cine.

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  5. Me parece bastante acertada la crítica. El tema de las estrellas de cine abandonadas se abarca en tantos otros films, quizá el más emblemático; Subset Bulevard de BIlly Wilder. Si bien no es un constante esmero por plano secuencia interminable, la fotografía es un real acierto en SB compenetrandose con el drama y sin pasar a ser un decorado externo como en Birdman. Saludos!

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