“El
fin de nuestra búsqueda será encontrar el punto de partida y conocer el lugar
por primera vez”.
(T.
S. Eliot)
Después
de mantenerlo en secreto durante cincuenta años, Philomena Lee (Judi Dench) revela
a su familia que en su adolescencia tuvo un hijo que le fue arrebatado. Ahora,
con la ayuda de Martin Sixsmith (Steve Coogan), un ex corresponsal de la BBC,
tratará de encontrarlo.
El
otrora interesante Stephen Frears, regresa a la actualidad cinematográfica con Philomena, un sobrevalorado telefilme
melodramático basado en hechos reales, de desarrollo previsible y cierto
tufillo anticatólico, que hará las delicias tanto de las amas de casa (con todos
mis respetos para éstas) como de los fabricantes de clínex. La película, de
clara vocación comercial, contiene todos los tópicos y clichés del melodrama
barato y efectista.
A
su favor, cabe señalar que está filmada de manera impecable (demasiado
academicista tal vez), bien contada y magníficamente interpretada. Todo lo demás,
a excepción de la banda sonora de Alexandre Desplat (el compositor galo es
siempre una garantía), resulta bastante impersonal y rutinario. Un cúmulo de topicazos
y trampas emocionales cuyo único objetivo es conmover al cada día menos exigente
espectador medio. En ese sentido, hay que hacer hincapié en el uso y abuso por
parte de Frears de los flashbacks y
las filmaciones caseras en pos de la lágrima fácil. Luego está el discurso
anticatólico que subyace bajo el texto, tan simplista como que reduce todo a la
naturaleza malévola de unas cuantas religiosas reprimidas. Se echa en falta mayor
profundidad en la descripción de situaciones y personajes, amén de algo de originalidad
en el tratamiento formal y narrativo de la trama. Lo más interesante, a mi
entender, es la entrañable convivencia que se establece entre los dos
protagonistas, de caracteres, condición social, creencias y nivel cultural muy
diferentes.
En
definitiva, un trabajo, si no decepcionante, puesto que del realizador
británico ya espero poco, sí, cuanto menos, muy discreto. Para pasar el rato y
poco más.
Admiro mucho tu página pero cada vez que te leo no deja de asaltarme continuamente la idea de que realizas todas tus críticas y valoraciones bajo un sutil pero perceptible sesgo catolicista y creo que en algunas ocasiones esto te ciega a la hora de criticar según qué película.
ResponderEliminarCon esto por supuesto que no quiero desmerecer tu trabajo, mi opinión es sólo una opinión y estaré encantado si me contradices con argumentos de peso.
Un saludo,
M
Hola, Martxel:
EliminarMe parece algo exagerado afirmar que en todas mis críticas y valoraciones se percibe un sutil sesgo catolicista. Las opiniones que aquí expreso son siempre muy personales, por lo que es normal que de ellas pueda deducirse parte de mi pensamiento. De no ser así, no estaría siendo sincero ni con mis seguidores ni conmigo mismo. En cualquier caso, lo que te puedo asegurar, es que mis creencias, sean las que sean, nunca influyen a la hora de determinar si una película es mejor o peor.
Un saludo.
Bastante deacuerdo salvo por lo del anticatolicismo que no me parece para tanto.
ResponderEliminarQue obras destacarias de Frears a parte de Las amistades peligrosas?
Un saludo.
Hola, David:
EliminarDe Frears, además de con "Las amistades peligrosas", me quedaría con "Ábrete de orejas" y "Café irlandés". También me gustaron "Mary Reilly" y "La camioneta".
Un saludo.