“Esta
es la historia del rifle modelo Winchester de 1873, ‘el rifle que conquistó el
Oeste’. Para el vaquero, el forajido, el agente de la ley o el soldado, el
Winchester 73 era un preciado tesoro. Un indio vendería su alma por poseer
uno…”.
Lin McAdam (James Stewart) anda buscando al hombre que asesinó a su padre
por la espalda. Le acompaña “High Spade” (Millard Mitchell), un viejo amigo.
Ambos llegan a la ciudad de Dodge City, donde, con motivo de las celebraciones
del cuatro de julio, se organiza un concurso de tiro en el que se premia al
ganador con un rifle Winchester 73. Lin sabe que aquel al que persigue estará
allí.
Me atrevería a afirmar, sin temor a equivocarme, que Winchester ’73 es el mejor de todos los westerns de Anthony Mann. Y eso es mucho decir si tenemos en cuenta
que el director regaló al género un buen puñado de trabajos como La puerta del diablo (Devil's Doorway, 1950), Las furias (The Furies, 1950), Horizontes
lejanos (Bend of the River, 1952),
Colorado Jim (The Naked Spur, 1953), Tierras
lejanas (The Far Country, 1954), Desierto salvaje (The Last Frontier, 1955), El
hombre de Laramie (The Man from
Laramie, 1955), Cazador de forajidos
(The Tin Star, 1957), El hombre del oeste (Man of the West, 1958) o Cimarrón (Cimarron, 1960).
El verdadero protagonista de la película no es otro que el rifle que le
da título, el cual está siempre presente e irá pasando de mano en mano a lo
largo del metraje en singular peregrinación. El primero de sus propietarios es
Lin, después de haberlo ganado en el concurso. Más tarde se harán con él el
asesino al que éste busca (Stephen McNally), un contrabandista de armas sin
escrúpulos (John McIntire), un joven jefe indio (Rock Hudson), un cobarde
(Charles Drake), un matón (Dan Duryea) y nuevamente el asesino. Hasta que al
final termina su itinerario circular en las mismas manos en las que lo comenzó.
Wim Wenders, admirador del filme, señaló en una ocasión que el guión escrito
por Borden Chase, daba para, al menos, ocho buenos westerns. No se equivocaba. De manera paralela al recorrido
descrito por el rifle, asistimos a una obsesiva búsqueda por parte de Lin, tras
la que se esconde una tragedia familiar que culmina con un duelo a muerte en
medio de un árido paisaje rocoso. Además del enfrentamiento final, destacan
otras secuencias como la del concurso de tiro o el ataque indio al campamento. El
brío narrativo de Mann no decae en ningún momento.
El magnífico reparto raya a gran altura, especialmente James Stewart, en
la que supuso su primera colaboración con Mann, y Shelley Winters. A resaltar
también la fotografía en blanco y negro de William H. Daniels.
Western mayúsculo, en
definitiva, este Winchester ’73. Quizá la
mejor película de su enorme director.
Mann es un director que tengo muy pendiente. Le tengo muchas ganas. Podrías elegir entre él o Sam Peckinpah? :)
ResponderEliminarPor cierto, qué opinas de los Western de Boetticher? He leído que tiene alguna que otra maravilla.
Un saludo :)
Hola, neordental:
EliminarMe resulta imposible elegir entre Mann y Peckinpah. Adoro los westerns de ambos. Eso sí, el segundo me parece un cineasta mucho más personal.
Boetticher era un hábil artesano. De sus westerns con Randolph Scott me quedo con "Seven Men from Now".
Un saludo :)