“Al
escribir proyectas un mundo a tu medida”.
(Jesús
Fernández Santos)
Germain (Fabrice Luchini), profesor de Lengua y Literatura en un
instituto francés de secundaria, se muestra decepcionado ante el pobre nivel de
sus nuevos alumnos. Sin embargo, uno de ellos, Claude (Ernst Umhauer), que se
sienta al final de la clase, parece tener cierto talento a la hora de escribir.
Sus redacciones, en las que siempre habla sobre la familia de uno de sus
compañeros, harán que el profesor lo anime a seguir escribiendo.
El arte de contar historias ha acompañado al hombre desde la noche de los
tiempos. La superficie rocosa del interior de una cueva, fue el primer lugar en
el que el ser humano plasmó su necesidad de narrar. Con el devenir de la
historia, estos rudimentarios dibujos de trazo tosco dieron paso a un lenguaje
escrito perfectamente estructurado. A partir de entonces, la escritura fue
mudando el soporte sobre el que se proyectaba: arcilla, cerámica, madera,
tablillas de cera, huesos, piedra, metales, papiro, pergamino, papel. La llegada
de la imprenta permitió la producción masiva de libros, hasta ese momento en
manos de sólo unos pocos. De forma paralela a la evolución de la escritura, la pintura
y la escultura siguieron haciendo las veces de narradores no escritos. Más
tarde, con la aparición de los medios audiovisuales, entre ellos el cine, el
círculo terminaría cerrándose. En la casa,
último trabajo del realizador francés François Ozon, se inscribe dentro de esta
tradición milenaria de contar historias. La película está basada en la pieza teatral
El chico de la última fila, del
dramaturgo madrileño Juan Mayorga, y supone una lúcida reflexión acerca del
proceso creativo que surge del contacto del individuo con la realidad que lo rodea.
Manipulando esa realidad, se logra fijar nuestra atención sobre ella. Da igual
que se trate de un creador literario, cinematográfico o de cualquier otro tipo.
El objetivo es siempre el mismo: mantener el interés del receptor hasta el final
de la obra.
Claude es un adolescente solitario de origen humilde. Su madre lo
abandonó cuando era un niño, y ahora vive junto con su padre, un minusválido al
que tiene que preparar el desayuno cada mañana antes de ir al instituto. Con
todo ello, es normal que se sienta fascinado por la familia de Rapha (Bastien
Ughetto), un compañero de clase. Éste vive en una preciosa casa unifamiliar con
jardín. Su padre, que también se llama Rapha (Denis Ménochet), es un tipo
enrollado con el que juega al baloncesto y ve los partidos de los Memphis
Grizzlies por televisión; su madre, Esther (Emmanuelle Seigner), una
atractiva cuarentona aficionada a la decoración. Ambos lo adoran. Como se puede
apreciar, los Rapha (así los llama Claude) forman una familia ideal de clase
media. ¿Quién no querría pertenecer a una familia así? Para entrar en su casa,
Claude se hace amigo de Rapha, a quien empieza a ayudar con las matemáticas,
que no se le dan demasiado bien. Tal experiencia es relatada por Claude en una
redacción, lo que llama la atención de su profesor de Lengua, un escritor
frustrado que ve en su alumno a alguien con un enorme potencial. Animado por
Germain, que en horas extra le enseña cómo se debe construir un buen relato
literario, Claude sigue frecuentando el hogar de los Rapha, narrando en sus
textos y con todo lujo de detalles lo que allí le acontece. Empero, pronto
realidad y ficción comienzan a fusionarse sin que resulte fácil distinguir la una de la otra. De modo que lo que ha empezado siendo un simple juego didáctico,
parece derivar hacia algo mucho más serio. Germain y su mujer Jeanne (Kristin
Scott Thomas), ávidos lectores de lo que escribe el cínico Claude, serán
testigos, como nosotros los espectadores, de ese peligroso tránsito.
Los actores están fantásticos, especialmente el joven Ernst Umhauer. Sin
obviar la presencia de Emmanuelle Seigner, la guapa esposa de Roman Polanski. Ozon
imprime a su filme un ritmo magnífico que engancha desde los primeros minutos.
La narración es fluida pese a su complejidad; y la puesta en escena destaca por
su elegante sencillez. Lástima que durante el último tramo de la película
decaiga un poco el interés, y que ésta no culmine de la manera brillante que el
conjunto hubiese merecido.
Dans la maison, una de las
sorpresas más agradables, originales e inteligentes del cine francés de los
últimos años.
Había leído muy buenas opiniones y tenía miedo que me decepcionara un poco pero no ha sido así. Me ha gustado mucho la incertidumbre de todo lo que va pasando ya que no sabes qué pensar. Una gran película!!
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Manderly:
EliminarLa verdad es que se trata de una película que ha tenido una muy buena acogida crítica. No me decepcionó.
Un saludo.
Cada uno tiene su opinión. A mí me pareció falsaria, no entro en el juego en ningún momento y además los personajes están muy forzados y no me los creo. Ese rictus de chico inteligente/interesante/manipulador/bohemio es lo que me parece mas forzado. El rollo melancólico de la madre también me parece muy forzado.
ResponderEliminarUna película francesa en la que Kristin Scott Thomas está muy bien es en "Hace mucho que te quiero" de Philippe Claudel.
Salu2.
Hola, Francisco:
EliminarComo diría Clint Eastwood, las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene uno :)
Un saludo.
Hola Ricardo.
ResponderEliminarFrancois Ozon me parece un director muy interesante, recuedo las peiculas ``en la arena´´ y ``la piscina´´ las dos me gustaron, la segunda quiza mas que la primera aunque las vi hace bastante. Tendríá que retomarme a las primeras peliculas de Ozon para adentrarme en su cine, casi siempre con la homosexualidad presente.
Aún tengo una cita con Malick, esta semana espero verla en los unicos cines donde la proyectan en toda Bizkaia. Que casualmente son los unicos cines que quedan en la calle, en todo Bilbao.
Un saludo.
Hola, Álex:
EliminarDe Ozon sólo había visto "La piscina", filme interesante aunque inferior al que ahora nos ocupa.
No sabía yo que Bilbao estuviera tan mal en el tema de salas de cine... una lástima.
Un saludo.
En Bilbao, y en sus alrededores hay muchos cines. Eso si todos en centros comerciales, Excepto los que te comento, que son los únicos que quedan en la calle, son cines pequeños y su cartelerera siempre esta enfocada al cine de autor y al cine independiente.
EliminarEl problema no son las salas, si no en el contenido que se proyecta en ellas.
Pero bueno el problema es de la pirateria...
Un saludo Ricardo.
A mi me encantó. Un film de suspense inquietante y divertido, sorprendente, que incluye un comentario muy perspicaz sobre el proceso de la creación artística. Saludos.
ResponderEliminarHola, ricard:
EliminarLo sé. Si no me equivoco, creo que fue tu película favorita del pasado año :)
Un saludo.
Rara sensación fue la combinación entre la fantasía y la realidad que plasma el film.
ResponderEliminarUna de las películas mas huecas, vacías, efectistas y superficiales que he visto en mucho tiempo. Como se ha dicho, un cúmulo de efectos espurios a nivel de guión a mayor gloria de un mecano impostado y fariseo.
ResponderEliminarSoy de los decepcionados. No me creí nada de nada. Lo mejor son los momentos de humor. Al final, como sugiere Ricardo, la peli pincha, y un mal final es lo peor que le puede pasar a una película de suspense.
ResponderEliminarDe mis pelis favoritas! Yo la vi por el tour de cine francés y para mi fue la mejor de todas! Me encanto!
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