“El
estilo es el ropaje del pensamiento; y un pensamiento bien vestido, como un
hombre bien vestido, se presenta mejor”. (Conde de Chesterfield)
A pesar del conflicto civil que asola China, el expreso de Shanghai sigue
funcionando como de costumbre. Shanghai Lily (Marlene Dietrich), conocida mujer
de vida disipada, se sube a él ignorando que allí se reencontrará con el
Capitán Harvey (Clive Brook), un antiguo amante al que abandonó tiempo atrás.
El señor Chang (Warner Oland), líder revolucionario que también viaja en el
tren, impedirá que el trayecto se desarrolle con la normalidad deseada.
Otro fascinante ejercicio de estilo cinematográfico a cargo de Josef von
Sternberg, cuya cámara se posa nuevamente sobre el magnético rostro de la
Dietrich, con el fin de arrebatarle un puñado de primeros planos de sublime
belleza. Nunca un cineasta filmó con tanta devoción a su actriz principal. Es
por ello que las películas del dúo Sternberg-Dietrich, aun con su
artificialidad y tono liviano, siguen conservando su capacidad para cautivar a
cinéfilos de todo el mundo.
Shanghai Express fue rodada de
manera íntegra en estudios, lo que permitió al autor de El ángel azul tener un control total de la puesta en escena. Ésta
vuelve a inscribirse dentro del expresionismo formal, generando soluciones
estilísticas típicamente sternbergianas en una barroca y opresiva atmósfera. La
primera parte del filme transcurre entre compartimentos y pasillos, sentando las
bases narrativas de las que posteriormente tomarían nota multitud de obras en
las que la acción también se desarrolla en el interior de un tren, empezando
por Alarma en el expreso (The Lady Vanishes, 1938) de Alfred
Hitchcock.
La película se inicia en una
atestada estación de Shanghai magníficamente recreada para la ocasión. La
cámara de Sternberg se desliza con habilidad a través de un sinfín de viajeros
y comerciantes que pululan por la zona. Durante estos primeros minutos de
metraje, el director va presentando a todos los personajes que intervendrán, en
mayor o menor medida, a lo largo de la trama. Una vez embarcados, el interés de
la cinta se centra en las relaciones que se establecen entre ellos: individuos
de distintos caracteres, nacionalidades y categorías sociales. Esta fórmula
argumental recuerda al relato Bola de
sebo de Guy de Maupassant, que, bajo los parámetros del western, sería libremente adaptado unos
años después por John Ford en La
diligencia. El contexto donde se ubica el filme, bélico al igual que el de
la citada obra literaria, importa poco al cineasta vienés, a quien sólo le
interesa la reconciliación amorosa entre Shanghai Lily y el Capitán Harvey. Miento.
En realidad lo único que le interesaba era filmar a su musa. Y cómo lo hacía.
Concluyo. Si aún son ustedes profanos en la filmografía sternbergiana, El expreso de Shanghai es una buena
oportunidad para adentrarse en ella. No lo lamentarán.
Wow... mas allá de la estupenda critica de esta película (a la que por cierto yo le daría las 5 estrellas) me encanto el nuevo diseño de tu blog, quedo genial. Enhorabuena.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Dan Chaplin:
EliminarMe agrada mucho ese entusiasmo que muestras para con el nuevo diseño del blog. La verdad es que yo también creo que ha quedado bastante bien :)
Un saludo.
Una de las grandes Divas, en el sentido literal de la palabra, que dió el cine, y de esta cuestión debemos adjudicarle todo el mérito a su pigmalión Sternberg.
ResponderEliminarEl la enseñó a maquillarse, la envolvió con atuendos sofisticados, y la convirtió en una diosa.
El expreso de Shanghai, es prueba de ello; Marlene aparece en toda su esencia, bella, exquisita, tanto que casi ni le hacía falta saber actuar, a eso, a actuar, aprendió más tarde.Yo escribí sobre su relación en mi blog, y a medida que lo iba haciendo cada vez me fascinaba más esta pareja.Un saludo. Por cierto la fotografía de cabecera es preciosa.
Hola, SqSmaravillosa:
EliminarUna diva con mayúsculas, como bien dices. Apuntas la clave del éxito de la Dietrich: su relación con Josef von Sternberg, de quien también fue amante. El director vienés moldeó a la actriz alemana hasta conformar lo que hoy conocemos de ella. Creo que el uno sin la otra, y la otra sin el uno, no habrían sido los mismos.
La fotografía de cabecera pertenece a otra película del dúo Sternberg-Dietrich: "Marruecos".
Un saludo y gracias.
Excelente reseña Ricardo. Según mi padre (gran cinéfilo), la Dietrich nunca estuvo mejor retratada que en esta película. Sin haber visto las siete que hicieron juntos, hasta ahora mi ranking lo encabeza "El angel azul", luego "Capricho Imperial", "El expreso de Shangai" y finalmente "Marruecos". De las que me faltan, como las pondrías en orden de tu preferencia ???
ResponderEliminar