“La
necesidad más profunda del hombre es, entonces, la necesidad de superar su
separatidad, de abandonar la prisión de su soledad”. (Erich Fromm)
Ali (Matthias Schoenaerts) tiene que hacerse cargo por vez primera de su
hijo Sam (Armand Verdure), de cinco años de edad. Una noche, mientras trabaja
como portero de discoteca, conoce a Stéphanie (Marion Cotillard), una domadora
de orcas que poco después sufre un trágico accidente que la deja incapacitada.
Tras conocer las mieles del éxito crítico con su anterior trabajo, la
aclamada Un profeta (Un prophète, 2009), el director francés
Jacques Audiard regresa ahora con este interesante drama amoroso que destaca
por su descarnada “fisicidad”. Y es que el cuerpo, herido y gozoso, e incluso
mutilado, es el verdadero protagonista de la película. Por ello Audiard lo
filma de manera explícita y sin concesiones, ya sea en escenas violentas o
sexuales.
De rouille et d'os dista mucho
de ser un filme redondo. Carece de profundidad en la descripción de personajes,
y la trama acusa cierto desequilibrio producto de estar basada en dos relatos
diferentes de Craig Davidson; sin embargo, posee una cualidad muy propia del
cine europeo en contraste con el norteamericano: el realismo. Uno sale afectado
de la sala porque tiene la sensación de haber contemplado un pedazo de vida,
uno de esos dramas diarios que tan comúnmente nos rodean y de los que ninguno estamos
libres. Ahí radica su principal valor.
La relación entre Ali y Stéphanie, sustentada más en la necesidad que en
el amor, está bastante conseguida gracias a las espléndidas composiciones de Matthias
Schoenaerts y Marion Cotillard: fuerza y cerebro, tosquedad y refinamiento
unidos en búsqueda de la armonía vital. La actriz francesa se muestra hermosa
incluso sin piernas, convirtiéndose en la tullida cinematográfica más
apetecible desde la Tristana/Deneuve de Buñuel.
A la cinta no le faltan las imágenes de violencia (Ali se aficiona a las
peleas callejeras en las que se apuesta para conseguir dinero) y retrato social
tan del gusto de su director, aunque sobre ellas prevalecen otras de corte más
lírico, a menudo filmadas a contraluz. Hay una difícilmente olvidable, la del
reencuentro de Stéphanie con la orca a través de un cristal. Bellísima.
Mm tiene buena pinta. ¿Qué opinas de Audiard? A mi "De latir mi corazón se ha parado" me pareció una buena película, y "Un profeta", simplemente, de lo mejor de la pasada década. Una película magistral.
ResponderEliminarHola, neordental:
EliminarAudiard me parece un director interesante. De momento lo dejo en eso. "De latir mi corazón se ha parado", "Un profeta" o el filme que nos ocupa son buenas películas, pero no extraordinarias.
Un saludo.
No la he visto todavía, pero le tengo ganas porque sale Marion Cotillard y porque la dirige el señor que hizo "El profeta". Un abrazo.
ResponderEliminarHola, ricard:
EliminarSí, ahora nos enfrentamos a un par de meses en los que las películas interesantes se acumulan. Habrá que tener paciencia :).
Un abrazo.
Gracias por esta reseña, he leído un par de opiniones sobre la misma en otros blogs y hasta leer la tuyo no me quedaba bastante claro cuales eran los puntos débiles y fuertes de la película.
ResponderEliminarLa veré pero no creo que sea en el cine, por lo que cuentas tiene pinta de durilla (dramón hiperrealista) y no creo que con convenza a Cristina para ir al cine para ver una película de esa catadura.
Ahora me gustaría hablar sobre monsieur Audiard, no voy a mentir así que diré que "Un Profeta" me gustó, pero creo que es una buena película sobrevalorada por la crítica y los premios, y eso a mi juicio, por tanto subjetivamente, lamentablemente le resta valor.
"Un profeta" es una película con vocación de gran película, me explicaré Audiard es consciente en todo momento de que está escribiendo, filmando y montando una "gran" película de esas que redefinen un género.
Y con ello comparte esencia con esos grandes títulos con los que se la ha comparado/equiparado :o "Godfellas", "Once upon in América", "Scarface"... Pero a mi juicio le falta lo que a estas les sobra: calidez, empatía... no es una película cercana a pesar de su vocación realista y de su perfección formal. Demasiado fría y astuta para ser considerada la obra maestra que se pretende... su vocación me recuerda, salvando las distancias, a la de "La red social" de "Fincheratu".
Un abrazo.
Hola, camarada:
EliminarEfectivamente, "De óxido y hueso" es un dramón. En estas fechas apetece más ver otro tipo de cosas, la verdad. Así que haz caso a Cristina :)
Firmo todo lo que dices con respecto a "Un profeta", que, aun siendo la mejor película de Audiard, está lejos de esa obra maestra que nos vendieron. Eso sí, no me la compare usted con ese bodrio de "Fincheratu" titulado "La red social". No soporto esa cinta :O
Un abrazo.