“La
verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se
ha oscurecido”.
(Rabindranath
Tagore)
Emilio,
anciano con principio de Alzheimer, es recluido por sus familiares en una
residencia para mayores. Allí conoce a Miguel, su compañero de habitación, un
entrañable caradura de acento argentino con quien establecerá una hermosa
relación de amistad.
Esta
preciosa adaptación animada de la novela gráfica del historietista español Paco
Roca (Premio Nacional del Cómic en 2008), quien también participa en la
escritura del guión, constituye un conmovedor relato acerca de la amistad, la
vejez, el paso del tiempo y la soledad, en un contexto, el de nuestra sociedad
actual, donde algo tan natural como hacerse mayor, supone convertirse en un
estorbo que es preciso dejar de lado. Como si ese puerto vital, el de la
senectud, no fuera al que todos, un día u otro, iremos a parar.
Si
bien es cierto que la película transita por lugares comunes a su temática (la
degeneración física y mental, el sentimiento de soledad, los recuerdos), no lo
es menos que lo hace sin caer nunca en la lágrima fácil o el sentimentalismo
barato. Uno de sus mayores logros, al margen de su entrañable sentido del
humor, es la veracidad que desprenden casi todos sus personajes, muy cercanos,
pese a tratarse de simples dibujos animados. Cualquiera de nosotros puede reconocer
entre ellos a alguien de su propio entorno. Ferreras acierta al alternar el
tiempo presente con fugaces flashbacks
del pasado del protagonista y alucinaciones de algunos de los pacientes de la
residencia (la anciana que mientras mira la ventana de su habitación cree estar
a bordo del Orient Express en dirección Estambul). La narración es fluida, lo
que hace que sus apenas ochenta minutos de duración pasen en un santiamén. Pero
lo mejor de todo es la bellísima relación de amistad que surge entre Emilio y
Miguel, y cómo éste trata de disimular el empeoramiento progresivo de su amigo
con el objetivo de evitar que lo trasladen a la temida planta de arriba, la de
los incapacitados, el lugar del que nunca se regresa.
Arrugas,
uno de los mejores filmes españoles de los últimos años, nos recuerda la
importancia del amor desinteresado (la amistad es una de las mil caras del
amor), el que se entrega sin esperar nada a cambio, y demuestra lo bien que se
pueden hacer las cosas en este país en el ámbito del cine de animación, cuando
se aúnan talento y medios para conseguirlo.
Más
que notable. Deliciosa.
Una película muy emotiva. Hasta se me cayó alguna lagrimilla y todo...
ResponderEliminarEl otro día mientas la veía pensé que tu la debías estar viendo. Parece ser que sí.
Saludos.
Hola, Francisco:
EliminarCasualidades de cinéfilos, pero sí, efectivamente, la otra noche la estuve viendo en la 2. ¿Habremos sido los únicos? :)
Un saludo.
Yo no la vi en la 2 pero la bajé automáticamente después de leer tu reseña y ¡vaya sorpresón Ricardo!
ResponderEliminarPreciosa película y eso que el dibujo y el doblaje no me han gustado especialmente. Suerte que la narración me ha parecido impecable, los personajes trabajados y bien profundos (el argentino resentido no tiene precio) y algunas escenas como la de la piscina o la del intento de suicidio por poner un par de ejemplos dignas de figurar entre las mejores del cine de animación de todos los tiempos.
Por cierto, ya que sacas el tema, ¿qué tal un top10 de cine español en lo que va de siglo, aunque sea aquí en los comentarios como antiguamente?
Hola, David:
EliminarTengo pendientes demasiadas cintas españolas de los últimos años como para elaborar un top ten en condiciones. Lo que sí te puedo decir es que, de las que he visto, mi favorita es "En la ciudad de Sylvia", de José Luis Guerín. También incluiría "Blancanieves", "En construcción", "Los otros" o la comentada "Arrugas".
Un saludo.
Recomiendo también el Comic, el formato entrega lo suyo también, sobretodo en el final.
EliminarMuy buena historía.