“Realmente,
el mundo está poblado de brujas; unas más benignas, otras más implacables; pero
el reino no sólo de la fantasía, sino el de la realidad evidente pertenece a
las brujas”.
(Reinaldo
Arenas)
Ciudad
de Salem. Heidi (Sheri Moon Zombie) es una locutora de radio que presenta un
exitoso programa nocturno dedicado al rock duro. Un día, recibe un vinilo
promocional de una banda llamada “The Lords”. Tras escucharlo, comienza a
sufrir terribles pesadillas y alucinaciones.
Si
entendemos que una buena película de terror es aquella que logra generar inquietud en sus espectadores, debe afirmarse entonces que The Lords of Salem, el último trabajo del singular cineasta y
músico Rob Zombie, se erige como una espléndida muestra de dicho género. Y es
que más allá de lo irregular de su guión, de los efectismos visuales que lo aderezan,
de la pobre interpretación de su actriz protagonista (el bombón de Sheri Moon
Zombie, mujer y musa del director), y de algún que otro momento ciertamente
risorio, el filme, deudor en muchos aspectos de La semilla del diablo de Roman Polanski, posee imágenes de enorme poder
y capacidad turbadora.
La
cinta se abre con una aterradora mirada al pasado de la ciudad, a ese tiempo en
el que los aquelarres nocturnos cubrían de horror las interminables horas de la
madrugada. En torno a una hoguera, la bruja Margaret Morgan (Meg Foster) y sus
acólitas, viejas de carnes pútridas y flácidas, invocan al señor de las tinieblas
entre blasfemias que no es lícito reproducir. Luego la acción se traslada al
presente. Heidi, tendida sobre su lecho, descansa antes de partir hacia la
radio. Zombie introduce de inmediato un elemento inquietante en la trama. Al
asomarse al pasillo comunal del pequeño apartamento donde reside, la chica observa
que la puerta del fondo, la número cinco, está abierta. Pregunta si se trata
del nuevo inquilino, pero nadie le responde y la puerta se cierra. Poco después,
cuando comenta lo sucedido a su casera, ésta le asegura que ese apartamento está
vacío. Aún más desconcertante es lo que acontece algo más tarde, al regresar
del trabajo junto a un compañero. Heidi coloca en su equipo de música el vinilo
que le ha sido enviado; una melodía siniestra y primitiva comienza a sonar. La
locutora parece sentirse mal, una espantosa visión la invade. Como veremos al
día siguiente, esa música también causará un efecto curioso en otras mujeres de
Salem tras escucharla en la radio. ¿Qué misterio oculta el disco de vinilo? ¿Por
qué la casera y sus excéntricas hermanas son tan amables con Heidi? ¿Qué es lo que
provoca que las pesadillas y alucinaciones que la protagonista padece sean cada
vez más horripilantes? El personaje de Bruce Davison, a quien Heidi conoce en su
emisora cuando éste presenta un libro sobre brujería, nos ayudará a revelar
todas las claves.
La
parte más sorprendente y original de la película es su tramo final, mezcla de
surrealismo irreverente con alucinadas imágenes de demonología avanzada. Un
Zombie absolutamente desbocado. El espectador quedará estupecfacto sin saber si
aplaudir o pitar. Lo que está claro es que The
Lords of Salem no dejará indiferente a nadie. Yo, a título personal, la he
disfrutado mucho.
Hola Ricardo! Ni idea tenía de esta película que reseñas, pero sin duda que no me la pierdo, porque me encanta este tipo de cine. Lo que yo quiero es que me sorprendan y creo que esta peli cumplirá con mis expectativas. Saludos!!!!
ResponderEliminarHola, SqSmaravillosa:
EliminarOjalá cumpla con tus expectativas. Ya nos contarás qué te ha parecido cuando la veas. No pases mucho miedo :)
Un saludo.
Menudo bodrio. Pero para gustos... Solo cuando suena Mozart parece que algo pero al final es puro fuego de artificio y eso que le he puesto muchas ganas.
ResponderEliminarSalu2.