"El
mundo se divide en dos categorías: los que tienen el revólver cargado y los que
cavan. Tú cavas".
En plena Guerra de Secesión norteamericana, un cazarrecompensas (Clint
Eastwood), un bandido (Eli Wallach) y un asesino a sueldo (Lee Van Cleef)
buscan un tesoro confederado que se halla oculto en un cementerio. Cada uno de
ellos necesita de los otros dos para poder encontrarlo.
A estas alturas, nadie duda ya de que el western, al menos en su vertiente estilística, se reformuló en manos
de Sergio Leone cuando el cineasta italiano, que venía de realizar un par de peplums bastante mediocres, decidió
llevar a cabo un remake del Yojimbo de Kurosawa. A Por un puñado de dólares le siguieron La muerte tenía un precio y el filme que
nos ocupa, cerrándose de este modo la llamada “trilogía del dólar” o “trilogía del
hombre sin nombre”, que supuso el encumbramiento de su director. Leone había
querido que Henry Fonda interpretase sus películas (lo conseguiría finalmente unos
años después en C'era una volta il west,
su obra maestra), pero la falta de presupuesto le obligó a contratar a un actor
por entonces desconocido; un Clint Eastwood a quien el papel de pistolero
apático e imperturbable terminaría por convertirlo en una auténtica leyenda.
Durante la primera media hora, la más brillante junto con el duelo final en
el cementerio, Leone presenta a los tres personajes principales con apenas unas
líneas de diálogo. Una leyenda con sus respectivos apodos del título, se graba
sobre el fotograma congelado de cada uno de ellos: Tuco, “el feo”; Sentenza,
“el malo”; Rubio, “el bueno”. En un principio, Tuco y Rubio forman una sociedad
con el fin de conseguir dinero. El primero, un delincuente perseguido, es
entregado a las autoridades de distintas localidades por el segundo, a cambio
de las correspondientes recompensas que por su cabeza se ofrecen. El modo que
tienen de operar es siempre el mismo: cuando Tuco va a ser ahorcado, Rubio,
situado en algún lugar cercano a la ejecución, dispara a la soga y ambos huyen
camino de otro pueblo al que estafar. Con cada huida, el precio por la cabeza
de Tuco aumenta, y, por tanto, también lo hace el botín a conseguir en la
próxima estación. Pese a que esta curiosa sociedad acaba rompiéndose por culpa
de la ambición, la complicidad entre sus dos miembros se mantendrá a lo largo
de toda la cinta. Al margen de estos dos granujas se encuentra Sentenza, asesino
despiadado que se entera de la existencia del tesoro cuando realiza uno de sus
“encargos”. Sin embargo, para encontrarlo precisa de Tuco y Rubio, quienes por
cuestiones del zar, han descubierto el nombre del cementerio y de la tumba donde
se halla. Lo curioso del caso, es que mientras uno sólo sabe una cosa, el
otro sólo sabe la otra, por lo que su colaboración se hace igualmente
necesaria.
El filme está plagado de los habituales primeros y primerísimos planos
del cine de su autor, que también experimenta con el estiramiento del tempo
narrativo, característica que extremaría en su siguiente trabajo, y con la
coreografía entre imágenes y música (inolvidable partitura de Ennio Morricone).
Magníficas interpretaciones del trío protagonista, sobre todo de Eli Wallach.
En su contra se puede argumentar un excesivo metraje, lo poco creíbles
que resultan algunas situaciones del guión y cierta precariedad de medios en
las secuencias a gran escala (las batallas entre nordistas y sudistas). Pese a
ello, El bueno, el feo y el malo
constituye uno de los ejercicios westernianos más gozosos y populares de la
historia del séptimo arte. De visión obligada.
Saludos de nuevo, estimado colega. Disculpa que no haya aparecido últimamente, pues has entrado en una racha de reseñar películas de estreno, que ni por asomo han llegado por estas tierras, pero en todo caso tomo nota. Gracias por el trabajo ahorrado, señor becario. Concuerdo plenamente que este largometraje es de visión obligada y lo mejor de la Trilogía del dólar. Esa banda sonora de Morricone era tan popular que mi primo mayor me torturaba silbándola todo el tiempo, cuando éramos muy chicos. Cierto, la película es algo lenta y se siente muy larga a momentos, pero los famosos duelos de las miradas entre los contendientes son antológicos, marca Leone sin duda. Con este largo feriado (puente) que tendremos por carnavales, le daré una repasada que no he efectuado desde hace años.
ResponderEliminarHola, José:
EliminarMe alegra verte nuevamente por aquí. No sabía que en Bolivia se celebrasen los carnavales, ¿de qué te vas a disfrazar? :). Aquí, en mi ciudad, esas fiestas murieron hace ya algún tiempo.
Yo también tengo recuerdos de la "trilogía del dólar" de cuando era sólo un niño. Vagamente llegan hasta mí imágenes de un cine de verano donde aparecía Clint Eastwood ataviado con su poncho; en mis manos, un bocata de salchichas con tomate :P
Un saludo, estimado colega.
Hace poco había comentado sobre esta película..y creo que, una excelente coincidencia e ideas cercanas, como película, visual y lenguaje fílmico excelente, pero en el guion algunos fallos y metraje excesivo, dejo mi critica más por referencia que por cualquier otra cosa, un saludo: http://asaltovisual.blogspot.com/2013/02/el-bueno-el-malo-y-el-feo-las-tres.html
ResponderEliminarHola, Andrés:
EliminarEstoy de acuerdo contigo en que el guión no es el fuerte ni de esta película, ni del cine de Leone en general. Tomamos nota de tu reseña.
Un saludo.
La ví hace mucho tiempo (creo que la reponen más bien poco en televisión, al contrario de "Por un puñado de dólares") pero me pareció un peliculón. Saludos.
ResponderEliminarHola, ricard:
EliminarEs cierto que en comparación con las otras dos entregas de la trilogía, "El bueno, el feo y el malo" no la pasan demasiado por TV. Yo la tengo muy vista porque en mi casa ha estado presente (vhs, dvd...) desde que era un niño. Merece que la revises.
Un saludo.
Eh Rubio ¿sabes de quién eres hijo?, ¡eres un hijo de mil...(bso) jajaja, genial, uno de mis westerns favoritos. He oido decir que los spaghetti son todos iguales, todos desaliñados y con barbas, misma música trompetil (reconocible y grandioso Morricone), mismas localizaciones, etc. Yo sólo he visto éste y "Hasta que llegó su hora" (mi western favorito) asique no se si esa afirmación es cierta más allá de Leone pero precisamente esas caráctericas desmitificadoras son las que a mi me fascinan, bastante más creibles que la música épica, personajes perfectamente peinados y aseados en mitad del desierto y esos decorados de cartón piedra tan hollywoodienses que tanto me molestan a la vista, ¿tan dificil/caro era rodar en exteriores o currárselo un poco más?.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, David:
EliminarTengo que reconocer que, a excepción de las películas de Leone, no soporto el "spaghetti-western". Creo que este subgénero, debido a su mediocre calidad en términos generales, ha hecho más mal que bien al western.
Un saludo.
Repito que fuera de Leone no he visto nada asique no puedo opinar, sólo se que su manera de hacer westerns a la italiana me encanta.
EliminarÚltimamente la estan poniendo bastante en el canal DeCineEspañol, casualmente ayer tras escribir mi comentario puse la TV y la estaban echando, esta vez en NOVA, no tuve más remedio que verla a pesar de ya haberla visto un par de veces y en cadidad HD :)
Un saludo.
Bendita casualidad entonces :)
EliminarUn saludo.