"¡Ámala,
ámala, ámala! Si te complace, ámala. Si te hiere, ámala. Aunque te rompa el
corazón, y a medida que envejezca y se endurezca se te desgarrará más, ¡ámala,
ámala, ámala!". (Grandes
esperanzas de Charles Dickens)
Pip (Toby Irvine/Jeremy Irvine) es un niño huérfano que vive junto con su
hermana y el marido de ésta, un humilde herrero. Después de ayudar, en secreto
y bajo amenaza, a un convicto (Ralph Fiennes) a liberarse de sus grilletes, es
enviado a la vieja mansión de la Señorita Havisham (Helena Bonham Carter), una extravagante
mujer que se encarga de la educación de su altanera sobrina Estella (Helena
Barlow/Holliday Grainger). Pip queda prendado de la pequeña diablesa, aunque
sabe que, por diferencias de clase, jamás podrá aspirar a conseguir su amor.
Cierto día, la Señorita Havisham decide prescindir de los servicios del chico,
que empieza a ser instruido en el oficio de herrero por su cuñado, hasta que,
transcurrido un tiempo, un abogado llegado desde Londres, le informa de que un
misterioso benefactor desea sufragar sus estudios para que se convierta en
caballero.
Con motivo del segundo centenario del nacimiento de Charles Dickens, se
ha llevado a cabo en Reino Unido una nueva adaptación de Grandes esperanzas, la que para muchos constituye la mejor obra del
afamado novelista inglés. El resultado, aun contando con una impecable factura
visual y pese a atenerse por completo al texto original, no deja de ser un
pelín académico y rutinario, bastante alejado de las excelencias
cinematográficas que poseía la versión dirigida en 1946 por David Lean, y que
aquí recibió el título de Cadenas rotas.
Bajo mi punto de vista, la cinta incurre en dos errores que terminan
lastrándola: el primero tiene que ver con el desequilibrio que presenta su estructura
temporal, demasiado extensa en su primera parte y precipitada en un tramo final
donde la abundancia de información y situaciones, acaban por enmarañar el
relato hasta confundir al espectador. El segundo es la inadecuada elección de
los dos actores principales; tan guapos como faltos de carisma en pantalla.
Sobre todo si los comparamos con unos secundarios de la talla de Ralph Fiennes
o Helena Bonham Carter (cada día más “burtonizada”, por cierto), cuyas sólidas
composiciones aportan notoriedad y hacen suyas todas las escenas en las que
aparecen. De hecho, la película pierde mucho cuando ellos no están.
A lo largo de sus más de dos horas de metraje, el filme trata algunos de
los habituales temas del universo dickensiano, como la desigualdad social, la
pobreza, la educación o el maltrato infantil. El sentido del humor de la obra
literaria y sus episodios más sórdidos (que los hay) también están presentes.
Amén de una espléndida reconstrucción de época y una bonita fotografía que
envuelven al conjunto.
Lo mejor: las secuencias que tienen lugar en el interior de la decadente
y sombría mansión Havisham, con una magnífica Bonham Carter a lo “novia
cadáver”. No tienen desperdicio.
Maldición, ¿Cuando se ha estrenado que no me he enterado? :O Es verdad que los protagonistas parecen sumamente blandengues. Lástima.
ResponderEliminarUn saludo!!
Hola, Wolfville:
EliminarNo se estrena hasta el próximo mes de marzo. Yo la he visto en el Festival de Sevilla.
Un saludo.
Hola!
ResponderEliminarEspero tu crítica de Holy Motors (Leos Carax, 2012), sólo por su introducción se merece un visionado, y tiene segmentos de inconmesurable belleza, para mí una obra maestra.
De Tarr, curiosamente todavía no ví "La condena" , y en un foro encontré su filmografía anterior, ¿qué opinas de ella ( dos de sus peliculas las considero la mejor de la decada de los 90` y oo` jaja, puede ser tonta la pregunta)?
¿Alguna joya que pueda desconocer ?
Gracias! Cuidate! Saludos!
Hola, Yoel:
EliminarAún no he visto "Holy Motors". Del Béla Tarr anterior a "La condena" te recomiendo "Nido familiar", su ópera prima.
Saludos.