“¡Que brille tu cielo, que sea clara y serena tu sonrisa, que Dios te
bendiga por el minuto de bienaventuranza y felicidad que diste a otro corazón
solitario y agradecido! ¡Dios mío! ¡Sólo un momento de bienaventuranza! Pero,
¿acaso eso es poco para toda una vida humana?” (Noches blancas de Fiódor Dostoievski)
Leonard (Joaquin Phoenix) es un joven con problemas psiquiátricos que ha
intentado suicidarse en varias ocasiones después de que su prometida lo
abandonara. Ahora trata de recuperarse en el apartamento de sus padres. De la
noche a la mañana, dos mujeres muy diferentes entran en su vida: Sandra (Vinessa
Shaw), la sencilla hija del nuevo socio de su padre, y Michelle (Gwyneth
Paltrow), una vecina recién llegada que mantiene una difícil relación con un
hombre casado.
Notable melodrama que se inspira de un modo libre en la novela corta Noches blancas del literato ruso
Dostoievski. Pese a lo convencional que pueda resultar el argumento, la
elegante y sutil dirección de Gray, el respeto profesado hacia sus personajes, la
intensidad dramática que aportan las interpretaciones de Phoenix y Paltrow,
ambos soberbios, así como la profunda herida que en el alma del espectador abre
su visionado, hacen que Two Lovers se
erija como uno de los filmes más hermosamente tristes de los últimos años. Cercano
en espíritu al desesperado romanticismo y la bipolaridad del Vértigo de Hitchcock.
¿Qué caprichoso demiurgo es aquel que sacude las riendas de nuestro
corazón, de tal modo que hace que nos enamoremos de la persona inadecuada aun a
sabiendas de que no nos conviene? ¿Por qué el destino, hastiado en su eterno
acontecer, se divierte obligándonos a querer a quien no nos quiere y a no
querer a quien sí lo hace? ¿Hasta cuándo va a durar este cruel juego que sólo
provoca mala conciencia y sufrimiento? Es posible que alguna de estas preguntas
retóricas pasara por la cabeza del atribulado Leonard antes de lanzarse desde
el muelle en busca de la muerte. En lo que a buen seguro no pensó, fue en que unas
horas más tarde de ese fallido intento de suicidio, terminaría conociendo a la
mujer de su vida y a la mujer con la que compartiría su vida, que bien es
sabido por todos que no siempre son la misma persona. Las dos suponen una
extensión de la propia bipolaridad que padece el protagonista: una, Sandra,
morena, de carácter llano y familiar, podría asociarse a los episodios
depresivos de la enfermedad; la otra, Michelle, rubia, divertida y algo alocada,
lo haría con los períodos de euforia habituales en ese tipo de trastorno. Esta dualidad
también queda de manifiesto en los espacios de encuentro con cada una de ellas:
cerrados y familiares con Sandra; abiertos y de mayor sociabilidad con Michelle
(imborrable la segunda secuencia en lo alto de la azotea, presidida por un frío
y gris crepúsculo).
Gray narra de manera pausada, alejándose del canon comercial hollywoodiense
y mostrando una gran sensibilidad en las escenas más íntimas. La fotografía de Joaquín
Baca-Asay es exquisita, al igual que la cuidada selección musical, que incluye
fragmentos de la ópera Cavalleria
rusticana de Pietro Mascagni.
En su asombrosa mezcla de clasicismo y modernidad, marca de la casa de su
infravalorado director, reside buena parte del mérito de esta excelente película.
Imprescindible dentro del cine estadounidense actual.
Precioso el párrafo de Dostoievski y tan bien descrito el argumento de esta película, que no he visto, y que sin duda lo haré en cuanto disponga de tiempo. Hoy es un dia especial para mí, y lo celebro visitando tu blog. Gracias, Ricardo! Un abrazo
ResponderEliminarHola, selegna:
EliminarMe alegra verte de nuevo por aquí. Espero que te guste la película.
Un abrazo.
No tenía ni idea de que estaba inspirada en esa novela de Dostoyevksi. Me gusta mucho como planteas un tipo de mujer (podría ser al revés) para su bipolar personalidad. Es una película que no se olvida y eso es mucho.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Fransico:
EliminarPues sí, está inspirada en la novela de Dostoievski, aunque sea muy libremente. No sólo no se olvida, sino que va creciendo dentro de uno.
Un saludo.
Creo que me ha gustado más tu comentario que la propia película. Lo mejor para mí, la interpretación de Phoenix. Creo que es un buen filme, pero no me parece que esté tan conseguido como en tu reseña apuntas. Excelente fotografía y buena música; pero nada nuevo que aportar.
ResponderEliminarBesitos
Hola, María:
EliminarGracias por lo que a mi comentario respecta. Phoenix está genial, como casi siempre.
Besitos :)
Estoy de acuerdo en que es una película excelente, apasionante pese a la relativa sencillez de su argumento. Los personajes están muy bien descritos, así como la relación con su entorno. Y, como señalas, la música es excelente; me gustó mucho la escena en que Michelle va a la ópera mientras él escucha la misma obra en el reproductor de cedés en su casa, con el ruído del vecindario de fondo. Saludos.
ResponderEliminarHola, ricard:
EliminarEse escena que comentas es realmente magnífica. De lo mejorcito de la película. Preciosa la música de Mascagni.
Un saludo.
Es una película que disfrute mucho al igual que las espléndidas We Own the Night y The Yards, aún no he visto su primera película, Little Odessa. La primera secuencia nos define ya al personaje, en donde Leonard ( un Phoenix en la que de lejos es su mejor actuación )inseguro y vacilante camina sobre el muelle hasta que se arroja al agua. Luego decidir entre el equilibrio de una y la pasión de otra... Una película memorable.
ResponderEliminarSaludos Ricardo.
Hola, Zarturo:
EliminarYo tampoco he visto su ópera prima. James Gray es un director a tener muy en cuenta. "Two Lovers" me parece, hasta ahora, su mejor filme.
Un saludo.
Este soberbio film evita a toda costa la rentable blandenguería que suele aplicarse al drama y la comedia romántica, que en este caso gira sobre el consabido esquema de un hombre vulnerado por la soledad, debatiéndose entre dos opciones amorosas: la estabilidad y la calma que representa una mujer diseñada para la vida familiar, y el riesgo, el desequilibrio, de otra que se cruza casi como un fantasma, activando el deseo, el peligro de lo utópico. Al borde de la psicopatía, nuestro escindido y familiarmente presionado Leonard (un excelente Joaquin Phoenix) se enfrenta a una dicotomía de previsible (y en cierto modo, trágico) desenlace.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Teo:
EliminarCoincido en todo lo que señalas acerca de esta excelente película. Gray nos demuestra que el melodrama aún no ha muerto. Estaremos atentos a la evolución de este interesantísimo cineasta.
Un saludo.
La mejor película del 2008? Me gusta mucho Gray. Es brillante pero no acaba de despegar del todo. A ver cuando puedo ver 'The Inmigrant'.. (tu favorita de él sigue siendo esta?)
ResponderEliminarMuy buena crítica, Ricardo. He visto la película dos veces y me ha gustado las dos (aunque quizá más la primera; creo que no soporta del todo bien la revisión). Es cierto que la historia es de lo más trillada, pero el ritmo es acertadísimo (nunca decae), y aunque el desarrollo es bastante previsible, el interés se mantiene hasta el final. El retrato de los personajes es certero, como también la descripción de los ambientes. Matrícula de honor para el trabajo de Phoenix (¡cómo lo hace, por Dios!). Con este tema y este argumento, era muy fácil caer en la ñoñería y la sensiblería, pero el director evita el peligro porque nos habla de lo que todos conocemos (por desgracia) de forma personal, honesta y verdadera.
ResponderEliminarHola, Josep:
EliminarMe alegra que te guste "Two Lovers", mi película favorita de James Gray. Lo de Joaquin Phoenix es una confirmación trabajo tras trabajo. Actorazo de los pies a la cabeza.
Un saludo.