“Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado. ¿Cómo podríamos reconfortarnos, los asesinos de todos los asesinos? El más santo y el más poderoso que el mundo ha poseído se ha desangrado bajo nuestros cuchillos: ¿quién limpiará esta sangre de nosotros? ¿Qué agua nos limpiará? ¿Qué rito expiatorio, qué juegos sagrados deberíamos inventar?...”
Nietzsche, La gaya ciencia, sección 125
Se narra el día a día de un viejo campesino tullido (János Derzsi) y su hija (Erika Bók), quienes tratan de sobrevivir en un contexto de miseria marcado por una virulenta tormenta de viento que parece no cesar.
El autor húngaro se despide del cine con esta extrema, áspera y apocalíptica pieza maestra titulada El caballo de Turín. Una película que, a buen seguro, perdurará en el tiempo como sólo las más grandes lo hacen.
La obra se inicia con una referencia a la anécdota que protagonizó el filósofo alemán Friedrich Nietzsche en 1889, cuando paseaba por la Plaza Carlo Alberto de Turín. Según se cuenta, fue allí donde, al ver cómo un cochero maltrataba a su caballo, Nietzsche se dirigió entre sollozos al animal, abrazándolo e implorándole perdón en nombre de toda la humanidad. A partir de ese momento, el filósofo dejó de escribir, aislándose del mundo y hundiéndose en una profunda locura que le acompañaría hasta su muerte, acaecida diez años después. ¿Es ese caballo el mismo que aparece a lo largo de todo el metraje? Podría ser, o no, aunque tampoco se trata de una cuestión que importe demasiado. Si Tarr cita a Nietzsche es, fundamentalmente, porque algunos conceptos de su filosofía, tales como la muerte de Dios o el eterno retorno, inundan todo el filme.
A Torinói ló se atiene, con matices, a las tres unidades dramáticas (tiempo, lugar y acción) establecidas por Aristóteles en su Poética. La acción, que es mínima y reiterada a modo de bucle, se estructura en el transcurso de seis días, y sólo se ve alterada con pequeños detalles que en un principio pueden pasar desapercibidos para el espectador, pero que ya anticipan el final (el repentino silencio de la carcoma, el cambio en el comportamiento del caballo, la llegada de los alborotadores gitanos, el pozo que se seca…). Este número de días no es precisamente casual, ni mucho menos, sino que encierra un fuerte contenido simbólico: Tarr destruye el mundo en el mismo número de días en el que Dios lo creó.
Apenas hay diálogo entre los personajes, y la voz en off de un narrador omnisciente puntea el relato en alguna ocasión. No vemos más que el interior de la vieja casa de piedra y sus alrededores, que se ven azotados por la furibunda e interminable tormenta. La espléndida y minimalista partitura de Mihály Vig, también se repite una y otra vez. ¿Qué es lo que pretende el cineasta con tanta sobriedad y renuncia? Expresar el vacío existencial y el sinsentido de la vida. El decadente tránsito de la luz a las sombras.
Estilísticamente hablando, nos encontramos ante el trabajo más radical y depurado del autor de Armonías de Werckmeister, que lleva hasta el extremo su caligrafía basada en la sucesión de larguísimos planos secuencia. Un dato servirá para ejemplificar lo que digo: únicamente 30 planos en 146 minutos. La extraordinaria y tenebrista fotografía en blanco y negro de Fred Kelemen envuelve al conjunto.
Tanto por su forma como por su contenido, El caballo de Turín no es un filme apto para todos los públicos. De hecho, no se lo recomendaría a nadie que no hubiese visto previamente alguna otra obra de su director. Sólo los que ya conocen y admiran la filmografía de este singular e imprescindible realizador, podrán disfrutar del exasperante y desesperanzador alarido de arte que esta película nos ofrece.
Muchas gracias por esta entrada, la venía esperando desde hace tiempo, :)
ResponderEliminarEspero verla cuanto antes, aunque no hay muchas esperanzas de que la pasen por donde vivo (pude localizarla en la red pero sin subtítulos de ningún tipo -basado en que, según he leído, es un filme donde abundan los silencios, quizás no sea tan mala idea verla de esta forma-).
A propósito, he podido ver en youtube un fragmento de la primera secuencia y es antológica.
Desconozco la obra de Tarr y como bien apuntas no parece esta "El caballo de Turín " una película para iniciarse en la filmografía del hungaro.
ResponderEliminarDemasiado dura, desde cualquier punto de vista, recojo algunos de los calificativos que has usado en el texto (muy inspirado, se nota que te gusta la peli): "extrema y aspera", "acción mínima y reiterada", "sobriedad y renuncia", "sucesión de larguísimos planos secuencia", "vacio existencial, sinsentido de la vida" y "no es un filme acto para todos los públicos".
Sin ser un gran conocedor (cada vez más, poco a poco, y ;) en parte por tu culpa) veo paralelismos entre la peli de Tarr y el cine de Bergman y Tarkovsky. ¿Estoy en lo cierto?
Por otra parte con qué filmes recomiendas pa comenzar a hincarle el diente a la filmografía de Tarr.
PD Estaba escribiendo unas líneas en la entrada dedicada a "L´artist" cuando he tenido que salir a trabajar y a la vuelta ya habías sacado esta, las retomo y las dejo en la entrada.
Coincido contigo, esta película no es apta para todos los públicos, al menos, no para mí. No me enteré prácticamente de nada, estaba allí sentada, y los minutos me parecían horas, esa mujer desvistiendo y vistiendo al padre... cada día, la misma rutina una y otra vez... no comprendía el mensaje, no sabía lo que Bela Tarr, quería expresar. Tal vez, el sinsentido de la vida, el vacío de nuestra existencia...en fin, no me quedó nada claro.
ResponderEliminarNunca había visto nada de este director, pero en la sala creo que casi nadie, excepto tú y algunos como tú, por lo que escuchamos de la gente.
Tengo que decir que los diez primeros minutos, me parecieron de una belleza sublime, pero a partir de ahí, ya no entendí nada.
Espero madurar cinéfilamente, y en un futuro poder disfrutarla.
Un besito
No quiero ni mirar por encima tu crítica, Ricardo, que demasiado se me ha dado a conocer ya de esta obra, "la de la gran espera", sin haberla visto aún. ¿Has podido acceder a ella en algún pase de prensa quizás? Envidia te tengo ;)
ResponderEliminarUn saludo, amigo.
David:
ResponderEliminarBéla Tarr es un director sin concesiones al público, por lo que es siempre difícil dar una recomendación (a la espera de lo que conteste nuestro querido Ricardo), yo como admirador de este señor te puedo decir que considero la mejor opción iniciarte con "Kárhozat", ya que aún no es un Tarr maduro, aunque casi; además está plagado de secuencias increíbles (sólo el increíble plano secuencia que recorre las paredes lluviosas vale la filmografía de muchísimos directores).
Hola, Woland:
ResponderEliminarSi no te queda más opción que verla de ese modo... Hay pocos diálogos, sí, pero alguno es esencial (la conversación entre el campesino y el visitante que viene en busca de aguardiente). En cualquier caso, tú decides.
Hola, camarada:
ResponderEliminarNo me parece exagerado decir que "En el caballo de Turín" hay un pedazo del mejor Bergman (pesimismo vital y silencio de Dios), un pedazo del mejor Dreyer (sobriedad y depuración estilística máximas) y un pedazo del mejor Tarkovsky (alargamiento extremo del tempo en un sólo plano y agudeza a la hora de captar los sonidos de la naturaleza). Béla Tarr es un hueso duro de roer, pero tú eres un cinéfilo de primera, así que no creo que tengas problemas a la hora de abordar su obra (otra cosa es que te guste). En cualquier caso, mi único consejo es que no te inicies en su filmografía ni con la presente película ni con "Sátántangó" (dura siete horas y media). Como dice Woland, que últimamente se me adelanta siempre, "La condena" no es una mala opción, como tampoco lo son "Armonías de Werckmeister" (mi preferida) o "El hombre de Londres".
Un abrazo.
Hola, María:
ResponderEliminarAgradezco tu sinceridad :). Lo que te ocurrió fue bastante normal, ya que no habías visto nada de Tarr (como gran parte de la sala, por cierto). Es como iniciarse en Bergman con "Persona", en Dreyer con "Gertrud" o en Tarkovsky con "Sacrificio". El primer plano secuencia, al que haces alusión, es simplemente impresionante, sólo al alcance de un verdadero maestro. Olvida a Tarr durante un tiempo, y cuando recuperes el aliento, anímate a ver alguna otra obra suya.
Un besito.
Hola, Irimiás:
ResponderEliminarTuve la suerte de verla, en pantalla grande, el fin de semana pasado en el Festival de Cine Europeo de Sevilla. No me leas entonces, no vaya a ser que te fastidie la espera :).
Un saludo, amigo.
Siento adelantarme, pero sabes lo mucho que me gusta Béla Tarr :)
ResponderEliminarPues sí, me he decidido a verla sin subtítulos de ningún tipo este fin de semana (a ver cómo me va), y es que acabo de leer otra crítica que me emocionó sobremanera. Dicen que no se parece a nada, excepto tal vez a las últimas obras de teatro de Samuel Beckett (y eso es demasiado)... ya no puedo esperar para verla.
Hola, Woland:
ResponderEliminarEs cierto que se asemeja a las últimas obras de Beckett por su extremado minimalismo. Disfrútala si finalmente la ves.
Uff que ganas, todo lo previo que he visto de Tarr me parece alucinante. Tu crítica me ha gustado mucho. Se nota que te apasiona el director magyar. Sólo por la fotografía en sus películas ya merece la pena su visionado. Me gustaría que estuviera nominado al Óscar este año y que los americanos lo valoren. Aunque, a quien le importa? Sólo son premios lo que perdura es la obra.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola, Emilio:
ResponderEliminarSi te gusta todo lo que ha hecho Tarr hasta ahora, seguro que "El caballo de Turín" te va a encantar. No veo factible que el filme sea nominado en la categoría de Mejor película extranjera, a pesar de que ha sido el elegido por Hungría. Demasiado artístico, personal y denso para los cánones de los académicos. También apuesto a que la otra obra maestra del año, "El árbol de la vida", va a pintar muy poco en los premios. En fin, allá ellos.
Un abrazo también para ti.
Como lo había planeado vi la película en las condiciones dichas, y aunque estoy seguro de que perdí alrededor del 50% o más de su fuerza, el impacto continua siendo superlativo; no tengo dudas de que nos encontramos seguramente con el mejor director vivo y ante una auténtica obra maestra.
ResponderEliminarEs difícil, sino imposible, comentar algo acerca de esta experiencia única que enlaza imagen y sonido en un viaje insólito hasta los huesos roídos y acabados del mundo y de la existencia. Lo único que puedo comentar es que efectivamente los desafíos emocionales, físicos e intelectuales de esta película son apabullantes, no apta para todas las personas ni para cualquier momento; desde esa magnífica película que es "L'argent", no había presenciado mayor desasosiego, oscuridad y desesperanza en el cine.
Necesito verla en condiciones (con subtítulos ya sea en inglés o en español) para comentar algo más (aunque debo admitir que por momentos me recordó, aunque quizás esté en un error, "Körkarlen" y cómo no "Au Hasard Balthazar").
Por cierto, ya he visto por tercera vez "The Tree of Life" y sigue sin parecerme la obra maestra que se ha dicho, creo que literalmente la gratuidad de este filme sobrepasa y agobia - enturbiando las aguas para parecer profundas - lo necesario, lo esencial, lo básico; en todo caso estamos ante una gran película, aunque excesivamente pedante y pretenciosa.
Ya he dicho con anterioridad que yo tuve suerte de poder verla en el cine. Obra maestra, sin duda. Tarr y Malick nos han regalado, desde perspectivas y formas muy diferentes, dos películas que perdurarán. Mi más profunda admiración hacia ambos por hacer lo que hacen.
ResponderEliminarSi todo sale como espero, creo que podré presenciar la película de Tarr en la pantalla grande en unas semanas (nunca lo habría imaginado). Ahora sólo faltaría encontrar y ver "Faust" de Sokurov, "Elena" de Zvyagintsev y "Había una vez en Anatolia" de Nuri Bilge Ceylan.
ResponderEliminarZvyagintsev es un cineasta que me ha decepcionado desde su interesante, que no extraordinaria, aparición con "El regreso". Lo mejor de "Elena", película que también pude ver en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, es la interpretación de su actriz principal. Todo lo demás resulta más o menos irrelevante. A la de Sokurov le tengo ganas por tratarse de Fausto, más que por la querencia que yo pueda sentir hacia este irregular y pretencioso director.
ResponderEliminarQué lástima lo de Zvyagintsev, sinceramente esperaba más de él (he leído críticas que se desarrollan más o menos en la misma línea) aunque necesito verla. Hace poco tuve la oportunidad de ver "Izgnanie" y aunque me resultó una película interesante, creo que efectivamente el director no ha madurado como se debe, y su filme es inferior a “El Regreso”.
ResponderEliminar["Izgnanie" es demasiado larga, pretenciosa, fría, preciosista, a ratos confusa...pero ¡demonios, qué despliegue de talentos posee! El nivel de la dirección y la fotografía son asombrosos (esos planos cenitales...madre mía...) y las interpretaciones simplemente colosales: Lavronenko se llevó el premio con justa razón, también está maravillosa Maria Bonnevie].
Pues sí, Sokurov es un director bastante pretencioso, aunque no más que otros. Pero cuando logra acertar, le quedan cintas maravillosas.
(¿Y no visto la última de los hermanos Dardenne, me la han recomendado mucho?).
No, no he visto la última de los hermanos Dardenne, que está siendo bastante bien recibida por la crítica. De todas formas, no hacen un tipo de cine que me interese demasiado.
ResponderEliminarSupuse que no te interesaría mucho al estar influenciados por Bresson, aunque hay diferencia significativas entre el estilo de los Dardenne y el del maestro. A mí me interesa mucho verla, no sólo porque me la han recomendado, sino porque en términos generales el cine de los Dardenne, como podrás imaginarte, me gusta bastante (en algunas ocasiones me deja maravillado: "Rosetta"); siempre ofrecen películas muy por encima de la media, películas que, aunque puede ser bastante simple en sus planteamientos, son dentro de esa “simplicidad” una verdadera arma de concienciación social y humana como pocas veces se ve.
ResponderEliminarHe visto la película hace pocas horas en Buenos Aires, sin ser cinéfilo y sin saber nada de su director y de sus películas.-
ResponderEliminarMe pareció notable desde la primer escena con el caballo al frente de la lucha por la vida “contra viento y viento"...
Me puso y en mucho a prueba mi paciencia por lo lenta? …. No se……..Me pregunto de qué rapidez uno puede estar hablando cuando habla, en estos casos de arte, de lentitud….
Me parece que es un notable e inolvidable film… no es un tratado de filosofía…. Es cine…
Creo que al momento lo que más me movilizó es su, aparentemente, oculta, al menos para mi, temática del paso del tiempo…. Y el fin de toda vida, hablando esto sin ninguna especie de pesimismos
Todo lo que vive muere o va a morir.- El tiempo se va carcomiendo la vida como los parásitos de la madera en la película.-
Todo lo que expone la película es un largo camino de vida que va donde toda vida va.- Toda vida va a su final.-
Todo parece inmutable repetido y sin cambios.-
Las repetidas escenas de hechos de cada día... la presencia inmutable del viento que parece el dueño y señor del film….
Pero creo que el verdadero sujeto del film es el tiempo que pasa...y todo se lo lleva.-
Por ahora esto para mi.- Gracias.- Un gusto.-
Hola, carlos:
ResponderEliminarPues sí, el peso del paso del tiempo es uno de los temas de la película, que además queda muy bien plasmado por la forma que tiene de filmar Tarr: esos interminables planos secuencia que aquí parecen todavía más largos debido a que casi siempre nos muestran lo mismo. Y como bien dices, ya se sabe que cuando el tiempo pasa se lleva a todo y todos consigo.
El gusto es mío, un saludo.
Por momentos vuelvo a recordar el film... y también lo pude apreciar como… una lucha titánica entre dos rivales colosales.-
ResponderEliminarPero una lucha de algún modo similar a la de Goliat con David.-.
Me refiero a la posibilidad de ver el film (desde ya que esta obra de arte es tan rica que no se la puede reducir a la valoración de una sola temática o asunto tratado o expuesto a consideración) como, decía la lucha entre dos formidables rivales: el Viento (la naturaleza) vs. el Tiempo….
En el film lo que ocupa la escena es el Viento = la naturaleza…… que es entonces como el más manifiesto, el sujeto mas evidente, el más notable y el que mas “cuerpo tiene”… es como Goliat……
Los dos personales del film dedican su vida a su lucha y su lucha prácticamente es con y contra la naturaleza en el supuesto afán de supervivencia… la naturaleza está entiendo magníficamente expuesta permanentemente como el viento……
En el film creo que lo que esta casi imperceptiblemente mostrado es que ante tanta “ritual cotidiano, monótono, repetitivo, incansable en apariencia…que puede resultar tan tedioso por momentos para el espectador, el cual puede ser inducido a tener la vivencia que en “este film es insoportable y en él no pasa nada”….
Precisamente…. lo que precisamente pasa, de modo inaparente, insensible, oculto casi, enmascaradamente…. Lo que pasa es El Tiempo,….. que viene a ser como el pequeño David de la lucha de titanes...
Y como en la legendaria lucha, a mí parecer, lo que este inolvidable film es…. la escenificación del triunfo de El Tiempo sobre El Viento, la naturaleza….
Gana el Tiempo señores aunque no parezca….
Aparentemente en el film El Viento es el dueño y señor permanente de la escena... es el dueño de la vida de los personajes principales... y el caballo…
El viento capaz de llevarse todo lo que se le ponga en el camino...
Pero no es tan así….
Hasta hay y dicho… “no hay tormenta que dure cien años” es? Podríamos decir que no hay viento que no dure 100 años… ni 10 años…. Ni 1 año….
El viento de la naturaleza una vez va a terminar de pasar y podremos ver que no se llevó todo por delante...
En cambio, el paso del tiempo, ese “pequeño David” de esta película, en ese combate figurado y titánico, termina sí llevándose todo por delante……
J. L. Borges nos habla de…. “esa otra daga,
el tiempo…”
Gracias
Carlos
La presencia del viento en esta obra maestra bien podría ser junto a "Demasiado temprano, demasiado tarde" de Straub & Huillet y "El Viento" de Sjöstrom, la más alucinante que haya visto jamás. W
ResponderEliminarHola, Carlos:
ResponderEliminarLa falta de tiempo me impide responder a tu comentario tal y como merece, así que te pido disculpas. Efectivamente, el omnipresente viento es uno de lo elementos esenciales del filme, fiel reflejo de las fuerzas destructoras e incontrolables de la naturaleza. El uso que Tarr hace del mismo es simplemente magistral. Yo aún lo puedo sentir.
Un saludo y gracias a ti por pasarte por el blog.
Hola, Woland:
ResponderEliminarInolvidable la aterrada imagen de Lillian Gish haciendo frente a la más furibunda tormenta de viento que yo haya visto en el cine. Imprescindible obra maestra del gran Sjöström.
En el film hay, a mi humilde comprender de no experto, como “perlas” para el cine de todos los tiempos.-
ResponderEliminarSon por ejemplo.
• La prolongada escena inicial con el señor protagonista, llamémosle así, retorna a su casa, aparentemente al atardecer, en su carro llevado por el caballo más formidablemente filmado que yo haya podido ver en toda mi vida.-
Conjunto de humano, carro y caballo que luchan a “brazo partido” contra esa tormenta de viento que todo parece poderlo y que les puede ganar la partida en cualquier momento.-
• La escena de los gitanos:- Un poema fílmico, si los expertos en cine me permiten esta expresión.- Inolvidare e inenarrable escena y momento del film…Los gitanos “suceden” en el film y se va…. Quedan también como inolvidables.-
• La escena del vecino es? que viene de visitas y hace una pormenorizada exposición de su opinión del estado de situación del lugar, del pueblo y del mundo... Formidable momento del film.-
• La ida de la casa, huida quizá, ante la adversidad, de ambos personajes humanos de la película… el tercero sino el primero es el caballo... Y el regreso a la misma casa ….de este trío...
Estas tres escenas son se me ocurre como pequeñas “películas”, joyas del cine a mi parecer, dentro del film...
Hay más… claro que hay más...
Hola, Carlos:
ResponderEliminarSubrayas, acertadamente, algunas de las mejores secuencias de esta desoladora obra maestra. Mi favorita es la que abre el filme, aunque, a decir verdad, todas están planificadas con una maestría increíble. Ya lo dije en el comentario, "El caballo de Turín" es una obra que perdurará en el tiempo. No tengo duda alguna.
Un saludo.
Un gusto tu respuesta.- Inolvidable film si si.- Carlos
EliminarAcabo de terminar de ver The Turin Horse y no sé cómo reaccionar
ResponderEliminarEs la primera película de Bela Tarr que veo, me ha fascinado. Me ha hecho sentir mil emociones; entre ellas la desolación.
Es una película muy triste pero muy bella.
Tarr es un mago con la cámara. Hay muchos directores que abusan de los planos largos, que enfocan rato y rato a personas y objetos por el hecho de parecer "modernos", "autores". Aquí sucede lo contrario.
De todas las escenas, quizá me quedaría con la huida fallida.
Tendré que ver sus anteriores trabajos
Un saludo
Hola, Raúl:
EliminarNo me extraña que te haya fascinado, ya que se trata de una obra de arte absoluta. Personalmente, cuanto más pienso en ella más me gusta. Como bien apuntas, es desoladora, pero uno no puedo sacársela de la cabeza. Habiéndote gustado, seguro que también disfrutas de sus anteriores y maravillosos trabajos.
Un saludo.
Es una obra fascinante que golpea con fuerza y contundencia la naturaleza humana. No había visto nada de Béla Tarr, y con todo, me dejó impactado. Tus reseñas me parecen acertadas y la que haces sobre el "Caballo de Turín" me agradó.
ResponderEliminarGeneralmente la gente confunde y distorsiona; o idolatra y se enajena. Creo que deberíamos darle la justa dimensión y entender la gran distancia que existe entre directores como Reygadas (que pienso es limitado y fantoche), creadores como Lars von Trier y artistas trascendentes como Béla Tarr o Tarkovski (a quién admiro). Creo que con tus comentarios, ayudas a desentrañar tal diferencia.
Acá en México es muy difícil encontrar este tipo de cine ¿Conoces alguna página de internet donde pueda ver sus otros filmes?
Saludos desde el Distrito Federal. Buen trabajo
Hola, el genio de la multitud:
EliminarCoincido con casi todas tus apreciaciones. Una buena página para descargar este tipo de cine de autor es "Arsenevich". Encontrarás el enlace en mi blogroll.
Un saludo y gracias.
Ya he visto "El caballo de Turín" y leyendo esta reseña me he dado cuenta del inmenso talento que tienes para escribir.
ResponderEliminarLa anécdota de Friedrich Nietzsche al inicio del film me ha recordado a un pasaje de "Crimen y castigo" en el que unos furibundos y embriagados 'mujiks' (campesinos),a la puerta de una taberna, golpean hasta la muerte a un escuálido caballo que no puede mover una carreta demasiado cargada. El fragmento termina así: -¡Bendito sea Dios!-exclamó Raskolnikov-. No ha sido más que un sueño.-
En la novela este episodio se cierra con luz, pero en la película este episodio se cierra con oscuridad. ¿Qué le ocurrirá al caballo de Turín? Lo inevitable.
Una película muy pesimista.
Saludos.
Hola, Fransico:
EliminarAgradezco enormemente tus palabras, así da gusto :).
No lo había pensado, pero es cierto, ese sueño/recuerdo de Raskólnikov tiene similitudes con la anécdota de Nietzsche.
Por cierto, esa pregunta que planteas, fue la que hizo que a Tarr le surgiera la idea de la realización de este filme ya en los años ochenta.
Estoy convencido de que "El caballo de Turín" irá creciendo en ti conforme vayas pensando en ella. A mí me pasó.
Un saludo.
Ricardo, hermano, que justas son tus palabras. Si bien en cine discrepo con casi la mayoría de mis amigos y fotógrafos, por la forma en la cual describís los filmes, no sé si pensar que sos mi alter-ego cinéfilo. Estoy en deuda con Bela Tarr, pues solo vi (unas tres veces, aclaro) Condenación del año 1988, si no me equivoco. Las películas de Bela Tarr, sin dudas, son las que más se asemejan a la escuela de Tarkovsky. Son manjares que superan la más exquisita imaginación. No entiendo como algunos "iluminados", consideran a Bela Tarr un artista secundario o peor aun, que califiquen a sus admiradores como meros iniciados en artes visuales. Bela Tarr es una fotografía que se mueve apenas, que nos invita a despertar un órgano de imaginación y meditación, que a fuerza de porquerías que uno puede llegar a ver, está atrofiado e inmóvil. Quiero destacar tus palabras que indudablemente hacen foco en la necesidad de contemplación. Mi sensibilidad de fotógrafo, siempre ha chocado con la rapidez y el frenesí del cine actual; escuchar a mis amigos discutir hasta el día de hoy de la profundidad filosófica de Matrix o la saga del hombre vampiro de Nolan, hacen que piense que necesitada está nuestra gente, de una pausa que los invite a encontrarse en estas joyas de apacible y triste armonía. Como siempre agradecido por tus palabras y por tu espacio tan cuidado y dedicado.
ResponderEliminarAcabo de ver 'El caballo de Turín' y la experiencia ha sido para mí semejante a una epifanía (y me apresuro a decir que no soy creyente). Maravillosa, poesía pura, estremecedora, impresionante, fascinante. Es la primera peli de Tarr que veo, la veré muchas veces más, y veré el resto de su filmografía. Es muy iluminadora la entrevista a Tarr que acompaña al dvd (es un extra) con motivo de la retrospectiva que hicieron de Tarr en el Centro Pompidou de París. Habla él de cine verdadero, de distancia entre la acción y el personaje, de actores que no interpretan sino que viven/están/son, etc. ¡Cuanta sabiduría en sus palabras (y en su película), y con qué humildad nos la sirve! ¿Y la banda sonora del film? No tengo palabras. William Faulker escribió en 'Mientras agonizo' el mismo episodio (el viaje de una familia para enterrar a la madre) desde diferentes perspectivas o puntos de vista (los de los distintos miembros de la familia), y en 'El caballo de Turín' vemos también los mismos episodios (la hija que viste al padre, la hija que sale a buscar agua al pozo, hija y padre que comen patatas y que beben aguardiente, el caballo que no come, etc.) desde distintos ángulos de cámara. La repetición de lo mismo no es tal porque lo mismo es captado diferentemente. ¡¡¡Gracias, Ricardo, por tu blog y tus críticas, que me hacen descubrir tantas maravillas!!!
ResponderEliminarHola, Josep:
EliminarBienvenido al club de los admiradores del cineasta húngaro. A mí "El caballo de Turín" me parece simplemente uno de los mejores filmes de todos los tiempos.
Un saludo y gracias por comentar.
""No me queda otro remedio que recomendarla vivamente porque creo que es una obra maestra, de una exigencia extrema y que requiere de una paciencia y una resignación muy grandes para recoger de ella lo que a duras, durísimas, penas ofrece. Cada día es un rollo (en todos los sentidos, incluido el meramente fílmico) donde la levísima rutina (vestirse, traer agua del pozo, comerse una patata cocida…) va menguando poco a poco y al ritmo de una música machacona que se confunde con el bramido del viento. Un blanco y negro ungido de depresión, unos rostros y unos cuerpos esculpidos de polvo, una luz mortecina, un frío que pela, un reproche al vacío, a la vida, a la idea muy de Nietzsche del eterno retorno… No es raro salir de ella con nada, pero, aún así, es imprescindible verla, porque nadie ha hecho nunca algo tan espeluznante y quebradizo sobre la existencia"
ResponderEliminarEsta película sí que me ha parecido magistral. No me ha resultado tan difícil ni tan extrema como había imaginado al leer los comentarios sobre ella. Es cierto que no es una propuesta para cualquier tipo de espectador pero sí para aquellos que tengan un poco de curiosidad y paciencia para apreciar una obra de arte que yo creo que reflexiona sobre la esencia de la existencia humana. Al ver las pequeñas rutinas de estos dos personajes repetidas una y otra vez aunque siempre desde distintos y sutiles cambios de perspectiva comprendemos que nuestras propias vidas -aunque quizás no tan exageradamente austeras- también son monótonas y repetitivas en gran medida, y que si reflexionamos sobre nuestra existencia de manera profunda probablemente nuestros actos parezcan igual de ridículos e ineficaces ante la inmensidad de un universo infinito e indiferente. Es una película que consigue fascinar mediante su puesta en escena. Impresionante el efecto que causa ese terrible viento contra el que los protagonistas del relato luchan sin descanso. También comprendemos la naturaleza animal de los humanos que tienen que comer y beber de igual manera que ese caballo que les sirve como medio de subsistencia y que dejará de hacerlo de pronto, presagiando así un futuro oscuro y sin esperanza aparente.
ResponderEliminarEn definitiva, una película impresionante en su minimalismo. Quizás algo pesimista. O quizás no.
Un saludo.
Me alegra que te haya gustado. De mis favoritas de siempre.
EliminarUn saludo.
Gracias por descubrirme a un director tan bueno.
EliminarUn saludo.
Acabo de verla. Me quedo con la ultima frase que pronuncia el cochero: "Hay que comer". Obra monumental sin duda alguna.
ResponderEliminar