En un suntuoso hotel barroco, un extraño (Giorgio Albertazzi) trata de persuadir a una mujer (Delphine Seyrig) para que abandone a su marido (Sacha Pitoëff) en virtud de una supuesta promesa que ella le hizo el año anterior, pero de la que dice no recordar nada.
Pedante, artificioso y plúmbeo ejercicio cinematográfico con el que el director francés Alain Resnais trata de ahondar en los laberínticos recovecos de la memoria con la intención de plasmar la imposibilidad material de dar alcance al objeto/ser deseado. El bizantinismo, la arbitrariedad y lo absurdo se dan la mano en uno de los filmes más flagrantemente sobrevalorados de la historia del cine.
A partir de un guión pretencioso y reiterativo hasta el hartazgo del novelista y también realizador Alain Robbe-Grillet, Resnais rompe con las reglas convencionales del tiempo y el espacio de manera caprichosa y en absoluto justificada, amparándose en el carácter abiertamente enigmático del relato. El año pasado en Marienbad no ofrece respuestas. Ni tan siquiera plantea las preguntas adecuadas, por lo que el resultado final queda demasiado expuesto a la exégesis subjetiva del espectador; quien, viéndose fácilmente impresionado por las aspiraciones intelectuales y artísticas de la película, puede acabar por elevarla a una categoría del todo inmerecida.
El incoherente y soporífero desarrollo de la cinta, queda compensado, en parte, por su refinada y medida puesta en escena, en la que destacan la hermosa composición de los planos, el hábil manejo de los espacios (esos travellings a través de las lujosas estancias y pasillos del hotel) y la extraordinaria fotografía en blanco y negro de Sacha Vierny. Los personajes, en cambio, carecen de cualquier tipo de entidad. Tampoco ayuda a la degustación del trabajo, la cargante música para órgano compuesta por Francis Seyrig, que se entremezcla con la supuestamente poética y evocadora voz en off del protagonista (un pelmazo en toda regla).
L'annèe dernière à Marienbad es, a pesar de todo, un filme muy singular, tan atrayente como insufrible; muy alejado, en cualquier caso, de esa pretendida cumbre del séptimo arte que algunos han querido ver.
Natural la apreciacion del film viniendo de un cinefilo totoalmente desinteresado de la Nouvelle Vague, lo cierto es que a mi me resulta uno de los mas elevados documentos de la corriente en cuestion, pedante, si, asi es la Nouvelle, artificioso, si, asi es la Nouvelle, plumbeo, de ninguna manera, si hay algo que la nueva ola hacia bien era entretener al publico, no siempre podremos coincidir copañero.
ResponderEliminarSaludos.
Pd, veo que al fin me he hecho acreedor a tu seguimiento en mi blog, gracias por eso ;D.
Me resulta sumamente curioso y hasta gracioso que un tarkovskiano de pura cepa utilice términos como "plúmbeo", "artificioso" y "pedante" como rasgos negativos de una película (siendo Tarkovsky el más pedante de todos los directores que conozco y uno de los más plúmbeos). Estos términos se pueden utilizar con la misma vehemencia en la obra del ruso y simplemente se estaría diciendo nada, como sucedió aquí. Es una lástima, porque se desaprovecha la oportunidad de ahondar en una de las obras más enigmáticas del séptimo arte.
ResponderEliminarAl contrario de lo que piensas Ricardo, no soy una persona que se deja impresionar fácilmente por las aspiraciones intelectuales o si prefieres usar otro término, seudo-intelectuales de un trabajo (por eso no me parece obra maestra el documental que se termina haciendo Malick en su último trabajo o me cuesta admirar las toneladas de citas y referencias filosóficas en la obra del ruso o los folletines existencialistas de Bergman…). Y estoy seguro que muchos admiradores de esta película y del director tampoco lo son, así que empecemos por quitar las etiquetas.
Lo que yo veo, al contrario de lo que tú señalas tan negativamente, es la mayor obra de introspección que nos ha dejado el cine; desvelando, puerta a puerta, pasillo a pasillo, espejo a espejo, cada uno de los sentimientos, incongruencias, matices, sudores, sangres, esperanzas y lágrimas de que se compone el mundo interior del atormentado protagonista (un viaje al interior de la mente) y del nuestro.
Resulta evidente, desde un primer momento, las intenciones del binomio Resnais y Robbe-Grillet de apartarse argumentalmente a las estructuras clásicas y huir a un mundo de simbolismo e interiorización. La historia es intangible, irreal, pensada, casi soñada (no sé si eso tiene algo de malo). Pero a la vez, mediante esta estructura “extraña”, nos muestra un largo, sereno, triste y adulto diálogo entre dos almas, dramáticamente redundante. Desnudo. Una desnudez a la vez pequeña e inconmensurable, un hilo que no para de correr con melancolía y desesperación en cada minuto.
En mi opinión, esos encuentros sin explicación, de renuncia y amor, secreto y amor, amor e intimidad y ese ritmo parsimonioso y visualmente poderoso, no le resta nada a la obra, vemos como el protagonista se enfrenta a los fantasmas, o quizás ellos lo sean, de la intimidad y transgrede el límite de la intimidad hasta el momento que ella comprende que las cosas han sido más poéticas, más irreales que las habladurías: ha comprendido que tiene que ir con él, salir de eso limbo. Así vemos como en noventa minutos se consuma el ciclo vital de dos almas que viven espectralmente en su recuerdo. Algo simplemente genial.
No cabe ninguna duda de que la obra, al menos si es cierto el esquema recién esbozado, se expone a numerosas y complejas interpretaciones. Debajo de ellas, sin embargo, considero que en lo esencial, es un exponente de una universal tensión: la unidad, su valor y sus implicaciones en una vivencia, en un recuerdo (mostrado de forma magistral); que nos muestra el límite entre la cualidad personal individual de las personas, por un lado, y sus renuncias por el bien común, por otro.
Me encanta tu punto de vista y apreciación de la película... totalmente de acuerdo, es una obra maestra...!
EliminarMe vi a la necesidad de dividir mi comentario, porque no cabía y se me hizo un embrollo con el explorador (me disculpo por eso).
ResponderEliminarDe tu crítica puedo decir:
Primero, me extraña que señales la ausencia de “explicación” como algo negativo (¿existe una en “El Espejo” de Tarkovsky?), en Marienbad las incoherencias dan la impresión de estar en un sueño o más bien una especie de ensoñación audiovisual.
Segundo, no me resulta perjudicial que se encuentre expuesta a la interpretación personal, es más, no encuentro por qué está mal y en otros trabajos de otros directores no (qué parcial, por dios).
Tercero, tampoco considero que los personajes carezcan de entidad (fuera del trío sí); por lo menos a mí me resulta muy llamativa la determinación del personaje principal de abrir las puertas que encierran la memoria de ella, tras encontrarse nuevamente (si sucedió) en el lugar, además cabría comprender que ella desistiera, incluso que huyera, pero no, la persistencia de él determina la naturaleza de una lucha (la lucha del recuerdo, del amor…) que es de gran valor.
Cuarto y último, existe un punto que me inquieta, en una parte señalas: “no plantea las preguntas adecuadas”. ¿Qué es lo que intentas decir? (Expláyate por favor). Desconozco cómo sabes si no tiene las preguntas “adecuadas” y mucho menos cuáles esas preguntas, así que estoy encantado de que me las presentes.
Al ver una crítica tan plagada de tópicos (lo siento) me da la impresión de que cogiste la película en un mal momento o en su defecto hiciste la crítica en uno. Si es el primer caso: cometiste un error (y grave) al intentar buscarle una explicación porque simplemente no tiene una clave total (como viene diciéndolo Resnais), sus contradicciones son la esencia del filme; cada plano, cada incidente, cada habladuría, cada trampa, nos remite (por repetición, por desviación o por contradicción) a los recovecos de la memoria, del recuerdo, de la vivencia, pero claro, si se juzga desde una perspectiva clásica se encuentran problemas. Si es el segundo caso: creo que deberías mantener un mayor sentido de la proporción cuando hables de una obra maestra como esta (aunque no te guste); es fácil despotricar pero difícil sostener, porque ahí está la dirección, la ambientación espectral que genera un limbo, su poderío visual, la forma de afrontar el proyecto y su tremenda originalidad (moderno a pesar de sus 50 años).
En suma, creo que la película “El año pasado en Marienbad”, no es merecedora de ese cúmulo de términos fáciles como: pelmazo, supuesta poética, plúmbeo… porque dentro de su arbitrariedad, incoherencia y bizantinismo, nos recuerda y muestra magistralmente, no sólo qué es la mente, qué es el recuerdo, qué es intimidad, y como la intimidad y el recuerdo hasta de las personas más broncíneas, puede ser de cristal, sino sobre todo, que el cariño hacia otra persona, el amor, el compromiso o incluso el matrimonio, exigirán en su caso la confianza que corresponda. (Pero a la vez, eso es lo que yo entiendo -no se debe intentar una explicación- , aunque haya amor, amistad o sentimiento para dictaminar o reconfigurar a una persona, no hay nada que lo valga. Pues siempre que dos almas se convierten en una, significa que la otra ha dejado de existir y se vive espectralmente en el recuerdo, como en un bucle espacio-temporal).
Ricardo recuerda que no únicamente lo que te gusta puede ni debe ser considerado como una obra maestra, existen obras que no te gusten y que son (y deben de ser) obras maestras; esta es una de ellas. Saludos, W.
Eres un amante del clasicismo cinematográfico cuando en general los admiradores de Tarkovsky tienden a valorarlo por su experimentación formal y narrativa. Puede comprobarse leyendo aquellas entradas en que apuntabas las mejores películas según tu punto de vista, casi todas pertenecientes al clasicismo cinematográfico heredero de Griffith.
ResponderEliminarEso explica que a algunos nos choquen críticas tan furibundas como la de esta entrada a películas muy cercanas al espíritu de Tarkovsky -u otras similares a Bresson, por ejemplo.
Cuestiones de gusto. En cualquier caso, gran blog, reflexionando o al menos mencionando grandes películas de la historia del cine.
Salut!
Hola, Dan Chaplin:
ResponderEliminarQue no sea un gran admirador de la Nouvelle Vague, no significa que no me interese. En cualquier caso, no sé hasta qué punto puede adscribirse a Resnais a ese movimiento, ya que ni él mismo se consideraba parte del mismo.
Me alegra que, tú al menos, entiendas que no siempre podemos coincidir.
Un saludo.
Hola, Woland:
ResponderEliminarAntes de nada, me gustaría apelar a la madurez personal de cada uno como único instrumento que impida caer en la fácil y burda intolerancia. Por cierto, a ver si se tranquiliza usted a la hora de escribr, que luego soy yo el que tiene que ir eliminando los comentarios defectuosos :). Me vas a disculpar, pero por falta de tiempo y debido a lo aturrullado que me ha dejado tu "objetivo" y "argumentado" texto (el tuyo sí), no voy a poder responder a todas las cuestiones que en él me planteas. Permíteme, por tanto, que a las que responda lo haga de manera esquemática:
- Por favor, evita las siempre odiosas comparaciones, sobre todo si las estableces con Tarkovsky o Bergman, ya que no sólo dejas en mal lugar al señor Resnais, sino también a ti.
- Por la lectura que haces de la obra (creo que hay unas cinco mil más), se nota que te apasiona. Creo que con tu imaginación, también podrías dar una fascinante interpretación del "Cuadro blanco sobre fondo blanco" de Malevich. Te animo a que lo hagas, ya que a mí, al igual que el filme de Resnais, me deja indiferente.
- En el limbo me encuentro yo después de leerte.
- Que no haya una explicación no es malo siempre y cuando se sea coherente con la falta de la misma.
- Como introducción algo absurda y pueril a los conceptos de tiempo y espacio del filósofo Henri Bergson, la película de Resnais no está nada mal.
- Me alegra que coincidas conmigo en que se trata de un trabajo arbitrario, incoherente y bizantinista.
- Un filme no se puede dejar por completo a expensas de lo que transmita a cada espectador, no si antes no se plantean las preguntas que le permitan tener una interpretación mínimamente sujeta al raciocinio. A eso me refería.
- Lo que es una obra maestra para ti, puede no serlo para mí y viceversa, de ahí que sea muy importante saber aceptar las opiniones de los demás sin necesidad de criticarlas de un modo "fácil", "tópico" y ridículamente resabiado.
Un saludo y gracias por tu comentario.
Hola, El missatger:
ResponderEliminarEn todos los ámbitos de mi vida trato de huir del sectarismo. Es verdad que admiro el clasicismo cinematográfico, aunque todo el mundo sabe (me refiero a los seguidores y lectores del blog, claro está) que buena parte de mis cineastas preferidos no son clásicos en el sentido más estricto. No me parece en absoluto una contradicción, sino que más bien se debe a una cierta amplitud de miras. De ahí que pueda disfrutar tanto de "El hombre que mató a Liberty Valance" de John Ford, como de "Persona" de Bergman; de "Los mejores años de nuestra vida" de William Wyler, como de "Carretera perdida" de David Lynch; de "Los violentos años veinte" de Raoul Walsh, como de "Un perro andaluz" de Luis Buñuel...
Me satisface que te guste el blog, ya sea cuando reflexiono o cuando simplemente menciono :).
Un saludo.
En el instante que viertes tú opinión en este blog, o en cualquier otro sitio, esta se somete a las críticas. Y más si se hace de una forma tan polémica como aquí lamentablemente lo hiciste. No empecemos, porque aquí el primero que puso en duda la percepción fuiste tú, cuando señalas “pretendida cumbre del séptimo arte que algunos han querido ver”.
ResponderEliminarIntentas huir del sectarismo y desafortunadamente lo prodigas. Si menciono a Tarkovsky y Bergman sólo es para ejemplificar como los penosos términos (plúmbeo, artificioso y pedante) de los que te vales, pueden usarse hacia ellos y su obra (las comparaciones, aunque no te gusten, son importantes porque nos permiten medir). No me posiciona en mejor ni en peor lugar que cuando te pones espeso con la Nouvelle vague o la Rive Gauche o con Bresson, como últimamente sucede.
No se trata de debatir sobre cosas subjetivas. Puedes comentarme momentos soporíferos y pedantes de esta obra de Resnais y yo puedo contar cuántos tienes en la misma dimensión o superior en la obra del ruso y llegamos al punto de no retorno. O se acepta el error y la arbitrariedad de lo que criticas o se debate como vinimos haciéndolo (podría ser buena empezar por contestar la pregunta del cuarto punto).
A propósito: no te puedo ayudar con “Cuadro blanco sobre fondo blanco”. Sin embargo sé algo de música y podría ayudarte con su equivalente musical “Cuatro, treinta y tres” de John Cage, o ya metidos en las vanguardias con la criticada “Cuarteto para cuerda y helicóptero” de Stockhausen. Aunque de poco sirve si se tiene una opinión prejuiciosa.
Hola, Woland:
ResponderEliminarPrecisamente porque vierto mi opinión de manera pública, tengo que soportar (hasta cierto punto, eso sí) juicios de valor tan fanáticos y faltones como el tuyo, a pesar de que los emitas desde el cómodo anonimato. Me niego a debatir con alguien que se muestra intransigente en sus opiniones, ya que no lleva a ninguna parte hacerlo. Tú tienes tu criterio y yo el mío, y al igual que yo no intento (ni quiero) convencerte de nada, tú deberías hacer lo mismo. Punto y final.
El fanatismo, muy propio del arte, no se encuentra únicamente en mi persona. Es más, si hay dos bandos en el cine que verdaderamente parecen sectas, estos son los fordianos y los tarkovskianos (ahí alcanza su máxima significación el conocido dicho de que Dios nos envía a los artistas y el infierno nos envía a sus fans).
ResponderEliminarYa que tú eres la primera persona que se pone "faltona" desde tu crítica, no entiendo porque te sientes ofendido; no sería mala idea que te dieras con el tiempo de releerla.
No te voy a convencer, sólo espero un poco más de respeto hacia la obra de Resnais. Créeme, no sólo un par de descerebrados fácilmente impresionables de las “macarradas” lo admiramos.
Ya que pretende cerrar el debate mayestáticamente, pues punto y final. Saludos y espero que la crítica de la próxima entrada se logre centrar más a un hecho constatable de manera objetiva y no sólo a una cuestión de gustos.
(Me disculpo en caso de haberlo injuriado -aunque tú no lo hayas hecho-). Woland.
Me la han recomendado pero no es mi tipo de cine. Sé que a la persona que me la ha recomendado le encanta pero es porquie le gustan este tipo de películas. Tipo de películas que para mi también son insufribles así que, como lo que sobran son películas, seguro qeu encontraré alguna que otra que tenga más opciones para mi.
ResponderEliminarUn saludo.
Bueno, en medio de esta violenta pelea de gallos, lo primero que he hecho antes de escribir este comentario es ponerme un impermeable transparente encima de mi traje de sábado para evitar que las salpicaduras de "sangre ilustrada" me lo arruinen.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo, Ricardo, en tu descalificación del film de Resnais. Que no te guste es algo lícito y comprensible (faltaría más!), pero la forma simplista e inadecuada es lo que me ha molestado y, sobretodo, sorprendido. Supongo que porque parece redactado por Carlos Pumares.
A mí sí me parece un memorable (nunca mejor empleado este término) ejercicio cinematográfico el segundo largo de Resnais, que plasma en imágenes herméticas e inquietantes una trama habitada por hieráticos personajes que se mueven entre la realidad y la fantasmagoría. Aquí, el presente y el pasado, lo real y lo imaginado, lo verdadero y lo falso, propician un ambiguo ballet de seductoras formas, milimétricas en su conjugación con la palabra, en un apasionante e investigativo film en torno a los mecanismos de la memoria, cuyo poder de fascinación (oh, sí) ha permanecido a través de los años.
Un saludo.
Hola, Woland:
ResponderEliminarNo creo que sean necesarias las disculpas por ninguna de las dos partes. Simplemente se ha producido una confrontación vehemente entre dos posturas muy distanciadas.
Un saludo.
Hola, Manderly:
ResponderEliminarEstá claro que antes de ver una película como la presente, debes tener en cuenta a qué tipo de trabajo te enfrentas. Yo te animo a que la veas, ya que, como puedes ver por aquí, es un filme que apasiona a muchos cinéfilos. Eso sí, antes te recomendaría otros muchos; seguramente menos pretenciosos y sacralizados, pero que a buen seguro te resultarían infinitamente más interesantes.
Un saludo.
Hola, Teo:
ResponderEliminarNo es necesario que te pongas el impermeable, ya que en este blog, la sangre, sea ilustrada o no, raras veces llega al río. Lamento que mi comentario te haya molestado, no era mi intención. La próxima vez que vuelva a enfrentarme a un filme del señor Resnais (o de Bresson, o de Godard, o de Truffaut, o de Rohmer...), tras visionarlo, me tiraré una larga temporada haciendo ejercicios espirituales en el Tíbet junto al Dalái Lama. Ya que sólo a través de la más profunda reflexión, podré escribir una tesis, que no un texto prejuicioso y simplista a lo Carlos Pumares, que esté a la altura de las exigencias de algunos de mis "afrancesados" y queridos seguidores :).
Un saludo.
Qué a gusto se queda una cuando, después de leer coartadas intelectuales en sitios de autoridad, la razón se antepone a la presunción en este espacio de acogida.
ResponderEliminarQué más decir: opino igual. Ídem, vamos: film insufrible donde los haya.
Comparto mi opinión con vosotros: http://filmfilia.blogspot.com/2010/02/lannee-derniere-marienbad-alain-resnais.html
No es la película que más me gusta de su autor o al menos no supo llegarme. Justo todo lo contrario que la foto que ilustra a mi derecha este momento (Carta a una Desconocida). Por cierto que de Resnais me gusta un filme menor sobre Van Gogh.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pd: creo que te ha tocado algo en algún concurso. Pero sólo es un rumor.
Hola, compañero, me he escapado un momento para escribirte, la verdad es que últimamente no tenía mucho tiempo libre, ahora que he cambiado de trabajo, creo que podré tener algún momento intelectual más, me estaba embruteciendo, el otro bufete me quitaba demasiados ratos buenos, no merecía la pena.
ResponderEliminarEn cuanto a la entrada, me parece estupenda, no creo que no esté argumentada, coincido contigo en términos como soporífera y reiterativa, la vi hace tiempo, así que tampoco puedo poner en claro muchas cosas y no he tenido las ganas de volver a verla, pero el recuerdo que tengo es ese.
Un abrazo, y ten por seguro que estaré por aquí más de una vez.
Hola, loutinen:
ResponderEliminarDespués de todo lo que me ha caído a causa de esta entrada, es un placer encontrar a alguien que comparta mi opinión sobre este filme de Resnais. A mí también me parece insufrible por momentos.
Un saludo y gracias por tu comentario. Ya he añadido tu blog a los espacios a seguir.
Hola, Emilio:
ResponderEliminarCreo que el filme sobre Van Gogh al que te refieres, es un documental que no he visto, salvo algunos momentos que hay por youtube. Bueno, bueno, Ophüls y "Carta de una desconocida" son ya palabras mayores dentro del séptimo arte.
Me sorprende que me haya tocada a mí algo, debe ser la primera vez en la vida...
Un abrazo :)
Hola, vanhalen:
ResponderEliminarMe produce una enorme satisfacción volver a leerte por aquí después de tanto tiempo, ya sabes que aquí debes sentirte como en tu casa. Pensé que al abandonar tu vida de soltero, habrías abandonado también tus aficiones blogueras :). Ojalá que de aquí en adelante te prodigues más. El filme de Resnais me resulta tan soporífero, que sus noventa y cinco minutos de duración me parecieron un par de días :O.
Un abrazo, compañero.
Buenas de nuevo, Ricardo:
ResponderEliminarTe he agregado yo también a mis "Sitios de interés", para leerte de cerca, que se lee mejor.
Cuando la revea en breve, tengo pensado actualizar con un film (muy) altamente recomendable.
Y en un arrebato de caridad, a colación de la película de tu entrada, voy a recomendar a un director totalmente opuesto a Resnais, para todo aquel que, de haber visto la película y haberla sufrido, quiera un cambio de rumbo: Kaurismäki. Ejemplo categórico de cine, historias, actores, director... nada presuntuoso y tan, tan, tan agradecido, con maravillosas películas (personalmente, y a día de hoy, el director con el que más disfruto).
Dado a que Kaurismaki es uno de los directores más claramente bressoniano de la actualidad* (cabe señalar que desplaza lo religioso por un existencialismo postmoderno), sería bastante curioso que le gustase a Ricardo, quien es un abnegado de la herencia del maestro de maestros :)
ResponderEliminar(Junto a los hermanos Dardenne y, aunque sea extraño hablar de él como cineasta actual, Philippe Garrel -quien también le debe a Jean Eustache-).
En cualquier caso, Woland, si es que Ricardo ve alguna de las películas del director finlandés, esperaré a que sea él quien me dé su opinión.
ResponderEliminarNo entiendo la incursión (ni las afirmaciones categóricas).
Hola, loutinen:
ResponderEliminarDe Kaurismäki admiro la humanidad y sencillez de sus filmes, me recuerda en muchas cosas a Yasujiro Ozu. Vi su última película, "Le Havre", en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, dejándome una muy agradable impresión. Sin duda me parece uno de los cineastas europeos más interesantes de los últimos años.
Un cordial saludo.
Coincido contigo.
ResponderEliminarMe apunto
a Yasujiro Ozu
y sigo teniendo pendiente
"Le Havre",
con muchas ganas de verla.
Un saludo.
He leído unas pocas respuestas, aparte de la crítica, y quiero hacer varias aclaraciones.
ResponderEliminarEn 1er lugar, una pena que la persona que escribió la crítica piense de esa manera. Lo más probable es que viera la película 1 sola vez. Craso error. Este film hay que verlo varias veces, con el fin de que llegados a un punto, uno tenga tiempo de pensar qué está viendo, en lugar de estar atento a lo que aparece en la pantalla y con el temor de perderse algo.
En 2o lugar, puedo decir que esta película es una OBRA MAESTRA mayúscula. Sé que a Bergman no le gustó esta peli, pero bueno, ya sabemos cómo era el maestro cascarrabias sueco. Robbe-Grillet teje una maraña hipnótica y enigmática sobre las relaciones entre amantes y las formas en que recordamos algo que pasó (o no). Ya rizando el rizo, puede ser una película que trate incluso del lenguaje. Interpreto que esta película tiene presente, pasado (flash-backs), futuro (flash-forwards) e incluso condicional (entiendo que son las escenas de los disparos al personaje de Delphine Seyrig). No conozco ninguna peli que trate sobre estos 4 tiempos verbales. También puede ser una peli de vampiros o de zombies, o un sueño...
Todo es posible en esta obra maestra, en la que no se sabe nada, ni dónde están, ni en qué año, ni cómo se llaman, ni la relación entre ellos (Seyrig y Sacha Pitoëff, son marido y mujer, novios, hermanos, se acaban de separar?)... Todo en esta peli es como una moneda: todo tiene 2 caras, 2 interpretaciones, como las estatuas que describe Giorgio Albertazzi.
El mismo Robbe-Grillet intentó superar esta obra maestra con "L'immortelle", pero no pudo ni siquiera llegar al nivel de esta obra insólita y abigarrademente perfecta.
Otra aclaración: esta peli NO es de la Nouvelle Vague, más bien todo lo contrario. A la NV pertenecieron los "jóvenes turcos" como Truffaut, Godard, Rohmer, Rivette, etc. que antes de embarcarse como cineastas, estuvieron escribiendo en Cahiers Du Cinéma, todos ellos comandados por André Bazin y su forma de ver el cine.
Resnais, Robbe-Grillet, Marguerite Duras (sí, la escritora) y Chris Marker, entre los más destacados, formaron parte de otro movimiento llamado la RIVE GAUCHE, es decir, la ribera derecha del Sena. La revista que les apoyó no fue Cahiers sino Positif. El cine de estos directores contrasta con la forma de plasmar la realidad de la NV, mientras la RG hacía un cine más artístico, estilizado, fantasioso y opaco.
Ya por último, me ha dolido lo de la música de Francis Seyrig. No entiendo cómo al responsable de la crítica no le ha gustado. No solo es buenísima sino que sirve perfectamente a la película, como contraste y dándole un toque de pasión. Me recuerda en algunos momentos a piezas sueltas de Olivier Messiaen.
Esto es una grandísima obra maestra en la que TODO ENCAJA, aunque parezca que no tiene ni pies ni cabeza.
Esta película me fascina mucho. Pero quitando eso, qué opinas del coleguilla de Resnais Chris Maker? 'La Jetée' me pareció sublime :)
ResponderEliminarHola, neordental:
Eliminar¿Qué quieres que te diga? Resnais, Marker y cía me aburren soberanamente :). No me interesan.
Un saludete.
Caramba, vaya polémica ha generado la peli de Resnais, o, mejor dicho, la crítica de Ricardo. Yo vi la peli cuando se estrenó en Barcelona, por aquellos tiempos yo era el típico gafapastas pedantillo que no se perdía ninguna modernez, y la peli no me gustó nada porque no entendí nada. Obviamente, todo (sobretodo lo que te ha gustado) se puede reconducir y racionalizar, pero eso no deja de ser una defensa 'a posteriori' de lo más falaz y tramposa. Todo lo que he visto de Resnais me ha parecido insufrible. Ahora bien: es cierto que si eres fan de X soportas mal que a este X se le destruya, ¿pero en este caso es mejor que huyas del rayo, no?
ResponderEliminar