SAINT LAURENT (ídem, 2014), de Bertrand Bonello. Sección Oficial.
Desmesurado
y fascinante. El nuevo filme de Bertrand Bonello sobre el genio de la haute couture Yves Saint Laurent
(1936-2008), sitúa al autor de L´apollonide
a la cabeza de la cinematografía europea actual. De una opulencia visual viscontiana
(del realizador italiano, además de su sentido operístico, Bonello también toma
a uno de sus actores fetiche, el austríaco Helmut Berger, quien interpreta al
diseñador en su etapa anciana), Saint
Laurent constituye una elegía que retrata no sólo los excesos y la
decadencia de un individuo de personalidad frágil y creativa, obligado casi siempre
a competir contra sí mismo en un continuo intento por autosuperarse, sino que
también se erige como un réquiem de hipnóticas imágenes dedicado al final de
una época, al final de una manera de entender la moda, al final de un modo de
aprehender el mundo. Con una exuberante puesta en escena, la película alterna
diferentes momentos de la vida del protagonista (impresionante interpretación
de Gaspard Ulliel), deteniéndose fundamentalmente entre mediados de los años sesenta
y mediados de los años setenta. Los altibajos de su relación con Pierre Bergé
(Jérémie Renier), su pareja de toda la vida y principal responsable de sus
negocios; sus devaneos con el alcohol, el sexo y las drogas de la mano del
atractivo Jacques de Bascher (Louis Garrel), su gran pasión amorosa; sus
periódicas crisis creativas o sus extravagantes gustos (ojo a su colección de
camafeos), centran el interés de un Bertrand Bonello que se sabe en la cumbre
de su talento. Como gran melómano que es, el realizador francés envuelve al
relato con éxitos musicales de la época y composiciones clásicas como la Pasión según San Mateo de Bach o el Ave María de Schubert, entre otras. Deslumbrante
de principio a fin, Saint Laurent,
que a buen seguro será odiada y amada a partes iguales, es a este 2014 lo mismo que La grande bellezza, de Paolo Sorrentino, fue a 2013. Dicho (escrito) queda.
Bueno Ricardo, si la equiparas a "La gran belleza", que se ha convertido rápidamente en uno de mis filmes favoritos, tendré que verla jaja Vistas tus alabanzas espero grandes cosas de la película.
ResponderEliminarUn amigable saludo.
Hola, Viri:
EliminarEspero que luego no te decepcione y me eches las culpas :). A mí me ha encantado.
Un cordial saludo.
Buenas, admito haber quedado sorprendido por el 10 para esta película. Gustos son gustos, es cierto, y aunque suelo compartir medianamente en general con las valoraciones que les das a las películas que analizás, en este caso no llegué a la misma conclusión. Personalmente, más allá de algunas cosas que pude valorar en este film, como la fotografía y el excelente papel del protagonista, no la encontré muy lejana al prototipo de película que se suelen hacer en este género. Me pareció que era lo que se podía esperar, ni más ni menos, pasando por los momentos que solemos ver en películas de estrellas que arrancaron de la nada, desde la humilidad y las ganas de crear, hasta el estrellato, pasando por problemas personales, excesos y cada cosa en su momento justa. Y no critico las historia real, porque deberíamos confiar en que así fue, sino más bien el formato standard que suele usarse en estas historias de casos reales.
ResponderEliminarCon todo el respeto igual aclaro que me considero injusto, porque no suelo comentar cuando recomendás una película que me termina gustando, y en este caso, vengo y dejo mis palabras. De todos modos, aprovecho y te agradezco ahora. Espero que entienda!
Saludos!
Hola, Syd:
EliminarEntiendo lo que dices, pero en el caso del filme que nos ocupa, más que lo que cuenta, que como señalas se ha contado de manera similar en muchas otras ocasiones, lo que en verdad admiro es cómo lo cuenta. Bonello ha hecho propio un género convencional y trillado como el "biopic", y eso sólo lo hacen los grandes.
Un saludo.