LA PIANISTA
(La pianiste, 2001), de Michael
Haneke. Sección Focus Europa: Austria.
Erika
(Isabelle Huppert) es una estricta profesora de piano de mediana edad, que vive
en compañía de su controladora madre (Annie Girardot). Walter (Benoît Magimel),
su nuevo alumno, tratará de seducirla.
Desigual
y sobrevalorado filme del cineasta austríaco Michael Haneke, quien, con más
pretensiones que resultados, vuelve a hurgar en el lado oscuro de la naturaleza
humana; esta vez, a través del personaje de una docente de inclinaciones
masoquistas, cuya personalidad ha sido alienada por culpa de la figura castrante
de su madre. Adaptación de la novela homónima de la escritora Elfriede Jelinek
publicada en 1983.
Tras
un prólogo que deja a las claras la relación amor-odio que existe entre madre e
hija, la película se estructura en dos partes. La primera de ellas, la más
conseguida, nos muestra la conducta dual de la protagonista: severa y culta
cuando imparte clases en el conservatorio, perturbada y extrema cuando da
rienda suelta a sus gustos sexuales. Lo mismo la vemos tocando al piano una
exquisita pieza de Schubert durante un recital privado, que haciéndose cortes
con una cuchilla en sus genitales para obtener placer en el baño. Así es Erika,
asidua tanto a las sórdidas cabinas de un sex shop en las que
ve cintas pornográficas, como a los autocines donde observa a las parejas
jóvenes practicar sexo. La segunda parte se inicia a partir del primer
encuentro carnal entre Erika y su enamorado alumno, cayendo el interés de la
trama de manera ostensible, no ya sólo porque algunas escenas que deberían ser dramáticas
resultan risibles, sino debido también a la desconcertante y poco creíble
actitud de Walter. El esperpéntico final refrenda el desaguisado.
La
puesta en escena se caracteriza por una sobriedad e iluminación que recuerda a
los cuadros del pintor danés Vilhelm Hammershøi. Haneke sublimaría y extremaría
esta concepción formal en su obra maestra, Amour.
Lo mejor del filme que nos ocupa es, sin ninguna duda, la sobresaliente
interpretación de Isabelle Huppert. Pocas veces se ha contemplado en una pantalla
de cine un rostro tan escalofriantemente impertérrito como el suyo.
Muy buena pelicula ....
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