Antes de afrontar el combate por la defensa de su título de campeón del mundo, Charley Davis (John Garfield), que debe decidir acerca de una importante cuestión que le atormenta, recuerda cómo pasó de ser un don nadie a convertirse en un afamado y exitoso boxeador.
Inolvidable cinta del no lo suficientemente valorado Robert Rossen, quien logra con esta imponente y soberbia obra maestra, uno de los retratos más lúcidos y amargos jamás realizados sobre el casi siempre sórdido submundo del boxeo; un espacio habitado por sanguijuelas, ratas y alimañas de la más baja condición, que no dudan en corromper el alma y la dignidad humanas con tal de satisfacer sus ansias de dinero y poder.
El arranque del filme constituye un brillante ejemplo de lo que un director debe conseguir durante los primeros minutos de una película: atraer el interés y la curiosidad del espectador. ¿Quién es Ben, cuyo nombre exclama Charley mientras despierta de una sudorosa y terrible pesadilla? ¿Por qué la madre (Anne Revere) y la que parece haber sido novia (Lilli Palmer) del protagonista, se muestran disgustadas con él cuando va a visitarlas a su humilde apartamento? ¿De qué conoce Charley a la sensual joven (Hazel Brooks) que ejerce como cantante en un local nocturno, y de la que requiere sus favores sexuales? ¿De dónde ha salido ese tipo siniestro y sin escrúpulos (Lloyd Gough) que recuerda al púgil que debe dejarse perder tal y como han convenido? La respuesta a todas estas preguntas planteadas al comienzo de la obra, se encontrará en el extenso (abarca casi todo el metraje) y ejemplar flashback que el personaje principal rememora mientras permanece tumbado en la camilla del vestuario, en los momentos previos al inicio de la pelea.
La narración es magnífica, dada la habilidad con la que se utilizan un buen número de recursos cinematográficos: el prodigioso montaje, las sobreimpresiones y fundidos encadenados con los que se condensa la progresión temporal en determinados momentos de la trama, o el empleo de patines por parte de los operadores de cámara con el fin de dotar de una mayor sensación de veracidad e inmediatez, al portentoso combate final que, a buen seguro, debió inspirar a Scorsese para su Toro salvaje.
Contribuyen a redondear el trabajo, la excelente y asfixiante fotografía plagada de claroscuros de James Wong Howe, además de la notable labor desempeñada por todo el reparto. Con mención especial para John Garfield, un espléndido actor cuya carrera fue bruscamente frenada por los caprichos del macarthismo.
Esta es una de esas pelicula pre-caza de brujas que al sistema tanto asustaba. Desde el director pasando por guionista terminando con los actores eran de izquierdas y en el film no se esconde. Hace tiempo que vi la pelicula pero creo recordar algun discurso anticapitalista sobre el dinero y la codicia
ResponderEliminarUn cine que desapareceria desgraciadamente y que a vuelto a cuenta gotas. La caza de brujas fue un exito, logro su objetivo: Silenciar las ideas de izquierdas.
Hola, General Urko:
EliminarExacto, algunos miembros del equipo de esta película fueron incluidos en la lista negra de Hollywood (Rossen se vería obligado a marcharse a Europa y no regresaría a EEUU hasta la década de los sesenta). Coincido contigo en que el guión de Abraham Polonsky ataca duramente las ansias de dinero y poder propias de las sociedad capitalista.
Un saludo.
Que lástima que la carrera de Rossen se viera mermada (en cantidad que no en calidad) por su papel en la caza de brujas y por su alcoholismo.
ResponderEliminarDirigió tan sólo 10 películas y entre ellas podemos encontrar dos obras maestras ( "Body and soul" y "The Hustler" )otras dos muy buenas ( "El político" y "Lilith") y del resto de su filmografía sólo conozco otras dos ("Llegaron a Cordura" y "Alejandro Magno") y ambas son buenas.
Un gran director y una obra digna de revisión (habrá ciclo Rossen en Ciclos de Cine).
Tal y como comentas "Body and Soul" es una película clave dentro del (rico) subgenero boxístico, es rabiosamente moderna para la época(no hay duda que Scorssese se inspiró en la cinta de Rossen) tanto en sus contenidos como en cuestiones de estilo.
Una obra maestra y top 5 del subgenero boxístico.
Un abrazo camarada, magnífica reseña.
Hola, camarada:
EliminarComparto plenamente tu reflexión acerca de Rossen, incluida la valoración que das a sus películas. Sin duda era un cineasta excelente. Venga, me animo a dejar aquí mi "top five" boxístico, aunque te lo podrás imaginar:
1. "Toro salvaje" de Martin Scorsese.
2. "Cuerpo y alma" de Robert Rossen.
3. "Million Dollar Baby" de Clint Eastwood.
4. "Fat City" de John Huston.
5. "Réquiem por un campeón" de Ralph Nelson.
(Me ha costado dejar fuera "El ídolo de barro" de Mark Robson).
Un abrazo :)
No voy a ser menos, pero está muy complicado, así que subo a top 10 para no dejar peliculones en el tintero:
Eliminar1 Toro Salvaje de Scorsese.
2 Cuerpo y Alma de Rossen.
3 Marcado por el odio de Wise.
4 Million Dolar Baby de tío Clint.
5 Fat City de Huston.
6 Requiem por un campeón de Ralph Sheldon.
7 El idolo de barro de Mark Robson.
8 Gentleman Jim de Walsh.
9 Nadie puede vencerme de Wise de nuevo.
10 The boxer de Jim Sheridan.
(Y me dejo fuera "Más dura será la caída", un peliculón que además cuenta con mi idolatrado carabotijo como protagonista) :)
Esto del boxeo es que es un filón para el cine de "calité".
Un abrazo.
Tengo pendiente la de Wise, y mira que me gusta Robert Ryan... Impecable lista, toda una demostración del gran cine que se ha realizado en torno al mundo del boxeo. Eso sí, has hecho trampas eligiendo diez :).
EliminarUn abrazo, camarada.