Tras suspender en West Point, el cadete Jeff (Claude Jarman Jr.) se incorpora al destacamento dirigido por su padre, el teniente coronel Kirby Yorke (John Wayne), al que no ve desde que era un niño. Poco después llega al lugar Kathleen (Maureen O'Hara), madre de Jeff y esposa de Kirby, del que se separó quince años atrás por quemar la plantación de su familia durante la Guerra de Secesión.
Río Grande es la tercera entrega de la trilogía que John Ford realizó sobre la caballería estadounidense tras Fort Apache (ídem, 1948) y La legión invencible (She Wore a Yellow Ribbon, 1949). Se trata de una amarga, melancólica y desencantada balada en la que el autor de Centauros del desierto, reflexiona con sabiduría y serenidad acerca de las heridas familiares provocadas por los deberes de la guerra, cuyas cicatrices sólo podrán sanar a través de la sinceridad, el amor y el orgullo contenido.
Priorizando lo íntimo sobre lo épico, Ford se centra en ese proceso de dolorosa y anhelada reconciliación familiar, dejando en un segundo plano la acción militar que el destacamento tiene que llevar a cabo contra los indios rebeldes.
El carácter baladístico del filme, se ve reforzado tanto por la hermosa partitura de Victor Young, como por la adecuada selección de temas del grupo Sons of the Pioneers. En ese sentido, resulta inolvidable el paseo nocturno de Wayne a orillas del Río Grande, cavilando sobre lo perdido y sobre el modo de poder recuperarlo, mientras de fondo se escucha a algunos miembros del regimiento entonar “My Gal is Purple” a la luz de la hoguera.
La gran fotografía en blanco y negro de Bert Glennon, es utilizada por el director para acentuar esas luces y sombras que pululan por el alma y no la dejan descansar.
Unos espléndidos John Wayne y Maureen O´Hara, encabezan un magnífico reparto en el que encontramos a varios de los habituales secundarios fordianos: Ben Johnson, Harry Carey Jr., Victor McLaglen...
Bella y emotiva obra, de lirismo visual y humano, orquestada con suma maestría por uno de los más grandes.
Aunque me encanta el cine en blanco y negro, los western los prefiero en color. No quiero decir con esto que no me gusten 'Río grande', 'La diligencia', etc... ¡Claro que me gustan!
ResponderEliminarGran pareja Wayne y O'Hara que repetirían como tal tambien con Ford en otra grande: 'Un hombre tranquilo'.
Todo un clásico de western como muy bien dices!
Saludos.
"Me llamo John Ford y hago películas del Oeste" fue el escueto y circunstancial aval presentado por el autor de "PASION DE LOS FUERTES" ante el Comité maccarthysta para defender (pese a la diferente adscripción ideológica) a su colega Joseph Mankiewicz de absurdas acusaciones. Esta película que ahora nos ocupa, una de las que Ford dedicó a los soldados de caballería (a esa trilogía oficial, yo añadiría "MISIÓN DE AUDACES" y "SARGENTO NEGRO"), contiene todos los ingredientes –y, en sentido cariñoso, algunos tics– y personajes que forman la entrañable fauna fordiana. Exteriores maravillosamente fotografiados, buena acción punteada con relajantes apartes de humor intimista y, en este caso, los imprescindibles y emocionantes dramatismos épico-familiares.
ResponderEliminarUn saludo.
La reviso entre hoy y mañana y la comento bien fresca.
ResponderEliminarUn abrazo camarada
Hola, Manderly:
ResponderEliminarNo me había parado a pensar en si prefiero los westerns en color o en blanco y negro :). En cualquier caso, bajo mi punto de vista, Ford puede presumir de haber filmado tanto el mejor western en color (Centauros del desierto), como el mejor en blanco y negro (El hombre que mató a Liberty Valance). Un género imprescindible, probablemente el más cinematográfico de todos. Al título que mencionas de la pareja Wayne-O´Hara, yo también añadiría otra obra fordiana: la infravalorada "Escrito bajo el sol".
Saludos y gracias.
Hola, Teo:
ResponderEliminarPreciso y acertado comentario el tuyo, como casi siempre. Haces bien en añadir a la trilogía oficial sobre la caballería, la interesante "El sargento negro" (no la considero de lo mejor de Ford) y la impresionante "Misión de audaces".
Un saludo y muchas gracias por tu comentario.
Hola, camarada:
ResponderEliminarPues nada, esperando tu revisionado y, a buen seguro, excelente aportación a modo de comentario :).
Un abrazo.
Hola Ricardo:
ResponderEliminarHay algo en esta trilogía ampliada de la caballería de John Ford que no me permite disfrutarla por completo, al menos de la misma forma que aprecio otras de sus inolvidables películas como las dos que citas en los comentarios: “Centauros del desierto” y “El hombre que mató a Liberty Valance”. Me imagino que será algún tipo de prejuicio inconsciente que seguro debiera de psicoanalizar:)
Espero entonces, que sepas perdonar que mis comentarios se deslicen inevitablemente hacia “Centauros del desierto”, un film que cuando lo vi de niño me encantaba por sus escenas de acción, y que hoy día, me impresiona especialmente por sus famosos principio y final. Cada plano es un gesto perfecto de una película que respira, sientes como se expande y a veces se queda sin aliento. Cada gesto contenido de los personajes expresa y encierra toda una vida, no se puede decir más en un instante; he leído sobre John Ford y revisado sus películas y sigo sin entender su inabarcable sencillez.
Algo parecido se podría decir de tu “Esculpiendo en el tiempo”, un punto en la blogfera, pero que luce con luz propia y que sirve de guía a un cine que a veces pierde el rumbo, pero nunca la capacidad de emocionar, un lugar que me gustaría visitar más a menudo, pero procuro no faltar en momentos señalados: felices fiestas Ricardo, te deseo lo mejor.
Un abrazo.
Hola, txusfin:
ResponderEliminarPues gustándote Ford, resulta complicado tratar de averiguar por qué no disfrutas de esta espléndida trilogía. Tal vez sea conveniente eso que dices de psicoanalizarte :). En cualquier caso, tanto "Fort Apache" como "La legión invencible" y la cinta que ahora nos ocupa, están por debajo de las imprescindibles "Centauros del desierto" y "El hombre que mató a Liberty Valance". En el cine de Ford, hay un componente intangible que resulta muy complicado de analizar. Sus películas son asombrosamente sencillas, pero tienen un "algo" que las hace únicas e irrepetibles. Porque, pensémoslo bien, ¿ha habido algún cineasta que se pueda considerar heredero de Ford? Sinceramente creo que no, y eso es consecuencia de que no se puede imitar lo que él hacía, aunque algún director menor como Andrew V. McLaglen lo haya intentado. No sé, pasan los años, los críticos y los cinéfilos, y el nombre de John Ford sigue ocupando un puesto privilegiado en el olimpo del séptimo arte. Por algo será... Felices fiestas también para ti, siempre es un placer contar contigo por estos lares.
Un abrazo.
He entrado buscando tu crítica de The man who shot Liberty Valance pero veo que no has escrito sobre ella. En cualquier caso, estoy seguro de que opinas lo mismo que yo: una obra maestra.
ResponderEliminarHoy la he visto por segunda vez y me ha gustado todavía más que la primera.Te dejo la reseña que he escrito http://goo.gl/TmF8x
(Por cierto: ¿tienes twitter)
Hola, Raúl:
EliminarAcabo de leer tu comentario y tengo que decir que estoy completamente de acuerdo contigo: "El hombre que mató a Liberty Valance" es el mejor western de la historia del cine. No tengo ninguna duda, luego vendrían otros dos del propio Ford como son "Pasión de los fuertes" y "Centauros del desierto".
La verdad es que no tengo twitter.
Un saludo.