Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) y su equipo se dedican a penetrar en los sueños de aquellas personas a las que pretenden robar ideas. Ahora tendrán que llevar a cabo una misión mucho más complicada: introducir una idea en la mente del hijo de un magnate para que destruya el imperio monopolista creado por su padre.
Tras la excitante El caballero oscuro (The Dark Knight, 2008), el cineasta británico Christopher Nolan nos presenta un ambicioso thriller de ciencia ficción con el que muchos lo auparán a los altares del desolado panorama cinematográfico actual.
Se trata de una interesante aunque sobrevalorada película de complejidad buscada y no conseguida, al quedar lastrada por una excesiva racionalidad que no se corresponde con el asunto primordial sobre el que indaga: el mundo de los sueños. No obstante, es preciso reconocer la capacidad de su autor para aunar el blockbuster con planteamientos más o menos inteligentes. Algo que no suele darse en el Hollywood de hoy en día.
La narración redunda en farragosas y reiterativas explicaciones con las que se intenta dotar de lógica y sentido a lo que se nos está exponiendo, lo que sitúa a la película en las antípodas de 2001: una odisea del espacio (2001: A Space Odissey, 1968) de Kubrick, obra con la que Nolan intenta establecer determinados puntos de conexión visual en algunos momentos de su filme. Tal redundancia en aclaraciones no sólo simplifica lo que se nos cuenta, sino que además impide incidir en temas más interesantes que se tratan de forma superficial, como la adicción que provocan los sueños en unos personajes hastiados de la realidad o la romántica idea de crear un mundo alternativo hecho a la medida de dos seres que se aman.
La definición de caracteres resulta pobre, centrándose fundamentalmente en el sentido de culpa de un personaje principal que en sus sueños se ve atormentado por la figura de su esposa fallecida, lo que nos remite a Solaris (Solyaris, 1972) de Tarkovsky y a Shutter Island (ídem, 2010) de Scorsese; de hecho, podría decirse que DiCaprio ha interpretado dos veces el mismo papel en un sólo año.
Hubiese sido de agradecer una concepción más arriesgada y personal de las secuencias oníricas, que se reducen aquí a meras estampas de acción filmadas de un modo demasiado convencional. Al menos Nolan no abusa de los efectos especiales ni cae en vacuos ejercicios de onanismo visual, a pesar de que sobra la utilización de algún toque efectista y relamido a lo Matrix.
Muy destacable es la banda sonora de ese magnífico compositor llamado Hans Zimmer.
Origen es, en definitiva, y a pesar de su pretenciosidad y numerosos defectos, un estimable título que se sitúa por encima de la media de lo que cada semana llega a nuestras carteleras.
Aunque tampoco me llegara a entusiasmar tanto como esperaba antes de verla, hay un detalle respecto al cual, por una parte, casi coincido contigo y, por otra, difiero: la explicación racional del mundo de los sueños. Sí que podrían haberse arriesgado más Nolan y compañía, y no explicar toda la 'arquitectura' del mundo onírico. Pero pienso que hay que tener en cuenta que la historia se encuadra en el género de ciencia ficción, y si se me permite decirlo, en la variante "dura", la que especula sobre las posibilidades de las ciencias. Aunque en este caso se trate de una ciencia tan ¿improbable? como es colarse en la psique de un individuo y construir sus sueños. Por si no me estoy explicando bien, lo que quiero decir es que en la película no se hablan de los sueños en sí, con toda la irracionalidad que conllevan, sino de construcciones mentales elaboradas por el personaje de DiCaprio y sus compinches para influir en el subconsciente de sus 'presas'.
ResponderEliminarAhora bien, sí es verdad que yo también habría agradecido que jugaran más con la dimensión irracional de los sueños. Y de paso que hubiesen arriesgado más en cuanto a su reconstrucción, que no sólo parecieran escenarios extraídos de la realidad (pero, claro, si se tiene en cuenta que se tratan de reconstrucciones de la realidad para engañar al soñador...). Y lo del tono pesadillesco habría sido un punto a su favor. Pero ya te comenté lo que me parecía Nolan en este punto: que parece gustarle el mostrarse comedido y huir de barroquismos visuales. Puede que a otros sí les guste que sea así... Pero un poco más de riesgo no desentonaría.
Aquí tienes, pues, mi aportación, Rick. Tu crítica se ha centrado en este punto de la explicación racional de los sueños, y has conseguido sacarme esto. Un saludo, compañero.
Sin ser su mejor pelicula (este honor me parece corresponde a su caballero negro) me parece que es una pelicula exelente, una pelicula de ciencia ficcion y fantasia, pero el genero que predomina es sin lugar a dudas es el de accion, la especialidad de Nolan, brillante el performance de DiCaprio, habra que seguir de cerca a este interesante director, me da gusto ver a un americano con cine de calidad en estos tiempos de Avatars y Hombres Lobo.
ResponderEliminarEste es un trabajo pionero y seminal, ya que ofrece un aerosol puede desplazar a la narración mucho más alta que la del INLAND EMPIRE. Hasta ahora, esta película ha llegado a su cenit por Nolan. Inception es también muy superior a Memento, Nolan ha hecho grandes avances en la construcción de su imagen en la película, Memento fue escrito también. Mal Ilpersonaggio es terror psicológico puro.
ResponderEliminarHasta pronto, tu blog está bien hecho.
Ricardo :cada vez que veo que dices la palabra, sobrebelorada en una de tus criticas pienso que ves la pelicula , con opiniones de antemano y que cuando tus opininiones no son ciertas ya la pelicula te deja mal sabor de boca
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