“La civilización no
suprimió la barbarie; la perfeccionó e hizo más cruel y bárbara”.
(Voltaire)
Un
grupo de científicos ha sido enviado al planeta Arkanar, donde la civilización
local, también humana, se encuentra anclada en una especie de Edad Media. El
investigador don Rumata (Leonid Yarmolnik), es tomado allí por el hijo
ilegítimo de un dios pagano.
Radical,
extrema obra de arte cinematográfico que adapta de manera libre la novela de ciencia-ficción
de Arkadi y Boris Strugatski Qué difícil
es ser Dios (Trudno byt bogom, 1964).
El realizador ruso Aleksey German, fallecido en febrero de 2013, tardó más de
una década en poder sacar adelante este monumental proyecto que ya quiso
dirigir a finales de los años sesenta, y que finalmente sólo vería la luz tras
su muerte, gracias al empeño de su mujer y coguionista, Svetlana Karmalita, y
al de su hijo, el también cineasta Aleksey German Jr.
En
el filme que nos ocupa, de casi tres horas de metraje, German recurre a un
futuro que en realidad es pasado para hablarnos del presente. Su representación
del caos moral y material (traducido también a un intencionado caos narrativo)
no encuentra parangón en la historia del cine. A través de una apabullante
escenografía, que por su carácter grotesco, detallado y acumulativo remite a
los cuadros de El Bosco y Brueghel el Viejo, el autor de Control en los caminos introduce al espectador en una atmósfera bárbara,
claustrofóbica, embarrada y pestilente por la que pululan sin rumbo fijo personajes
de aspecto repugnante que no paran de escupir, moquear, balbucear sin sentido, hurgarse
la nariz, tirarse pedos y emitir todo tipo de fluidos corporales. El objetivo no
es otro que mostrar la condición más baja del ser humano. Un carnaval dantesco
propio de un estercolero que en manos de German adquiere la dimensión de arte
mayúsculo gracias a una minuciosa puesta en escena definida por su horror al
vacío (hórror vacui). Cada plano está repleto de elementos que llenan el
encuadre (de los techos cuelgan armaduras, embutidos, lanzas, espadas, escudos,
perros ahorcados…), con personajes que se cruzan en el camino de la cámara yendo
de aquí para allá. Asimismo es frecuente verlos dirigirse al objetivo o
colocando directamente sus manos delante de él. El director utiliza largos
planos secuencia, ejecutados cámara en mano, para recorrer junto a don Rumata, “el
observador”, las ruinas del castillo Tocnik, en la República Checa.
Qué difícil es ser un
dios,
como el material literario original, tiene una lectura política evidente, de
crítica hacia el autoritarismo político y hacia la censura del pensamiento
intelectual (en Arkanar se persigue y ejecuta a los sabios). También
sociológica: la civilización de Arkanar se encuentra estancada en el Medievo. O
lo que es lo mismo, en el estadio del feudalismo donde, según la ideología
marxista, existe una diferenciación social esencial entre hombres libres y
siervos. Por ese estadio deben pasar todas las civilizaciones en su evolución
hacia la etapa socialista (la de la URSS de la época de los Strugatski). En ese
sentido, don Rumata y los demás estudiosos terrícolas enviados al planeta, esperan
un primer paso (que no se da) hacia el Renacimiento. Por último, hay en la
película una interesante lectura teológico-filosófica, a la que precisamente alude
el título, y que está relacionada con la doctrina del libre albedrío. Don
Rumata es un “dios” que tiene prohibido intervenir en la evolución de Arkanar,
que, por tanto, queda en manos de la voluntad (he aquí el libre albedrío) de
sus habitantes.
Tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarSaludos.
Ojalá te guste. Piensa que probablemente no hayas visto nada igual.
EliminarUn saludo.
Hola Ricardo!
ResponderEliminarDe esta película leí varias reflexiones y excelentes crítias , así que ya al ver el título ya sabía la nota ja. Muchas ganas de verla :)
Saludos!
P.D: Cuando tengas tiempo (bastante jaja), intenta visionar El Valle de Abraham.
Yoel, los links que me pasaste del filme de Oliveira me dan error :O
EliminarUn saludo.
Hola, qué raro. Ahora los pruebo y te mando un mail.
EliminarMuy buena crítica....ya vi esta peli tres veces y como mucho puedo decir que German inventó el cine 4D....todo lo demás son puras sensaciones e imágenes que se me han quedado grabadas como si fueran sueños propios. Si aun no lo has hecho te recomiendo ver todo german, nada tiene desperdicio.
ResponderEliminarHola, AP I / II:
EliminarNo sé si German ha inventado el cine 4D, lo que tengo claro es que con esta película ha hecho algo único. Y eso ya es mucho.
Un saludo.
Pinta bien; estuve buscando una versión descargable y, al parecer, encontré una buena.
ResponderEliminarPor cierto, hay una película colombiana que está dando de qué hablar, por lo menos en este, su país de origen. Se llama "El abrazo de la serpiente" de Ciro Guerra y ganó del premio a la Mejor Película de la Quincena, en el último Cannes. Me gustaría saber tu opinión. Un abrazo.
Hola, Carlos:
EliminarEspero la película de Ciro Guerra con ansiedad.Espero que se dignen a estrenarla aquí en España. Pinta genial.
Un abrazo.