“Estaba
con esa mujer porque me recuerda a usted; de hecho, por eso estoy ahora mismo
con usted, porque usted me recuerda a usted, sus ojos, su cara... todo lo que
hay en usted me recuerda a usted, exceptuándola a usted. Creo que está bien
claro, que me ahorquen si lo entiendo".
Otis
B. Driftwood (Groucho Marx) es un caradura que se aprovecha de la ingenuidad de
la señora Claypool (Margaret Dumont) para que ésta se convierta en mecenas de
la Ópera de Nueva York. Junto con Fiorello (Chico Marx) y Tomasso (Harpo Marx),
dos truhanes de cuidado, Otis tratará de ayudar a una pareja de enamorados (Kitty
Carlisle y Allan Jones) a los que su profesión, ambos son cantantes de ópera,
puede separar.
Al
igual que otros trabajos de los Marx, Una
noche en la ópera es, degustada a día de hoy, una película bastante desfasada
que se mantiene gracias a algunos de los gags y chistes que aparecen a lo largo
de su metraje. El filme supuso la primera colaboración de Groucho, Chico y
Harpo (ya no estaba Zeppo, el menor de los hermanos) con la Metro-Goldwyn-Mayer
después de que rompieran con Paramount tras el fracaso comercial y crítico de Sopa de ganso (Duck Soup, 1933).
El
cambio de productora se tradujo en una obra mucho más estructurada desde el
punto de vista de la historia (ahora existía un guión con su respectiva introducción, nudo y
desenlace), pero que carecía del humor anárquico e irreverente de anteriores
títulos. Pese a la referida “domesticación”, en la cinta hallamos momentos
cómicos verdaderamente antológicos, como la mítica escena del camarote (“¡Y también dos huevos duros”), la surrealista
firma del contrato entre Groucho y Chico (“La
parte contratante de la primera parte, será considerada como la parte
contratante de la primera parte”) o
el desternillante tramo final en el interior de la ópera. Tales momentos
contrastan, sin embargo, con la sosa historia de amor de la pareja protagonista,
así como con los tediosos números musicales que poco o nada aportan al
desarrollo de la trama.
Una
curiosidad para terminar: en el año 1975, el grupo de rock británico Queen,
tomó el nombre de la película para dar título a su cuarto álbum de estudio, A Night at the Opera. Según se cuenta, Freddie
Mercury y los suyos se lo pasaron en grande viéndola una noche en los estudios
donde grababan el disco.
Muy
divertida.
Yo,desde luego,no puedo ser muy objetiva cuando se trata de una película de los Hnos Marx, porque me rio muchísimo con ese humor absurdo, pero que pone de manifiesto a su vez, lo absurdo de muchas de las situaciones cotidianas. En ellas dejaron frases desternillantes como la que encabeza tu reseña y tantas otras. Me ha gustado mucho recordarla y no sabía el dato de Queen. Gracias, Ricardo. Un abrazo
ResponderEliminarHola, selegna:
EliminarSiempre es un placer poder contemplar a esta pandilla de "locos" en una pantalla :). Hay otro disco de Queen que se llama "Un día en las carreras", también en honor a otra de las películas míticas de los Marx.
Un abrazo.
Aun no he visto ninguna obra de los hermanos Marx, tenía pensado ver "Duck Soup", dado que es la mas aclamada por la critica actualmente, pero ahora se me despertó la intriga por esta..
ResponderEliminarHola, Malzzzz:
EliminarAmbas son muy recomendables, aunque mi favorita sigue siendo "Sopa de ganso".
Un saludo.
También es triste que su mejor película ("Sopa de ganso") fuese un fracaso de público y crítica. Ésta, como dices, se deja ver por sus gags antológicos. Saludos.
ResponderEliminarHola, ricard:
EliminarA veces pasa que la mejor obra de un autor no gusta en el momento de su estreno. Que se lo pregunten a Hitchcock y a su "Vértigo", por ejemplo.
Un saludo.
Los números musicales son, para decirlo claramente, relleno. Aún así me río bastante. Y sí, resulta un tanto desfasada pero ¿no crees que las películas de los Marx se seguirán viendo en el futuro? Al menos Groucho Marx es un incono.
ResponderEliminarHola, Francisco:
EliminarEfectivamente, un relleno que en obras posteriores terminaría por resultar insoportable. Como dices, la figura de Groucho trasciende al propio cine. Era un intelectual de primera. Y sí, creo que las películas de los Marx se seguirán viendo en el futuro. ¿No estamos hablando ahora de ellas después de casi ochenta años? Pues eso :)
Un saludo.
Recuerdo que cuando era pequeño solían emitir películas de los hermanos Marx los domingos al mediodía en TVE. Yo como no entendía muy bien ese humor pensaba "otra vez estos, que rollo".
ResponderEliminarEn cambio ahora echo de menos que emitan clasicos por televisión antes de las dos de la madrugada.
Saludos!
Hola, Jordi:
EliminarMe sumo a tu crítica. Hoy en día resulta complicado ver cine clásico en televisión. Me parece especialmente doloroso el caso de Televisión Española, que, como cadena pública que es, debería fomentar la cultura (sí, el cine es cultura) cinematográfica. Me pregunto cuántos de nuestros jóvenes han visto alguna vez una película de Buñuel.
Un saludo.