Tres veteranos de la Segunda Guerra Mundial, Al Stephenson (Fredric
March), Fred Derry (Dana Andrews) y Homer Parrish (Harold Russell), regresan a
sus respectivos hogares encontrando no pocos problemas en su readaptación
a la vida civil.
No sé si es la emotividad de la historia, la cercanía de unos personajes tan reales como usted y como yo o la ejemplar realización; pero desde
la primera vez que vi Los mejores años de
nuestra vida, hace ya algún tiempo, ésta quedó incrustada en mi alma de tal
modo, que ni el paso del tiempo ni los reiterados visionados podrán hacerla salir jamás de ese lugar.
El filme de Wyler, valiente, sentido y profundamente conmovedor, sacaba a
la luz la hipocresía de la sociedad norteamericana de posguerra; tan segura de
sus posibilidades de futuro como desagradecida con su reciente pasado. De modo
que esos héroes, marionetas de un estado que supo camuflar sus intereses
económicos bajo el disfraz de un ideal político, antes alabados por
sus hazañas en el campo de batalla, quedaban ahora desamparados, inmersos en un
clima de neurastenia y a merced del monstruo capitalista.
La película, que cuenta con un soberbio guión de Robert E. Sherwood,
sigue las dificultades de tres personajes desubicados y trastocados después de su
participación en el conflicto bélico. Cada uno de ellos pertenece a una
generación y a una clase social diferente. Al, el de mayor edad, es el más
afortunado; lleva veinte años casado con una mujer a la que sigue amando, tiene
un par de hijos ya creciditos (uno de ellos es la encantadora Teresa Wright) y
trabaja en un importante banco. Fred, por su parte, es uno de esos buenos tipos
que, como tantos otros, no acaba de tener suerte en la vida; no sólo no encuentra
un trabajo digno, sino que, además, está casado con una fulana frívola e
interesada (la atractiva Virginia Mayo) que vincula el amor a la cartera.
Finalmente encontramos a Homer, el más joven, que ha perdido sus manos (Harold
Russell era un actor no profesional y verdadero mutilado de guerra) y no quiere
suponer una carga para su prometida. Las conversaciones íntimas entre ambos,
que colocarán un nudo en la garganta del espectador, desprenden una
autenticidad inaudita en el Hollywood clásico.
Gregg Toland, cuya contribución resultó decisiva en la genial Ciudadano Kane, fue el responsable de la
fotografía de la cinta, dotando a la puesta en escena de una gran profundidad
de campo.
La insuperable labor de todos los actores, cada cual mejor, y el sinfín
de escenas que dejan para el recuerdo los ciento setenta minutos de su metraje,
hacen de The Best Years of Our Lives,
no ya sólo el mejor trabajo de Wyler, sino también una de las mayores obras legadas por
el cine clásico americano.
Estupenda película, que hace algo de tiempo que no veo pero es de las que quedan grabadas a fuego. Dices bien lo de Toland, pero desde la dirección artística o la música de Hugo Friehofer, hacen de ella un todo cuasi perfecto. No se si sabes que se trata de un texto encontrado en la prensa por Samuel Goldwin, de ahí surgio la idea y sugirió al guionista-novelista McKinlay de llevarlo a papel. Y quien no recuerda la falta de las manos de Harold Russell. Yo también la coloco en un puesto destacado en el TOP USA, y además... que grande era Wyler!!
ResponderEliminarUn saludo
Roy
Hola, Roy:
EliminarSabía que el guión partía de una novela de MacKinley, pero desconocía que la idea original había surgido a partir de un texto de prensa. Como dices, todo es perfecto en esta película.
Un saludo.
Nos encontramos como dices, ante una de las grandes películas del Hollywood clásico y que trataba un tema de rabiosa actualidad en aquella época (la II GM concluye en 1945). Obra maestra absoluta y el mejor film de Wyler.
ResponderEliminarCuenta con un gran reparto (incluido Harold Russell) y unas cuantas escenas memorables. Las que rodean a Russell y, sobre todo, una de las declaraciones de amor más bellas del cine: durante la boda de este pero no ellos, sino el juego de miradas al borde de la lágrima entre Fred y Peggy. Como siempre, adorable Theresa Wright y su belleza serena frente a la salvaje de Virginia Mayo (como me gusta esta en El halcón y la flecha, por cierto).
Soy de los que piensan que cuando se nombran directores clásicos a menudo se comete el error u olvido imperdonable de no incluir a Wyler.
Y para remediarlo...
1- Los mejores años de nuestra vida
2- Vacaciones en Roma
3- Ben-Hur
4- El coleccionista
5- Desengaño
6- Mrs Miniver
7- The big country
8- Cumbres borrascosas
9- La heredera
10- La loba
¿Ya? Un top-15 sería más justo.
Saludos.
Hola, Carlos:
EliminarEs cierto que Wyler no tiene el renombre de otros directores, pero ya quisieran muchos presumir de una filmografía tan sólida y extensa como la suya.
Vamos con el top...
1. "Los mejores años de nuestra vida".
2. "Desengaño".
3. "La heredera".
4. "Cumbres borrascosas".
5. "Vacaciones en Roma".
6. "El forastero".
7. "Jezabel".
8. "La loba"
9. "La carta".
10. "La señora Miniver".
Saludos.
Una auténtica obra maestra, con el sello visual inconfundible de Toland, a quien le debemos, entre otras cosas, su innovadora técnica sobre la profundidad de campo. De Él, Wyler aprendió a estructurar largas tomas en las que los personajes aparecen en el mismo cuadro durante varias escenas. Debido a la destacada presencia en los filmes iniciales de Wyler, la crítica insiste en otorgarle la autoría al mismísimo Toland. Incluso Orson Welles, que como mencionaste, ya había trabajado con Toland en el Ciudadano Kane, señaló alguna vez que a Wyler no debía llamársele director, pues su trabajo correspondía más al de un productor. Saludos.
ResponderEliminarHola, Tlayohuatl:
EliminarPese a la indudable importancia de Toland, no seré yo quien le reste a Wyler ni una pizca de la autoría de sus filmes. Del mismo modo que tampoco lo hago con Welles o Ford por haber trabajado también con esa gran director de fotografía.
Del bueno de Welles, como personaje público, me creo muy poco. Bien es conocida su afición a mentir con un bellaco y a "rajar" de sus compañeros de profesión :)
Saludos.
Una maravilla!!
ResponderEliminarAlgo que me gusta mucho es que nos muestra tres vidas compeltamente diferentes pero con un presente similar a pesar de ser considerados héroes.
La guerra cambia a las personas y eso se refleja perfectamente en todos los personajes. Los actores transmiten muy bien ese miedo de volver a su antigua vida.
Imprescindible!
Saludos.
Hola, Manderly:
EliminarYo también creo que uno de los grandes aciertos del guión, es saber mostrar las distintas realidades sociales y personales de sus protagonistas. Sin duda, uno de los mejores filmes salidos del Hollywood clásico.
Saludos.
Básicamente de acuerdo con el laudatorio contenido del comentario de "LOS MEJORES AÑOS DE NUESTRA VIDA" (sus virtudes son tan irrebatibles que a través de los años no he conocido a nadie que le ponga peros).
ResponderEliminarEsta valiente y sincera película, realizada en el momento justo en que debía hacerse, significó un aldabonazo en la conciencia de una sociedad que pretendía "ignorar" que había habido una guerra, pasando muchas veces por encima de los dramas personales de quienes fueron a ella sin desearlo.
El proverbial barroquismo y ampulosidad que habían conformado hasta entonces la arquitectura narrativa de los melodramas de William Wyler, (a los que acudiría de nuevo, dos años después, en la recargada y sombría "LA HEREDERA") coherentemente desaparecen en esta crónica, merced a una cámara que se desnuda para captar con precisión toda la fuerza de unos personajes y unas situaciones que de ningún modo admitían la retórica. Así, todos los elementos del film, desde el excelente guión de Robert E. Sherwood, hasta una minuciosa dirección de actores, pasando por el soberbio trabajo de Gregg Toland (como apuntas, operador habitual en los films de Wyler y Welles) contribuyeron a convertir el título que nos ocupa, según mi criterio, en el trabajo de mayor alcance, más redondo e inspirado de su autor.
Un saludo.
Hola, Teo:
EliminarFíjate que no es fácil que exista tanta unanimidad con respecto a una película. Te podrá gusta más o menos, pero difícilmente se le puede reprochar nada.
Por otro lado, comparto del todo tu criterio al considerar a "Los mejores años de nuestra vida" como el trabajo más de redondo, por mucho, de la filmografía de Wyler.
Un saludo.
Aquí un vídeo autentico de Homer en plena rehabilitación, se puede ver que su discapacidad es real y de no ficción:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=NAYakCT4250&feature=related
Hola, orbital:
EliminarGracias por un documento visual tan interesante.
Un saludo.