“El
color llegaba con los feriantes, el tiovivo, los caballitos de madera y las
casetas de feria. Cuando la fiesta acababa, se metía el color en unas grandes
cajas y éste se iba del pueblo”.
(Jacques
Tati)
La
apacible vida del pueblecito francés de Saint-Sévère-sur-Indre, se ve trastocada
por la llegada de la feria con motivo de la celebración de una festividad
local.
Jour de fête
fue el primer largometraje del genial actor y director cómico Jacques Tati. La
película se concibió con la idea de convertirse en la primera obra
cinematográfica francesa hecha en color con tecnología patria; sin embargo, la
utilización del sistema experimental Thomsoncolor
(similar al Technicolor americano) resultó
fallida y la cinta no se pudo revelar. Afortunadamente, el autor de Mi tío, quizá no fiándose del invento en
cuestión, decidió rodar el filme con dos cámaras, una con el nuevo formato y la
otra con el tradicional, por lo que Día
de fiesta pudo estrenarse al final, aunque en blanco y negro. Décadas más
tarde, en 1994, se restauró la copia en color.
El
humor de Jacques Tati (de sonrisa casi permanente más que de desternillante
carcajada), como el de los maestros silentes Chaplin, Lloyd o Keaton, en los que se
inspira y a los que, en ocasiones, hasta supera (cinematográficamente
hablando), prescinde en esencia de los diálogos para construirse a partir de una
concatenación de inteligentes gags visuales y (he aquí su principal aportación)
sonoros. Jour de fête no es el mejor
de sus trabajos (Tati aún no había creado al sublime Monsieur Hulot, personaje tan
iconográfico como Charlot que será el protagonista de sus películas a partir de
su siguiente proyecto, Las vacaciones del
señor Hulot), pero en él ya esboza parte de ese entrañable y particular microcosmos
humano que irá perfeccionando hasta alcanzar unas cotas de sofisticación visual
inauditas en el género de la comedia (Mi
tío y, sobre todo, Playtime). En
esta ocasión, el alargado realizador de Le Pecq muestra algunas de las costumbres y
conductas sociales de un pequeño pueblo francés de posguerra. La llegada con la
feria de una carpa de cine en la que se proyecta un documental sobre los
eficientes y arriesgados nuevos métodos de trabajo de los carteros estadounidenses,
pone de manifiesto la existencia de dos velocidades entre Europa y Estados
Unidos en lo que respecta al crecimiento socioeconómico tras la Segunda Guerra
Mundial. Al visionar el documental, el personaje de François (Jacques Tati), el tontorrón cartero de la zona, herido en su
orgullo profesional por los comentarios burlones de sus vecinos, tratará de
poner en práctica lo visto en la proyección, llevando a cabo un divertido
reparto del correo “a la americana”. Reparto que dejará a las claras que lo
eficaz no es necesariamente lo mejor, sobre todo si dicha eficacia conlleva una
pérdida de capital humano.
Efectivamente, Tati es un tardío sucesor de Keaton y su obra está a la altura de las mejores comedias del cine mudo.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, ricard:
EliminarSin duda, amigo. Tati es uno de los mayores autores del cine cómico. A la altura de Keaton o Chaplin. Genial.
Saludos.