“No quiero sobrevivir,
quiero vivir”.
El
filme cuenta la historia real de Solomon Northup (Chiwetel Ejiofor), un músico
negro de condición libre que en 1841 fue secuestrado y vendido como esclavo en
las plantaciones del sur de Estados Unidos, donde se mantuvo cautivo durante un
período de doce años.
Si
alguien me preguntara cuál ha sido la principal aportación del cine de los
últimos veinte años, respondería sin el menor atisbo de duda que el realismo.
Hoy en día, las películas, al margen de su género o calidad, son mucho más realistas
de lo que lo eran décadas atrás. 12 Years
a Slave, tercer largometraje del realizador británico Steve McQueen, se
inscribe dentro de esa tendencia actual de cine hiperrealista cuyo máximo
objetivo es mostrar lo que cuenta del modo más veraz posible. Su argumento es
poco original, lo que la diferencia de otras producciones similares es el
tratamiento que hace del mismo.
McQueen
huye del efectismo morboso, aunque no ahorra una pizca de crudeza en la
exposición de los acontecimientos. No se jacta a la hora de filmar las torturas
y vejaciones a las que los esclavos son sometidos por parte de sus amos, pero
tampoco las evita mirando hacia otro lado. Siempre mantiene una perspectiva
equilibrada y nunca muestra más de la cuenta. Sin embargo, bajo mi punto de
vista comete un error, y es que no consigue plasmar convincentemente la
progresión cronológica de la historia. Digamos que uno no tiene la sensación de
que transcurran doce años, sino unos cuantos menos. Este aspecto, que en
principio puede parecer poco importante, termina pasando factura al conjunto de
la cinta cuando es sometida a un análisis postvisionado. Por lo demás, nos
encontramos ante un sólido drama de corte clásico y sin apenas fisuras, que se sustenta sobre
una conseguida reconstrucción de época y unas notables interpretaciones de
Chiwetel Ejiofor y Michael Fassbender. Este último, como ya viene siendo
habitual, vuelve a estar inmenso, interpretando aquí al malvado y alcohólico dueño
de una plantación de algodón que vive obsesionado con una de sus esclavas (Lupita Nyong´o).
Con
un ritmo pausado, el autor de Shame
elude los caminos que conducen al melodrama sentimentaloide. Su visión de la
esclavitud trata de ser lo más objetiva posible. No emite juicios de valor ni
discursos morales; los hechos son tan concluyentes que no resulta necesario
hacerlo. La narración es detallada, describiéndose todo el proceso que lleva a
un hombre, incluso siendo libre de nacimiento, puesto que la práctica del
secuestro era bastante frecuente para poder satisfacer la creciente demanda de
esclavos, a convertirse en una mera mercancía sin más valor que el de su
precio.
En
definitiva, un filme desgarrador que consolida a su director como uno de los
cineastas más interesantes y talentosos surgidos en los últimos tiempos. A este
paso, este Steve McQueen va a hacer que nos olvidemos del guapo actor de los años
sesenta y setenta. Al tiempo.
Estoy muy de acuerdo con tu reseña. Un saludo.
ResponderEliminarHola, ricard:
EliminarPues si estás de acuerdo, poco más hay que hablar :)
Un saludo.
Ligeramente decepcionante; uno espera 4 estrellas y media y obtiene 3 y media. Me da la sensación de que le falta algo para ser una gran gran película..
ResponderEliminarHola, Raúl:
EliminarQuizá todos esperábamos un filme más relevante, pero no es fácil tratándose de una temática tan manida. Notable, en cualquier caso.
Un saludo.
Hola, Ricardo: Tengo ganas de ver esta película, y despues de leer tu comentario; a pesar de ese "pero" que le pones, creo que me gustará; procuraré verla durante estos días de fiesta. Que pases una Feliz Navidad y que el próximo año sigas orientándonos tan bien hacia el buen cine. Un abrazo!
ResponderEliminarPor cierto, preciosa la foto que has elegido para la cabecera. supongo que corresponde a esta película.
ResponderEliminarHola, selegna:
ResponderEliminarYo también te deseo una Feliz Navidad. Espero que el próximo año te pases más a menudo por aquí.
Un abrazo :)
La foto de la cabecera, si no me equivoco, ha de ser de "The master". Bellísima, la verdad.
ResponderEliminarA mí la película no me ha gustado. Llevas razón, Ricardo, por lo que respecta al hecho de que el período temporal que se describe no parece abarcar 12 años sino muchísimo menos; además de este defecto capital, que provoca que nos involucremos poco en lo que vemos porque daña mortalmente la verosimilitud, yo he notado en muchas ocasiones que se cargaban las tintas (o sea, he notado demasiado la intención de denuncia de los hechos). Solo me ha faltado que fuera el bueno de Brad Pitt (todo el mundo sabe de las innombrables causas humanitarias en las que está embarcado) el encargado del discurso abolicionista frente al amo (estupendo Fassbender: la película crecía cada vez a cada una de sus apariciones; me ha caído bien incluso), y de llevar la carta del protagonista a quien debía para que fuera liberado. Se me ha hecho larga y tediosa (demasiada reiteración de los mismos hechos, algunas escenas vacías, y algunos flash-back innecesarios). No creo que la película confirme el talento de su director; me parece un bache. Y es que 'Shame' puso el listón muy alto.
ResponderEliminarHola, josep:
EliminarMe ha hecho gracia lo de Brad Pitt (productor de la película), porque tienes toda la razón del mundo. Si te soy sincero, cuanto más pienso en la película menos me gusta. Quizá le sobre media estrella. En cuanto a Fassbender, nada que decir, ¡un crack!
Saludos.
Es tiempo de revisar "Hunger", la ópera prima de este director y, en mi opinión, su obra maestra.
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