Armand Tesla (Bela Lugosi) es un científico rumano del S.XVIII que tras escribir un tratado sobre vampirismo acabará convirtiéndose en un monstruo sediento de sangre.
Tesla causará estragos en el Londres de 1918, aunque será destruido por el Dr. Walter Saunders (Gilbert Emery) y por Lady Jane Ainsley (Frieda Inescort).
Sin embargo, años más tarde, tras un bombardeo de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, el ataúd de Tesla saldrá a la luz, cebándose en su regreso con la ya envejecida Dra. Ainsley y con la sensual Nicki (Nina Foch), nieta del Dr. Saunders.
Interesante título del subgénero de vampiros, supone la última gran interpretación de Lugosi y es pionero por ser de los primeros en mostrar de forma explícita las cicatrices que los “chupasangre” dejan en el cuello de sus víctimas.
Aunque su valía cinematográfica se aleja mucho de los títulos maestros sobre “chupópteros”, se trata de un filme estimable, altamente recomendable para los amantes de estas fascinantes criaturas y deudor en muchos aspectos del Drácula de Tod Browning.
Debido al éxito que tenían por entonces las películas sobre hombres lobo tras The wolfman de George Waggner, el guionista Griffin Jay decidió incluir un licántropo en la trama, surgiendo así el personaje de Andreas Obry (Matt Willis), esbirro simpático que ayuda a Tesla a llevar a cabo sus planes.
A pesar de tratarse de una película barata, su atmósfera de misterio está bastante lograda, de modo que la noche, la niebla y los cementerios nos embriagan de lo sobrenatural.
Son destacables la fotografía (con momentos de un expresionismo muy eficaz) de L. William O´Connell y John Stumar, así como la música de Mario Castelnuovo-Tedesco.
También resultan interesantes las imágenes de archivo que se utilizan sobre un bombardeo alemán, dotando al filme de un realismo contextual poco frecuente en este tipo de producciones.
Pero sin duda, lo mejor de todo es la presencia hipnótica de un Bela Lugosi que ya por entonces tenía graves problemas con las drogas. Siempre será un placer contemplar en pantalla a este magnético icono del cine de terror.
Como bien dices, a pesar de ser una modesta producción de bajísimo presupuesto, es de lo más amena y entretnida. Y siempre es un placer ver a Lugosi, aunque ya estuviese en las últimas.
ResponderEliminarun saludo y felicidades por el blog.
Lugosi, Karloff, Chaney, Lee... son todos actores cuya sola presencia en pantalla bien vale ya el visionado de sus películas. Un saludo, Crowley. Gracias por seguir mi blog.
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