“No
creas que la salvación se encuentra en un hogar, no hagas como yo. Soy demasiado
serio para ser un aficionado; no obstante, no lo bastante como para ser
profesional, ¿entiendes? Es mejor una vida anárquica, créeme, que una
existencia basada en una sociedad organizada donde todo está previsto, todo es
perfecto”.
Un
periodista del corazón llamado Marcello Rubini (Marcello Mastroianni), recorre
cada noche los ambientes burgueses de Roma en busca de noticias exclusivas. De
fiesta en fiesta, se topa con personajes variopintos pertenecientes a la alta
sociedad italiana.
La dolce vita es uno de los trabajos más sobrevalorados de la carrera del director italiano Federico
Fellini, y, por extensión, de la propia historia del cine. Uno puede entender
que su feroz crítica a las costumbres burguesas, unida a su brillante
realización, causara impacto en el momento de su estreno; sin embargo, vista a
día de hoy, medio siglo después, su discurso ha quedado algo desfasado,
resultando más plúmbeo que efectivo. ¿Qué sería de esta película sin el carisma
del gran Mastroianni, el magnetismo de la ciudad de Roma, la magistral
dirección de fotografía en blanco y negro de Otello Martelli o el generoso
escote de la imponente Anita Ekberg? Pues, probablemente, mucho menos de lo que
es.
Plagada
de personajes a caballo entre lo estúpido y lo pintoresco (Sylvia, la
tontorrona estrella venida de Hollywood; Emma, la suicida e histérica novia de
Marcello; Maddalena, la rica heredera que se define a sí misma como una “puta”; la troupe que acompaña a Marcello en
su trabajo…), la cinta contiene, además, un sinfín de diálogos pomposos y
pseudointelectuales con bastante menor significado del que pretenden poseer. Sí
que me parece interesante, en cambio, la figura de Steiner, amigo del
protagonista, y sus reflexiones acerca de un mundo al que tiene miedo. Tanto
como para acabar con la vida de sus dos queridos hijos. El resto, en mi
opinión, son escenas vacuas y plomizas (muy bien filmadas, eso sí) en el
interior de clubes de moda, restaurantes caros, villas lujosas o castillos
centenarios. El objetivo es reforzar un tema, la insatisfacción vital, y un
sentimiento, la frustración. Marcello Rubini personifica ambos a la perfección,
de ahí su tendencia crónica al flirteo, el sexo o el alcohol.
Como
curiosidad final, señalar que el término “paparazzi” con el que se define a los
reporteros del corazón en la actualidad, tiene su origen en esta película, concretamente
en el personaje de Paparazzo (Walter Santesso), fotógrafo que trabaja con
Marcello.
Esta me toca verla dentro de poco (después de 'La strada' y 'Alma sin conciencia'). Supongo que Fellini no es de tus favoritos, pero, cual es tu top 5 y cuantas estrellas le pondrías a cada una? :)
ResponderEliminarYo supongo que también pensaré que está un poco sobrevalorado, aunque 'Otto e mezzo' me pareció una película genial y única.
Hola, neordental:
EliminarJa, ja, ja. Permíteme que deje ese top5 para una entrada. Sólo te diré que "Ocho y medio" y "La strada" son mis favoritas del director italiano.
Un saludo.
¿De verdad te gusta más "El caballero oscuro" (por poner un ejemplo) que ésta?
ResponderEliminarYa sé que en cuestión de gustos no hay nada escrito pero el tuyo no deja de sorprenderme; que valores tan poco a autores tan personales como Fellini y que casi cualquier título americano medianamente bien realizado te guste con Tarkovsky, Bergrman y Dreyer a la cabeza en tu lista de directores favoritos me parece cuanto menos curioso.
Para mi "La dolce vita" es una obra maestra absoluta, una de las mejores peliculas italianas que he visto, no me pidas que argumente porque solo la he visto una vez y la memoria no es lo mio :)
Un saludo.
Hola, David:
EliminarCreo que es un error comparar las notas que le doy a una película u otra. Cuando valoro un filme, no pienso si a otro le he puesto un número determinado de estrellas. No me gusta más "El caballero oscuro" que "La dolce vita", son dos trabajos completamente diferentes. Lo que sí te puedo decir es que la primera cumple con su cometido mejor que la segunda. A Fellini le exijo mucho más que a Nolan.
Un saludo.
Fue una decepción enorme para mí cuando vi esta película, Fellini era un genio, eso me había quedado claro al ver 8 1/2, y me imaginé que su película mas aclamada tendría, al menos, que colmar mis expectativas. Me aburrió completamente, hay mucha razón en tu critica, ¿que sería de la película sin Mastroianni, la famosa fuente de Trevi o Anita Ekberg?, técnicamente es impecable, como siempre Fellini, pero los diálogos me parecen insulsos y en varios casos vacíos. No se, en cierto modo hay que admirarle todo lo que representa, pero de ninguna manera es una película que vería dos veces.
ResponderEliminarPD: Buen dato lo de los paparazzi, no tenía idea, creí que la cuestión era a la inversa.
Hola, Malzzzz:
Eliminar"La dolce vita" me parece una película excesivamente mitificada. No obstante, respeto la opinión de todos aquellos que opinan lo contrario.
Un saludo.
Hola Ricardo! A mi me gustó cuando la vi, pero como muchas otras que me gustan sin más, desde luego no le encontré la importancia o el valor que algunos le otorgan. Creo que se trata de una película que el tiempo y el público han mitificado por sus protagonistas, y por la escena del baño de Anita en la Fontana.
ResponderEliminarMe pasó también con "La tentacion vive arriba", esperaba mucho más, y no me disgustó, me reí y disfruté, pero el mito de esta película es Marilyn y la escena de la rejilla.
Un saludo!!
Hola, SqSmaravillosa:
EliminarCoincido al completo con tu apreciación. También pienso que "La tentación vive arriba" es una película buena sin más, muy lejos de los mejores trabajos de Wilder. Impresionante Marilyn en esa escena. Yo también quiero una vecina así :)
Un saludo.
Como comprenderás habiendo visto mi lista de mejores películas, he de posicionarme con los defensores de La Dolce Vita. Puede que tengas razón y que su tono intelectual sea impostado. Pero, a veces, los resultados están por encima de las intenciones. Y esta joya no me parece aburrida en absoluto. Tiene gags memorables, desde el inicio con el helicóptero que transporta la estatua hasta la secuencia del "milagro". Retrata la magia de la fiesta y de la noche como ningún otro título y, sin embargo, está imbuida de una melancolía lúcida, incluso trágica. Está llena de paradojas: tras la escena de la Fontana de Trevi, tan vital, están la profunda tristeza de la secuencia del encuentro entre Marcello y su padre o la sorprendente pero aparentemente consecuente decisión de Steiner. La vida es un misterio que se resume en un monstruo que las aguas arrastran a la playa mientras una muchacha saluda a un Marcello roto. Fellini retrata aquéllo que nos inquieta mientras avanzamos a ciegas entre fantasmas. Ésto es lo que me sugiere La Dolce Vita. Un saludo.
ResponderEliminarHola, ricard:
EliminarMe ha gustado mucho tu comentario, aunque yo no sienta la misma fascinación por la película :). Ojo, que el martes, si Dios quiere, se publica la lista de mejores películas seleccionadas por los lectores.
Un saludo.
Dentro de mi admiración infinita por Fellini, la Dolce Vita no me parece de lo mejorcito de su trayectoria. Tampoco así La Strada, que directamente no me gusta. Creo que la auténtica esencia de Fellini se conoce mejor en películas iniciales como El jeque blanco y Los inútiles, y en sus películas tardías, como Roma, Amarcord, El Casanova o Entrevista.
ResponderEliminarLa Dolce Vita es una película en la que algunas escenas funcionan, y otras no tanto. A mi parecer, Fellini no había alcanzado todavía su propio tono. En esta película, realiza una crítica de cierto tipo de vida sin desmarcarse del todo del mismo. Hace una crítica condescendiente, que se queda a medio camino. En películas posteriores, su crítica será más demoledora, más despiadada, también más cálida, dando más peso a lo inverosímil, lo inventado y lo desmesurado, empleando el recurso de la caricatura. Todavía no había creado sus grandes guiñoles.
De todas formas, me parece que la mayor parte de los diálogos son pomposos y pseudointelectuales a propósito. Y eso no solo se da aquí, sino que es una característica del cine de Fellini. En las películas de Fellini nunca el autor habla en boca de sus personajes: sus personajes hablan y hablan, las voces se pisan unas a otras, hablan en francés, inglés y otros idiomas. La palabra siempre ha sido en el cine de Fellini engaño y confusión, así que los diálogos no hay que tomárselos mucho en serio, sino entenderlos como formas a veces poco sutiles de demostrar la estupidez humana. La velada en casa de Steiner es precisamente eso, su visión del mundo snob: el intelectual que ha viajado a la India, la poetisa americana, etc. Una visión en la que no está exenta cierta posibilidad de algo más, incluso de cierto anhelo de trascendencia, representada en la propia figura de Steiner. En Fellini lo ridículo y lo sublime pueden presentarse al unísono, cosa que suele desconcertar mucho. De todas formas, como decía anteriormente, Fellini no había alcanzado en los diferentes cuadros de La Dolce Vita, el distanciamiento irónico, caricaturesco, que será característico de su estilo en películas posteriores.
El cine de Fellini entiendo que no guste a todo el mundo. Se mueve en un mundo propio, de metaficción, en el que juegan mucho papel los roles y los símbolos que Fellini crea sin salir de su propio universo personal. Supone aceptar sus reglas o rechazarlas. Yo me considero de los que las acepta, y las disfruta.
Hola, Alpino:
EliminarTu excelente comentario denota una gran admiración hacia el cine de Fellini. Yo también considero que la etapa más personal y depurada del director italiano es la que se inicia con "Satiricón". Sin embargo, me cuesta soportar las "bufonadas" del cineasta en esa época. Cuestión de gustos.
Un saludo.