Un grupo de prisioneros de diversa nacionalidad (Jim Sturgess, Ed Harris, Colin Farrell, Dragos Bucur…) escapa en 1940 de un gulag soviético ubicado en Siberia, emprendiendo una huida de más de seis mil kilómetros que les llevará a atravesar varios países hasta llegar a la India.
En un contexto de anclada mediocridad como el que caracteriza al estado del cine actual, se agradecen propuestas tan interesantes como la aquí ofertada por el director australiano Peter Weir (Gallipoli, El club de los poetas muertos, Master and Commander…). Una película de claras reminiscencias homéricas, basada en hechos reales, y que adapta el libro The Long Walk (1955) de Slavomir Rawicz.
Se trata de una sufrida odisea geográfica y de supervivencia con la que se intenta hacer frente a las injustas y arbitrarias barreras políticas que restringen las libertades humanas.
El relato presenta a un conjunto de caracteres diferentes que deberán aunar esfuerzos en su objetivo común de superar el sinnúmero de inclemencias naturales y ambientales con las que se toparán a lo largo de su extenso periplo.
Uno de los puntos fuertes de la cinta es el paisaje cambiante en que transcurre la historia (bosques, nieve, valles, desiertos, montañas…), beneficiándose de una extraordinaria fotografía y de majestuosos planos generales y en panorámica que la dotan de una cierta impronta documental.
Weir otorga a su filme un ritmo pausado que espantará a los amantes del vídeo clip, tomándose su tiempo a la hora de narrar y suministrar información acerca de sus protagonistas.
El reparto raya a gran altura, destacando la soberbia y contenida composición de Ed Harris y la sorprendente (por buena) caracterización que Farrell hace de un rudo “urki” (criminal callejero).
Hay en The Way Back, sin embargo, una serie de errores que lamentablemente afectan a su valoración final: como que resulte reiterativa en sus motivos (lo que hace que a veces no supere la mera sucesión de estampas tópicas sobre el enfrentamiento entre el hombre y la naturaleza), que determinados personajes estén vagamente perfilados, la decisión de dejar a alguno de ellos “tirado” por el camino, o su algo precipitado tramo final. Fallos que, en cualquier caso, no impiden afirmar que nos encontramos ante una estupenda película, de indudable valor humano y cinematográfico, y que resulta bastante superior a la mayoría de producciones que hoy en día llegan a nuestras salas de cine.
Es un placer visual ver el film, por su esmerada fotografía y por los espléndidos paisajes. Las interpretaciones son excelentes cuando hablamos de Ed Harris y de Farrell, pero los demás personajes quedan desdibujados en el grupo. El final resulta precipitado, de pronto han llegado a su destino. Da la impresión de que han tenido que cortar muchos tramos del film.
ResponderEliminarUn saludo desde ciclos de cine.
Hola, Cristina:
ResponderEliminarEfectivamente se trata de un filme de enorme belleza desde un punto de vista puramente visual. No sé si habrá sufrido cortes drásticos en la sala de montaje, el uso de la elipsis es muy interesante a lo largo del mismo, pero es cierto que el final se precipita de forma inesperada. En cuanto a los personajes, coincido contigo en que sólo hay dos o tres de cierta entidad, el resto son esbozos. A pesar de todo, disfruté bastante en el cine, por lo que recomiendo verla.
Un saludo, camarada cinéfila.
Pues me alegra mucho la buena crítica, porque hasta ahora la había leído algunas de malas que de momento me habían echado para atrás y me extrañaba de Peter Weir. La veré. Gracias y un saludo.
ResponderEliminarHola, David:
ResponderEliminarWeir siempre me ha parecido un director interesante, aunque irregular, y ahora mismo lo considero un valor seguro. Su anterior trabajo, "Master and Commander", era verdaderamente magnífico, y "Camino a la libertad", a pesar de que no llega a sus niveles de excelencia, no deja de ser una buena y sólida película. Si te gusta el cine con sabor clásico, no dejes de ir a verla.
Gracias a ti por dejar tu comentario.
Un saludo.
Sinceramente, "Camino a la libertad" me pareció una película no muy destable (le pondría, si se me permite, la categoría de "pasable", que no es poco si se tiene en cuenta el nivel medio del cine actual), eso sí, uno puede disfrutar contemplando los paisajes que discurren a lo largo de la odisea de los protagonistas: impresionantes y de lo más variopinto.
ResponderEliminarMe hizo "sonreír" cómo los supervivientes atraviesan el Himalaya "tranquilamente" y con el turbo hacia el final, tras tanto camino recorrido: acelerado e inverosímil; un traspié del filme, en mi opinión.
Con todo, es una película interesante, agradable, aunque llena de tópicos y vaguedades en el desarrollo de algún personaje (como comentas). Ed Harris le da, sin embargo, una cierta grandeza a la cinta con su imponente presencia e interpretación.
Hola, pesadillas con cuerpo:
ResponderEliminarEn mi opinión, sólo por la belleza que destilan algunos de sus pasajes y por el valor humano de la historia que retrata, ya me parece que está por encima de buena parte de las películas que se estrenan semana tras semana. Es cierto que en ella encontramos tópicos y personajes que no son más que bosquejos, pero se trata de defectos que, por la propia temática de la cinta y su reparto coral, pueden ser hasta cierto punto comprensibles. Lo que ya no es tan admisible y disculpable es esa aceleración que se produce durante los últimos minutos de metraje, que hace que incluso un personaje tan importante como el de Harris, se abandone sin la despedida que hubiese merecido.
Muchas gracias por tu opinión.
Un cordial saludo.
Cual es tu favorita de Weir? En unos minutos pienso ver 'Picnic en Hanging Rock'. Qué opinas de ella? Parece fascinante..
ResponderEliminarHola, neordental:
EliminarWeir siempre me ha parecido un cineasta muy singular e interesante. Es una pena que no haya dirigido más. No sé, me gustan mucho "Gallipoli", "Master and Commander", "El show de Truman", "El club de los poetas muertos" o la que tú citas. Quizá me quede con esta última.
Un saludo.