No es país para viejos (No Country for Old Men, 2007) de Joel y Ethan Coen.


Lewelyn Moss (Josh Brolin) es un tipo corriente que estando de caza se topa con los resultados de una masacre derivada de una fallida transacción de droga. Cerca del lugar halla un maletín con dos millones de dólares, cantidad que se dispone a conservar. Tras los pasos de Lewelyn encontramos a un asesino psicópata contratado para recuperar el dinero llamado Anton Chigurh (Javier Bardem), y al envejecido sheriff Ed Bell (Tommy Lee Jones), que trata de resolver el asunto criminal.


La historia del cine nos demuestra que hay películas que acaban convirtiéndose en clásicos por su calidad, mientras que otras lo hacen porque sus temáticas se adecuan o reflejan algunos elementos clave del contexto en el que surgen. La cinta que ahora nos ocupa, la adaptación que los hermanos Coen han llevado a cabo de la obra de Cormac McCarthy, probablemente alcanzará ese status por ambas razones.

El valor de estos hermanos de Minnesota no se basa en su capacidad para crear cosas nuevas u originales, sino en su sorprendente lucidez a la hora de reinterpretar géneros ya desgastados. Es lo que ocurre con No Country for Old Men, un aparente psicothriller que por su iconografía (el desierto tejano, caballos, sombreros, el sheriff, el villano, el botín…) se asemeja a un western de relectura posmoderna.


Los Coen demuestran en ésta, su mejor película, que han alcanzado la madurez en la utilización del lenguaje cinematográfico. No necesitan golpes de efecto, ni clímax, ni música. Les basta con su milimétrica planificación de la puesta en escena. 

La película debe ser entendida como una fábula moral en la que se establece la tradicional lucha entre el bien y el mal. El mal se personifica en el personaje de Chigurh, y el bien en la figura del sheriff Bell.

Hay un claro desequilibrio en esa lucha, ya que mientras el mal se pasea a sus anchas, el bien se muestra desencantado, incapaz de comprender la naturaleza destructiva de su enemigo.


La violencia gratuita de la sociedad contemporánea terminará por retirar al bien de la lucha. Sólo el azar (una moneda lanzada al aire) puede frenar, en parte, el poder de un mal que se muestra insaciable.

Algunos le han criticado al filme un final abierto que no ofrece respuestas. Sin embargo, resulta perfecto. Pues esa incertidumbre es la misma que prevalece en nuestra sociedad, una sociedad en la que sólo la incertidumbre se muestra como certeza.
 

2 comentarios:

  1. Excelente comentario acerca de un título que ganará con el tiempo, un clásico moderno indiscutible. Saludos.

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  2. Aunque algunos dicen que es aburrida no es así, el único pero que le pongo es que tiene un inicio flojo pero poco a poco te va atrapando. En lo personal creo que los hermanos Coen han logrado una adaptación muy fiel, sin embargo con esta película hay una paradoja en su construcción, en esa relación entre forma y fondo lo que provoca que parezca una cinta aparente muy simple por su trama, que pareciera que no dice nada e incluso que su historia es poco confusa pero no es así pues se convierte en una obra cumbre que maneja el lenguaje cinematográfico a la perfección. Además el elenco está de lujo, Tommy Lee Jones, Javier Bardem y Kelly Macdonald quien fue merecedora del premio de sindicato de actores por su gran desempeño en este film.

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