1. Iván el terrible, partes I y II (Ivan Groznyy/Ivan Groznyy II: Boyarsky zagovor, 1944) de Sergei M. Eisenstein.
Inigualable en términos de estilo y brillantez formal, la obra cumbre de Eisenstein pervive como una de las propuestas cinematográficas más grandiosas de la historia.
2. Perversidad (Scarlet Street, 1945) de Fritz Lang.
Genial obra maestra de Lang, un intenso y pesadillesco ejercicio de cine negro que constituye el mayor logro de su etapa norteamericana y, en opinión de quien suscribe estas líneas, la película más compleja y conseguida de la brillante filmografía del director de origen austríaco.
3. Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1941) de Orson Welles.
Si bien es cierto que Ciudadano Kane no inventó nada, no lo es menos que Orson Welles supo ir más allá en la utilización de determinados recursos, lo que supuso un notable empujón al por entonces todavía joven lenguaje cinematográfico.
4. Dies Irae (Vredens dag, 1943) de Carl Theodor Dreyer,
Una de las obras maestras absolutamente imprescindibles de Dreyer, el director más importante de la historia junto con Andrei Tarkovsky en opinión de quien escribe estas líneas. Su cine debería contemplarse en los museos.
Les enfants du paradis cuenta con el que probablemente sea el guión de mayor calidad literaria que se haya llevado a la gran pantalla, y que fue obra del poeta y dramaturgo Jacques Prévert. Triste y romántica, la película constituye un canto al amor y al mundo del teatro, siendo la culminación del llamado realismo poético francés.
Un hermoso ejemplo del lirismo humanista del maestro japonés. Película clave dentro de su filmografía y la más bella historia paterno-filial que nos ha legado el cine.
Fascinante ejercicio de cine negro que se contempla de forma embelesada en cada uno de sus visionados. Un “pigmalión” resentido y el retrato de una hermosa mujer tienen buena parte de culpa, sin olvidarnos de lo que bien podría ser el sueño de un detective de necrófilas apetencias amorosas…
Sólo Ford podía conseguir que en el salvaje oeste se recitara a Shakespeare de forma tan poética. Huelga decir nada más.
9. Los mejores años de nuestra vida (The Best Years of Our Lives, 1946) de William Wyler.
Uno de los dramas más conmovedores y desencantados del cine norteamericano. Resulta triste observar cómo la sociedad olvida tan pronto a sus héroes. Excepcional.
Niguna historia de amor ha desprendido tanto patetismo y tristeza en el celuloide como esta obra maestra del gran Ophüls.
Como siempre muy buena tu lista. Aunque me hace falta "Carta de una desconocida"...
ResponderEliminarDe haberla elaborado ahora mismo, yo también habría incluido la obra de Ophüls en lugar de la de Lubitsch. Ya lo corregiré.
ResponderEliminar"Carta de una desconocida" queda incluida para enmendar el error inicial.
ResponderEliminarufff peliculones todos los que nos propones...pero ayer vi "Carta de una desconocida" (es la última entrada de mi blog de películas) y la verdad es que me gustó mucho. El amor no correspondido hecho película. Buena, buena!
ResponderEliminarSaludos!
Hola, PULGACROFT:
EliminarLa verdad es que los cuarenta fueron una década extraordinaria para el cine. "Carta de una desconocida" es una sublime obra maestra del genial Ophüls, la tristeza del desamor hecha celuloide.
Saludos!
Muy buena muestra, aunque el halcón maltés debería de estar ahi. Claro que...entre tantas casi o maestras, es difícil escoger un ramillete...Saludos
ResponderEliminar