En 1935, en plena depresión económica y a pocos años de que se iniciase
la más catastrófica de las guerras conocidas por este mundo, James Whale
alumbró una de las películas más geniales de la historia del cine: La novia de Frankenstein. Prácticamente
insuperable en términos de estilo, originalidad creativa y puesta en escena, el
filme se mantiene como una de las obras maestras esenciales del género
fantástico. Sin duda, uno de los aspectos más recordados del mismo, es el
singular maquillaje que portaba Elsa Lanchester. Las hábiles manos del maestro
Jack Pierce, que se debió inspirar en el atemporal busto de Nefertiti, crearon
un verdadero icono (uno más) cuya vigencia estética a día de hoy resulta innegable. Ya lo decimos en el encabezado de esta entrada, la novia
sigue estando viva, ¡muy viva!
Una gran actriz, Elsa Lanchester! y es cierto que la estética es muy actual. Ya más mayor, la vimos también en "Testigo de cargo", en el papel de enfermera de Charles Laughton. Me gusta la película y las fotos que has puesto.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, selegna:
EliminarMe cae muy bien Elsa Lanchester, la recuerdo con cariño. Quizá nunca le dieron todos los papeles que su talento hubiese merecido.
Un abrazo.
Sin duda una obra maestra del género. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, ricard:
EliminarQue sea una obra de género hace que en ocasiones se la infravalore. Para mí es una de las más geniales películas rodadas en Hollywood.
Un abrazo.
"Por un mundo nuevo. Por un mundo de dioses y de monstruos".
ResponderEliminarUno de esos raros casos en los que la secuela supera a la película original (al menos desde mi perspectiva), ya que the bride es mucha the bride (también interpreta a MS, la autora del libro original) y el doctor Pretorius es mucho doctor Pretorius.
Gran actriz esta Lanchester. Posiblemente se le quedara esa cara en la película al descubrir, un año después de estar casados, que su marido (Sir Charles Laughton) era homosexual. Pero dejaremos al gran CL para otra ocasión.
Hola, Carlos:
EliminarNi lo dudes, es claramente superior a la película original. Aquí Whale tuvo libertad creativa absoluta, y eso se nota.
No sé hasta qué punto le molestaría a Elsa que Laughton fuese gay, puesto que siguieron casados muchos años. Fue una tapadera en toda regla :).
Un saludo.
Qué grande "The Bride of Frankenstein". Un ejemplo de cómo las segundas partes sí que pueden ser buenas e incluso mejores. Mérito de Whale, que supo esperar el tiempo necesario. Recuerdo quedar alucinada por sus efectos -¡teniendo en cuenta que hablamos de los años 30!-, con aquellos reyes y reinas metidas en frascos de vidrio. Increíble.
ResponderEliminarElsa Lanchester o la chunga de Mary Poppins. Jajajaja.
¡Un saludo!
Hola, Loutinen:
EliminarCierto, la escena en la que el doctor Pretorius muestra a Frankenstein sus diminutas creaciones es verdaderamente alucinante. No se podía haber hecho mejor. Y mucho menos si tenemos en cuenta que estamos hablando de una película de 1935. Una genialidad de principio a fin. Siempre defenderé a este filme como una de las grandes obras maestras del cine de todos los tiempos.
Un saludo.