Puro vicio (Inherent Vice, 2014) de Paul Thomas Anderson.

“¿Por qué las cosas deberían ser fáciles de entender?”
(Thomas Pynchon)

Los Ángeles, 1970. Larry “Doc” Sportello (Joaquin Phoenix) es un detective privado hippy y adicto a la marihuana, que se ve envuelto en una enmarañada trama delictiva por intentar ayudar a su ex novia, la atractiva Shasta (Katherine Waterston).


Vaya por delante que no he leído Vicio propio (desistí tras las diez primeras páginas), la novela de Thomas Pynchon que Paul Thomas Anderson adapta en Inherent Vice. No obstante, no lo creo necesario, puesto que cualquier obra cinematográfica que parta de otra literaria, debe funcionar como un ente autónomo de ésta. De lo contrario, estaríamos ante una mala adaptación. Hecha esta aclaración, principalmente para rebatir la opinión de quienes ya apuntan que la película de Anderson no se puede entender si no se ha leído con anterioridad el texto original de Pynchon, vamos a tratar de analizar el filme que nos ocupa: interesante por momentos, aunque fallido en su conjunto, como ocurre con otros trabajos previos del realizador.


Puro vicio se enmarca en California a comienzos de la década de los setenta, unos años después de la erupción en Estados Unidos del movimiento contracultural hippy. Movimiento que hizo bandera del pacifismo, el amor libre, el sexo duro y las drogas. El arranque de la cinta no puede ser más prometedor, colocando sobre la mesa los tres elementos básicos del relato negro clásico: la figura del detective pardillo, la de la mujer fatal y un asunto turbio de por medio. Shasta le pide a “Doc”, el cual sigue enamorado de ella, que la ayude. Al parecer, Shasta es la amante de un rico promotor inmobiliario, un tal Mickey Wolfmann, contra el que conspiran su mujer y el amante de ésta. Estos tienen la intención de incapacitarlo encerrándolo en un manicomio, y pretenden que Shasta los ayude. El prólogo, que tal y como está filmado parece el resultado de una ensoñación del protagonista (o de una alucinación si tenemos en cuenta la adicción de “Doc” a la marihuana), se cierra con un magnífico plano secuencia que se abre con “Doc” acompañando a Shasta hasta su automóvil. A partir de ahí, “Doc” inicia una investigación que se extiende a lo largo y ancho de casi dos horas y media de metraje, dando lugar a una trama plomiza y confusa en la que abundan nombres y personajes cuyos vínculos tenemos que intuir, ya que rara vez se explican. Un batiburrillo narrativo en toda regla, pese a los esfuerzos por "aclararlo" de esa voz en off femenina que puntea la historia de vez en cuando, y que pertenece a un personaje que probablemente sólo exista en la cabeza del colocado “Doc”. ¿Es su conciencia?


La cinta goza de un tratamiento visual excelente (nadie duda del talento de Anderson al respecto), además de contar con una brillante envoltura musical formada por la partitura original de Jonny Greenwood (ex Radiohead) y una cuidada selección de éxitos musicales de la época. Sin embargo, el director no termina de acertar con el tono general de la película, que combina sin mucho acierto la comedia negra y el absurdo con un trasfondo claramente dramático: el de una generación destrozada por el uso y abuso de las drogas.

En el reparto aparecen muchos nombres conocidos (Benicio del Toro, Owen Wilson, Eric Roberts, Reese Witherspoon…), entre los que destacan las composiciones de Katherine Waterston (las mejores escenas son las suyas) y Josh Brolin como el ambiguo policía “Bigfoot”.

En definitiva, Paul Thomas Anderson apunta pero no dispara (otra vez). Sólo para los convencidos del autor de Magnolia.


5 comentarios:

  1. Yo la encontré una película alucinante. Actuaciones, guión, fotografía, música... excelente! Ciertamente no entendí toda la trama y varias veces me estaba quedando dormido... pero yo creo que eso es lo que busca la película, un viaje bajo los efectos de las drogas, y lo logra. Creo que es de esas películas en que depende mucho del contexto y las expectativas con que se vea, y que dan ganas de repetirse. Saludos desde Chile!

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    1. Hola, Sebastián:
      Al menos reconoces que no entendiste la trama (ni tú ni nadie) y que diste alguna que otra cabezadita :)

      Un saludo desde España!

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  2. Aunque la película ha de ser independiente del texto en que se basa (correcto), hay que considerar que es una adaptación. Y habiendo leído el libro puedo decir que es bastante fiel: en ambos la trama se sucede a trompicones (defecto que se le acusa a la película), con personajes que llevan a otros personajes y lugares y situaciones (y de los que no volvemos a saber más).
    Habiendo leído el libro podía estar más pendiente de disfrutar de las interpretaciones y de la atmósfera alocada en general de la película. No digo que haya que volverla a visionarla, pero creo que ganaría bastante de este modo (sabiendo el argumento y sus varias resoluciones). Aunque si tanto ha aburrido como para llegar a dormir... Para mí el ritmo no se volvió para nada plomizo. Disfruté bastante, aunque es una obra menor de PTA. Lo que no quiere decir que sea mala.

    Un saludo :)

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  3. He estado esperando la película de PTA. Soy paciente con su carrera, creo que este director es uno de los mejores que tienen en Estados Unidos, aunque espero que de una vez por todas deje de zarandearnos y nos demuestre que teníamos razón en apostar las fichas en él. Del sr. Phoenix me sucede lo mismo, llegará un momento en que se le reconozca como se debe su talento.
    Una aclaración: Jonny Greenwood sigue siendo un Radiohead (además de prolífico compositor).
    Saludos desde Chile (también).

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  4. PTA es uno de los pocos directores que me vi toda su filmografia de corrido, y la verdad la unica que me disgusto fue su opera prima. Inherent Vice me paece que es una peli que busca ser incomprensible...Es como, no te concentres, disfruta el viaje. Pero entiendo porque no te gusta...

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