Gil (Owen Wilson), escritor norteamericano de guiones cinematográficos, pasa unos días en París en compañía de su prometida (Rachel McAdams) y de los padres de ésta, mientras trata de perfilar la que va a ser su primera novela. Una noche, paseando por las calles parisinas, es transportado a sus adorados años veinte. La experiencia se irá repitiendo, siempre a partir de las doce, durante las noches siguientes.
Woody Allen plasma en esta evocadora y nostálgica fantasía escapista de tono divertido y relajado, cómo las insatisfacciones del presente nos conducen, de manera literal en este caso, a la idealizada rememoración de un pasado que siempre nos parece mejor por el mero hecho de no ser nuestro tiempo vivido. Midnight in Paris, que no es una gran película pero sí un estimable ejercicio de evasión, supone además una carta de amor a París; a sus calles, edificios y gentes. De ahí ese prólogo en el que, a través de una sucesión de planos fijos a modo de estampas, se muestran los rincones más emblemáticos de la Ville lumière.
El autor de Manhattan rueda la historia con elegante sencillez, sin adornos y alejándose de cualquier tipo de pretensión. Sus señas de identidad se manifiestan en algunos rasgos de la personalidad del protagonista, en los ingeniosos diálogos y en determinados momentos de delicioso surrealismo.
Lo mejor del filme son los ¿imaginarios? paseos nocturnos del personaje principal por el París bohemio de los años veinte, en los que se topará con varias de las personalidades artísticas más importantes de la época como Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald, Pablo Picasso, Luis Buñuel o Salvador Dalí entre otros. Estos encuentros le servirán de inspiración a la hora de rematar su novela, y también para tomar verdadera conciencia del estado en el que se encuentra su vida, impulsándolo a tomar las decisiones adecuadas.
Owen Wilson está espléndido en su rol de enajenado y romántico soñador, pero quien brilla con luz propia es una encantadora y preciosa Marion Cotillard (nos creemos que pudiera ser la amante de Modigliani, de Braque, de Picasso o de quien hiciese falta).
En conclusión: una película entrañable e inteligente que se disfruta sin esfuerzo. Muy recomendable.
Me gustó mucho, creo que es una película que a los que amamos París nos traslada de nuevo allí, tiene magia.
ResponderEliminarExcelente tu trabajo en el blog, te felicito.
Un saludo
A mi me tiene un poco cansado Woody Allen. Siempre como el mismo protagonista un alter ego de Woody y la pelicula me termina pareciendo tan pedante como Michael Sheen. Luego estan los esterotipos de los personajes famosos.
ResponderEliminarMe quedo con ese inicio de 24 horas de Paris y esa idea maravillosa de caminar bajo la lluvia. Como curiosidad y no se si alguien podrá confimarlo pero mi señora, las mujeres con estas cosas tienen mucho ojo, dijo que Rachel McAdams le parecía que estaba embarazada ¿Tendrá razón?
A mi me ha parecido una gran película. Para mi es de lo mejor de Allen. Sin embargo Wilson no me ha gustado especialmente.
ResponderEliminarEl principio, es París... ¡memorable!!
Saludos.
Encantadora película. Woody Allen ha sabido retratar las calles y rincones de París de una forma muy poética y ensoñadora.
ResponderEliminarUn saludo
Hola, fabuloso destino:
ResponderEliminarTienes toda la razón, porque hasta yo, que nunca he estado en París, me trasladé durante su metraje. Agradezco tu felicitación.
Un saludo y bienvenida al blog.
Hola, General Urko:
ResponderEliminarConsidero que el discurso de Allen está ya bastante agotado, aún así, de vez en cuando encontramos estertores de creatividad en su cine. Descononozco lo que dices acerca de Rachel McAdams. Como sapiens semievolucionado que soy, con algún pariente neanderthal (de homínidos te voy a hablar yo a ti...), sólo logré atisbar que estaba muy guapa. Así que hagamos caso a su señora, ya que, como bien dices, las mujeres tienen un sexto sentido para estas cosas :).
Un saludo y gracias por pasarte por aquí.
Hola, Manderly:
ResponderEliminarA mí simplemente me pareció buena, lo cual no es poco en estos tiempos que corren. Creo que está lejos de sus mejores trabajos, pero reconozco que tiene algo especial.
Un saludo y gracias por el comentario.
Hola, María:
ResponderEliminarEncantadora sí que es, aunque yo le veo más ensoñación que poesía ;). Como digo en el comentario, una nostálgica y entrañable carta de amor a la ciudad francesa.
Un beso.
Me ha gustado mucho esta película,entre otras razones, porque siento una atracción especial por la ciudad de París; tal vez porque nunca he podido ir y quizá la he idealizado y esos paseos que da Owen Wilson, sólo o acompañado, la muestran muy bién. Aunque los personajes de escritores, músicos etc...aparecen estereotipados ( me hizo gracia ver representado a Buñuel), sirven muy bién a la historia que nos cuenta Wody Allen. Los diálogos contienen muchas reflexiones sobre el amor y la vida en general. Yo me quedo con la idea, de lo importante que es la complicidad, para que una relación funcione.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, selegna:
ResponderEliminarQué tendrá París que gusta a todo el mundo, ¿verdad? Una ciudad mágica, sin duda. Es cierto que los personajes de los artistas que aparecen a lo largo de la película, son bastante estereotipados y caricaturescos, pero tienen su gracia. A mí también me gustó mucho lo de Buñuel, uno de los autores favoritos de este espacio. Ahora que van a dar las doce, voy a ver si me doy un paseo por el casco antiguo y me traslado de época yo también :).
Un abrazo.
No es mala idea lo del paseo por el casco antiguo; yo también lo haré (por el mío, claro); pero lleva cuidado, que ya te veo en la edad media con armadura y todo...je, je.
ResponderEliminarJa,ja,ja. A ver si con un poco de suerte, es una armadura como la que portaba Gary Oldman en el prólogo del "Drácula" de Coppola. Era una auténtica pasada :).
ResponderEliminar¡Suerte! yo voy a ver si pasa por aquí Hemingway. Hasta pronto.
ResponderEliminarY yo que pensaba que quien realmente te atraía era el bueno de Don Luis Buñuel con esos ojazos que poseía :P
ResponderEliminarBueno...es cierto lo de los ojos, pero...es que, no habló mucho y Hemingway si. ja, ja.
ResponderEliminarLa verdad es que Allen pone a Buñuel como si fuese algo tontorrón. Me hizo bastante gracia la escena en la que el personaje de Wilson se topa con él en una fiesta, y le dice que haga una película ("El ángel exterminador") cuyo argumento sea que unos burgueses se reúnen para cenar y ninguno de ellos es capaz de salir de de la sala, aunque no haya nada que se lo impida. Recuerdo que Buñuel le pregunta en un par de ocasiones "¿pero qué sentido tiene eso?" :).
ResponderEliminarA mi me dió la misma impresión y también me hizo gracia la escena (pero no recordaba el título de la película). Yo creo que Buñuel hubiera contestado de otra forma. ¡Menudo era él! Se da la coincidencia, que he estado leyendo un libro sobre una entrevista que le hicieron (Buñuel por Buñuel, es el título) y habla sobre muchas de sus películas y me resultó divertido, como desmonta las elaboradas teorías de los periodistas sobre ellas.
ResponderEliminarEs muy interesante leer cualquier declaración de Buñuel, siempre fue un tipo muy franco. Los periodistas solían asediarle con preguntas acerca del simbolismo de sus obras, y normalmente los despachaba señalando que no existía tal simbología. Cosas de genio :).
ResponderEliminarCreo que Woody Allen ha bajado mucho el listón en el último tercio de su carrera, y claro que hay cosas puntualmente interesantes en muchas de sus películas pero desde mi punto de vista sólo se salva "Match point" desde "Desmontando a Harry".
ResponderEliminarEn "Midnight in Paris" sólo me gustó ver a todos esos personajes de los que hablas y, además, el culito danzante de la rubita (me parece intencionado).:)
Hay una obra de Allen que a mí no me gustó demasiado, la sacralizada "La rosa púrpura del Cairo" ¿qué te parece? ¿Y el Allen 'bergmaniano'?
Hola, Fransico:
ResponderEliminarNunca he sido admirador del cine de Allen, pero es cierto que en los últimos años, salvo alguna que otra excepción, sólo hace películas mediocres. "Midnight in Paris", sin ser nada del otro mundo, es un filme terriblemente encantador y agradable. Por eso me gustó.
"La rosa púrpura del Cairo" me parece muy interesante, sobre todo por su cinefilia. Supongo que con el Allen "bergmaniano" te refieres a obras como "Interiores". Bueno, no está mal, pero evidentemente no es Bergman.
Un saludo.
A mi si que me gusta mucho el cine de Woody Allen y es decididamente uno de los cineastas a los que mas hecho de menos en el blog. Se me quedó revoloteando aquello que dije de "el Allen bergmaniano". Me refería sobre todo a "Otra mujer", "Septiembre", y en menor medida tabién creo que hay retazos del cine de Bergman en "Maridos y mujeres", "Hannah y sus hermanas" y "Match point". "Interiores" no me gusta nada.
ResponderEliminarEstamos ante una pequeña obra maestra y Allen es un genio del cine.
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