Un mecánico (Ryan Gosling) que también trabaja en el mundo del cine haciendo escenas automovilísticas de riesgo, presta sus servicios como conductor nocturno a delincuentes que cometen atracos. En el edificio en el que vive, conoce a Irene (Carey Mulligan) y a su pequeño hijo, iniciando con ellos una relación que le acabará generando problemas con la mafia.
Interesante ejercicio estilístico, muy a lo Michael Mann, el que nos ofrece el realizador danés Nicolas Winding Refn en este thriller criminal de look ochentero y ciertas pretensiones existencialistas, que adapta una novela de James Sallis. Se alzó con el premio al mejor director en el pasado Festival de Cannes.
La película se beneficia de una envolvente atmósfera, gracias a la banda sonora compuesta a base de sintetizadores electrónicos por Cliff Martínez, antiguo batería de los Red Hot Chili Peppers, y a la noctívaga captación de la ciudad de Los Ángeles (magníficos planos aéreos y cenitales). Su arranque es espléndido, con una tensa secuencia de persecución en la que ya advertimos el carácter frío y calculador del protagonista. En realidad, toda la cinta posee un muy buen ritmo que hará que el espectador, expectante ante lo que sucede, se quede clavado en su butaca desde el primer minuto de metraje.
Ataviado con una cazadora plateada que porta el estampado de un escorpión dorado en la espalda, y sujetando casi siempre un palillo entre los dientes, Ryan Gosling realiza un gran trabajo como antihéroe solitario, retraído y de probable pasado oscuro, que compensa su vacío existencial con una peligrosa afición al riesgo y la velocidad. Sus arrebatos de brutal violencia nos hacen pensar que no siempre ha ejercido como mecánico en un taller.
Lamentablemente, el filme se acaba resintiendo por varias razones: la relación entre el personaje principal (desconocemos su nombre) y su vecina, que constituye el elemento de la trama que desencadena el resto de acontecimientos, carece de verdadera entidad emocional; la descripción que se hace del mundo del hampa resulta simplista y poco original (caracteres como el del matón al que interpreta Albert Brooks aparecen en decenas de películas); y, además, uno siempre tiene la sensación de estar ante un producto algo desequilibrado en el que la forma acaba por someter al fondo.
Estoy muy de acuerdo con el comentario que haces. Me parece que la estan sobrevalorando y eso no quiere decir que sea mala. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio.
ResponderEliminarCon ganas de verla...
ResponderEliminarUn poquito del Sailor de "Corazón Salvaje", un poquito de John McLayne de "Die hard" y un toque de distinción que cogemos de Bullit y voilà ahí tenemos al mecánico (el hombre sin nombre del nuevo milenio) de Drive.
ResponderEliminarUn abrazo camarada, no he podido resistirme a hacer este comentario chorra :P sin haber visto la peli.
Hola, General Urko:
ResponderEliminarPues sí, yo también considero que el tiempo es el único y verdadero juez para con el arte. "Drive" es una buena película, de lo mejor del año, pero de ahí a algunas barbaridades que se están diciendo... Ya se sabe, en el país de los ciegos el tuerto es el rey.
Un saludo.
Hola, Manderly:
ResponderEliminarYa te queda menos entonces, espero que te guste.
Un saludo.
Hola, camarada:
ResponderEliminarMenuda mezcolanza de caracteres acabas de hacer :). Sólo te ha faltado añadirle el matiz psicótico del Travis Bickle de "Taxi Driver". Ahora en serio, creo que el conductor de pasado oscuro de "Drive" posee su propia personalidad. Ya me contarás qué te parece la película cuando la veas.
Un abrazo.
Me gustó, aunque para mí, tenga unos toques de violencia demasiado fuertes en algunos momentos.
ResponderEliminarHay que apreciar, como bien dices , el gran trabajo del protagonista, aunque el personaje por sí solo tiene verdadero carisma, tipo de pocas palabras, siempre ataviado de una cazadora bastante peculiar, y manejando como nadie el coche, además de dejar entrever un posible pasado oscuro.
Estoy muy de acuerdo contigo en lo de la descripción que se hace del mundo de la mafía, se hace simplona, y le falta gancho.
Un comentario bastante completito.
Un beso
Hola, María:
ResponderEliminarEs cierto que la película tiene unos arranques de violencia bastante explícita, muy a lo Scorsese, que pueden no agradar a una espectadora sensible como tú :). Sí, uno de los puntos flacos de la cinta es esa visión tan tópica que ofrece sobre el mundo de la mafia.
Un beso.
Aunque los círculos gafapastas y culturetas la han encumbrado como una joya y cult-movie (al igual que parece pasarle a otra titulada "Hannah", cuyo director no recuerdo quién es), para mí no deja de ser una cinta de acción (apreciación que extiendo a la mentada "Hannah"). Con esa carga dramática de la que suelen carecer títulos clásicos de Van Damme, Chuarche, Stallone, Norris y demás "expendables"... Quizás esta "Drive" es más noir que de tiroteos, puñetazos y patadas, como se puede apreciar en su visionado (de emparentarse con un icono del cine de acción o similar, podría hacerlo con Charles Bronson). Independientemente de que acabe por ser sobrevalorada, sin ser tal vez un peliculón (sea lo que malditamente sea eso), me dejó muy buena impresión, tanto que la he visto dos veces sin protestar, y estoy dispuesto a verla una tercera.
ResponderEliminarEn cuanto a la violencia (que me fascinó y a veces da la sensación de estar fuera de lugar, por lo excesiva que se representa), debe de ser marca de la casa (del director, quiero decir, el tal Winding-Refn). Antes que "Drive" me atreví con "Valhalla Rising", a la que se me ocurre definir como tour de force con toda la significación positiva y negativa de esa expresión. ¿La has visto? Bizarra en el sentido de que es rara, no para todos los paladares, quizás en exceso contemplativa (quizás más que "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford") y también muy dada a las imágenes o secuencias reiterativas, simbólica hasta la náusea y próxima al espíritu del cine de terror. Por supuesto con sus dosis de sangre aquí y allá. Winding-Refn me recuerda a un Tarantino torturado y con profundidad.