Las novias de Drácula (The Brides of Dracula, 1960) de Terence Fisher.


Marianne Danielle (Yvonne Monlaur) es una joven maestra parisina, que se dirige a una residencia de señoritas ubicada en pleno corazón de Transilvania, donde ha sido contratada. En su viaje se topa con la baronesa Meinster (Martita Hunt), que la invita a pasar la noche en su viejo castillo. Durante la velada, Marianne descubre que el hijo de la baronesa, el barón Meinster (David Peel), se encuentra encadenado con grilletes en una estancia recóndita. Conmovida por lo que el cautivo le cuenta, la chica decide liberarlo, sin saber que ha soltado a un ser monstruoso.


The Brides of Dracula no sólo es uno de los mejores filmes del gran Terence Fisher, sino que, a mi parecer, supone también el más brillante y complejo acercamiento de la Hammer al mito de los vampiros.

El proyecto surgió tras el éxito comercial obtenido por la magistral Drácula (Horror of Dracula, 1958), con el objetivo de seguir mostrando al mundo las malvadas andanzas del vampiro más famoso de la historia; sin embargo, Christopher Lee se negó de forma tajante a interpretar nuevamente al conde transilvano, por lo que, y a pesar de lo que indica el título (suponemos que se preservó para captar la atención del público), Drácula no aparece en ningún momento, aunque se hace una breve referencia a él en el prólogo: “Transilvania, tierra de umbríos bosques, pavorosas montañas y lagos negros e insondables, seguía siendo el hogar de la magia y las fuerzas malignas mientras el siglo XIX llegaba a su fin. El conde Drácula, monarca de todos los vampiros, estaba muerto, pero sus discípulos vivían para difundir el culto y corromper el mundo”. Quien sí vuelve a asumir el rol de la anterior película es Peter Cushing, que interpreta nuevamente al Dr. Van Helsing, demostrando, una vez más, su enorme categoría actoral.


El guión pasó por las manos de Jimmy Sangster, Peter Bryan, Edward Percy y el productor Anthony Hinds hasta dar con su forma definitiva. Terence Fisher, uno de los más importantes cineastas británicos aunque se le infravalore por desarrollar casi toda su obra dentro del género fantástico, fue el encargado de convertirlo en una película sobresaliente.

 La cinta cuenta con un primer tercio de metraje que resulta primoroso por su habilidad narrativa, elegancia y precisión en la puesta en escena, sabia captación de atmósferas góticas, introducción de elementos de suspense y presentación de atractivos caracteres. Todo un ejemplo del talento de su director.

La lucha entre el bien y el mal, tan habitual en la obra fisheriana, incide aquí en su concepción más cristiana; haciendo un inteligente uso de la iconografía religiosa que culmina en el imaginativo final: la sombra de las aspas de un molino que, bajo la luz de la luna, adquiere forma de cruz para destruir al vampiro. 


La colorista fotografía de Jack Asher, de una riqueza cromática extraordinaria, y la inquietante partitura de Malcolm Williamson, elevan la película hasta una categoría cercana a la obra maestra.

2 comentarios:

  1. Hola camarada cuanto me alegra volver a las trincheras cinéfilas de la blogosfera y encontrarme con tu reseña sobre "Las novias de Drácula" una de las grandes de Fisher y perfecto contrapunto para el "Drácula" que protagonizó Christopher Lee.
    Es una película sorprendente y excesiva, con un guión muy elaborado y una realización a caballo entre los tics propios del género, el lirismo y el thriller.

    No abundaré mucho en la eterna cuestión de si la peli hubiese sido mejor con Lee o no, modestamente creo que sí, pero tras un par de revisiones de la misma cada vez voy apreciando un poco más el vampiro interpretado por David Peel (menos viril y más delicado que el poderoso y bestial Drácula de Lee) en su físico se traslucen la hermosa degeneración de las razas puras creadas a partir de cruces endogámicos.
    En contraposición Peter Cushing retoma a un Van Helsing mucho más duro, brutal a veces, implacable y curtido. Incluso hay momentos en los que se recrea sádicamente en su trabajo de "limpieza". Tremenda su lucha final y su marcada con el hierro al rojo para evitar el contagio vampírico, una vez más muy grande este señor.
    E Yvonne Monlaur, un cañonazo, ninguna novedad en el cine de la Hammer.

    Y ya lo dejo, en espera de tu feedback, sólo una cosa más, recomendarte el libro (quizás lo tengas ya) de Juan M. Corral "HAMMER La casa del terror". Es muy completo y ameno y a mi me sirvio de mucho a la hora de profundizar en el cine de la casa del martillo.
    Un abrazo camarada y hasta pronto.

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  2. Hola, David:
    A mí también me alegra que hayas vuelto por estos lares. Ya sabes que en "Esculpiendo el tiempo" somos grandes admiradores de la obra de Fisher, un extraordinario cineasta que desarrolló su visión de la existencia bajo la sombra del fantástico. "Las novias de Drácula" es, qué duda cabe, una de sus mejores películas; tan sólo la superan obras maestras como "La gorgona" o "El cerebro de Frankenstein". Para mí está por encima de "Drácula", por resultar mucho más imaginativa y depurada en la puesta en escena. No sé si habría sido mejor o peor con Christopher Lee (enorme actor), supongo que simplemente hubiera sido distinta. No veo a Lee interpretando al cándido (al menos al principio) barón Meinster. David Peel me parece un actor limitado, pero este papel le va como anillo al dedo. Cushing está excelente, me encantan sus sabias y atléticas interpretaciones de Van Helsing; no obstante, todavía lo hizo mejor dentro de la casa del martillo dando vida al complejo Frankenstein.
    Conozco el libro del que hablas, pero no lo he leído. A ver si lo veo por ahí... aunque la Hammer "no Fisher", salvo honrosas excepciones, me parece mucho menos interesante.
    Gracias por tu comentario, camarada. Siempre es un placer tenerte por aquí.
    Un abrazo.

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