No habrá paz para los malvados (2011), de Enrique Urbizu.

“Rock and roll”

Una noche, el inspector de policía Santos Trinidad (José Coronado), antes de regresar a casa y estando borracho, se ve involucrado en un triple asesinato del que un testigo consigue escapar. Desde ese momento, inicia la búsqueda del mismo. Sin embargo, lo que Santos no puede ni tan siquiera imaginar, es que sus investigaciones lo conducirán a otro asunto mucho más peligroso y relevante de lo esperado.


Eficaz thriller negro ganador de seis Premios Goya, incluyendo los de Mejor película, Mejor director y Mejor actor principal, donde se dan cita la corrupción policial, el tráfico de drogas y el yihadismo islámico. Lo más destacado de la cinta, de desarrollo poco inventivo, convencional, es la interpretación de su protagonista, amén de una irónica paradoja final que convierte al mayor de los hijos de puta en todo un héroe nacional.


Tras la matanza inicial en el club nocturno (¡qué mal beber tienen algunos!), el filme se estructura en dos tramas que transcurren paralelas y terminan confluyendo: por un lado, el personaje de José Coronado busca al único testigo que puede involucrarlo en el asesinato de los tres colombianos; por el otro, la cariestreñida jueza Chacón (Helena Miquel) y el inspector de policía Leiva (Juanjo Artero), investigan dicho crimen y tratan de dar con el culpable. Urbizu, artesano experto en el género (La caja 507), sabe imprimir ritmo y vigor narrativo a su película, que, todo sea dicho, engancha desde los primeros minutos. Dirige de manera impecable y capta bien los ambientes sórdidos de la noche madrileña. No obstante, no consigue dotar de entidad a sus personajes, más allá de algunas pinceladas referentes a la personalidad y los hábitos de vida del protagonista (solitario, huraño, violento, alcohólico). La figura de Santos Trinidad, antihéroe urbano compuesto a base de clichés del género, no encuentra contrapeso en el relato, por lo que su interés decae siempre que el susodicho no aparece en pantalla. Luego está el trasfondo del terrorismo islámico (el ceutí y su banda), muy actual, pero que parece metido con calzador.


Una buena película, en definitiva, que supera sus limitaciones de guión gracias a una gran dirección de actores y a algo nada desdeñable como es el simple entretenimiento. Recomendable.


8 comentarios:

  1. A mi modo de ver, un western disfrazado de thriller. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, ricard:
      Interesante el paralelismo que estableces con el western. La secuencia del club, desde luego, es muy de película del Oeste.

      Un saludo.

      Eliminar
  2. Hace aproximadamente dos años y medio, a raíz de su estreno, reseñé este título en mi blog. Ahora, tras leer tu entrada, observo que una vez más ésta es una de esas pelis que me ha gustado más a mí que a ti (¿con el paso de los años, me estaré volviendo poco exigente?). En cualquier caso, como imagino que en su día no leíste aquel texto, te lo reproduzco aquí para evitarte el paseo.
    NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS:
    Tras insistir hasta tres veces en un género, la comedia, para el que no parecía estar especialmente dotado, Enrique Urbizu decidió dar un brusco volantazo, enfilando una ruta que iría jalonando con obras tan importantes como “LA CAJA 507” y “LA VIDA MANCHA”, que le ha llevado, de momento, hasta “NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS”. Ya desde aquel demoledor boceto de trazos gruesos titulado “TODO POR LA PASTA” quedaba prefigurada la futura trayectoria de Urbizu. Si “LA CAJA 507” era un thriller conciso y seco que abordaba con una buena dosis de audacia y contundencia una temática espinosa como era en aquellos momentos la sangrante realidad nacional de la especulación y corrupción en los negocios inmobiliarios, la película que ahora nos ocupa, conectando con aquella pero yendo más allá, nos sumerge en las oscuras e infectadas aguas que discurren bajo la superficie brillante y esmaltada de un mundo de vulnerables cimientos que a duras penas sostienen el entramado de una ilusoria seguridad. Tras el fulgor de ese espejismo cotidiano, al otro lado de nuestro insonorizado “saloncito occidental”, existe una siniestra realidad habitada por seres de los que voluntariamente ignoramos todo. Pueden ser desechos humanos, alcohólicos y peligrosos, camino del infierno mientras pululan por garitos periféricos como ese Santos Trinidad que terminará su cacería personal, casi como una ironía bíblica, “salvando” de manera involuntaria un ignorado desenlace aterrador; o terroristas islámicos instalando (letales) extintores en centros comerciales, o esos impólutos componentes de instituciones judiciales incapaces de “detectar” las fisuras del sistema por cuyos intersticios se cuela el caos.
    En suma, estamos ante una potente y redonda película de género, cuyas reglas, guionista y realizador, no han dudado en subvertir en aras de las lógicas exigencias que dicta la actual coyuntura. En cualquier caso, un noqueante thriller y una lección de cine-cine (sin exhibiciones ni alardes estilísticos a lo Martin Scorsese) con una cámara exacta e incisiva al servicio de una historia con sesgos muy, muy inquietantes. Y conviene observar el diferente estilo de planificación utilizado por Urbizu, tenebrista y zozobrante cuando sigue las andanzas del policía Santos, o equilibrado e impecable cuando nos muestra a la racional y meticulosa jueza Chacón y sus colaboradores judiciales recavando información.
    En fin, ante trabajos como éste, es lícito pensar que el cine americano no posee el patrimonio del neonoir y que quienes lo practican actualmente en Hollywood tendrían mucho que aprender de este realizador vasco ya que, por lo que parece, no supieron extraer lecciones de tipos como el Robert Lewis de "AGENTE ESPECIAL" (The Big Combo), el Robert Aldrich de "EL BESO MORTAL" (Kiss Me Deadly), o Fuller y Siegel, entre otros expeditivos cultivadores. No podemos terminar sin destacar la escalofriante composición, exenta de psicologismos, de un José Coronado dirigido con sabiduría (como el resto del reparto).
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Teo:
      Impecable tu reseña, aunque evidencia que la cinta de Urbizu te ha gustado bastante más a ti que a mí. Por cierto, no se supone que uno se vuelve más exigente con la edad? :)

      Un saludo

      Eliminar
  3. A mí me mantuvo en tensión durante todo el metraje, con un final bastante vibrante. Es cierto que parece que sobre un poco la presencia islámica, pero salvo eso, me gustó bastante. Un acierto poner como antihéroe a un hombre como Coronado, por el que hasta sentí compasión en su final.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Neuromante:
      Es muy entretenida y engancha, pero, como dices, lo del terrorismo islámico huele a oportunismo.

      Un saludo.

      Eliminar
  4. Yo creo que es una película infravalorada (tratada superficialmente), abstracta en muchos aspectos y donde la sutil y genial dirección de Urbizu esconde más de lo que parece a simple vista. A Fernández Santos se le daba muy bien analizar esas cositas casi imperceptibles (escondidas en el montaje, los diálogos y las réplicas), creo que le habría encantado. Ojala siguiera vivo..

    Sobra decir que aquí hay un fan de Urbizu que espera con ansias una nueva película. Con Erice medio retirado, me parece el mejor director español en activo. hablando de eso, has podido ver 'Centro histórico'? Qué opinas del centenario Oliveira?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Raúl:
      Urbizu me parece un buen artesano sin más. No he visto Centro histórico, no me interesa mucho. En cuanto a Oliveira, lo considero un buen complemento a la Dormidina :)

      Un saludete

      Eliminar

Recent Posts

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...