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Los odiosos ocho (The Hateful Eight, 2015) de Quentin Tarantino.

“El coche avanzaba lentamente, al paso. Las ruedas se hundían en la nieve; la caja entera gemía entre sordos crujidos; los animales resbalaban, resoplaban, bufaban, y el gigantesco látigo del cochero restallaba sin descanso, hacia todos los lados, anudándose y desnudándose como una fina serpiente, azotando bruscamente las rellenas grupas, que entonces se tensaban en un esfuerzo más violento”.
(Bola de sebo, Guy de Maupassant)

Unos años después de la Guerra de Secesión, el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) viaja en diligencia junto con Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), una peligrosa delincuente a la que traslada al pueblo de Red Rock para que sea colgada. En su avance a través del invernal paisaje de Wyoming, la diligencia se topa con dos desconocidos que siguen la misma dirección: el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), antiguo soldado de la Unión convertido ahora en cazarrecompensas, y Chris Mannix (Walton Goggins), renegado sureño que asegura ser el nuevo sheriff de Red Rock.


Emulando a Federico Fellini, quien tituló a su octavo largometraje Ocho y medio (el medio se debía a los dos episodios que el italiano había rodado para dos películas en las que colaboraba con otros realizadores), Quentin Tarantino ha decidido titular Los odiosos ocho a su octavo trabajo como director: un western con elementos de suspense y comedia negra, en el que encontramos reminiscencias del cuento de Guy de Maupassant Bola de sebo (Boule de suif, 1880), adaptado veladamente por John Ford en La diligencia (Stagecoach, 1939), y de la novela Diez negritos (Ten Little Niggers, 1939), de Agatha Christie. La película, además, parece inspirada en Río Bravo (Rio Bravo, 1959), de Howard Hawks, obra maestra del género por la que Tarantino profesa una gran admiración, y en el remake en clave de thriller policíaco que de ésta llevó a cabo John Carpenter en Asalto en la comisaría del distrito 13 (Assault on Precinct 13, 1976). A ese cúmulo de referencias cinéfilas ya habituales en el autor de Pulp Fiction, podríamos sumar otra, la de La cosa (The Thing, 1982), también de Carpenter, con la que The Hateful Eight comparte no sólo el protagonismo de Kurt Russell, sino asimismo la idea de un grupo de individuos que desconfían unos de otros, y que se ven obligados a convivir en un espacio cerrado por culpa de las inclemencias meteorológicas del exterior (una tormenta de nieve).


En Los odiosos ocho, película filmada en un espectacular formato Ultra-Panavision de 70mm que permite lucirse al director de fotografía Robert Richardson, especialmente en los planos generales que abren el filme, y que, por desgracia, muy pocos espectadores han podido disfrutar, están todos los elementos característicos del cine de Tarantino: una estructura narrativa caprichosa y efectista (dividida en capítulos, con saltos en el tiempo y desdoblamiento del punto de vista), un metraje desmesurado (cercano esta vez a las tres horas), un puñado de personajes variopintos, diálogos largos e insustanciales, sarcasmo a raudales, mil y una referencias cinéfilas (desde los citados Hawks y Carpenter hasta Leone o Argento), arranques de desagradable violencia explícita, chistes de cariz racial y sexual, anacronismos musicales… pero presentados a través de una puesta en escena más ajustada y depurada que de costumbre. Digamos que menos kitsch. Por ello quizá sea el mejor de sus trabajos; el más maduro a nivel estético y narrativo; el que más pueda gustar a los menos tarantinianos (entre los que me incluyo). 

The Hateful Eight se desarrolla, básicamente, en dos únicos escenarios de interior (apenas hay escenas exteriores): el de la diligencia, de donde la cámara de Tarantino casi no sale durante la media hora inicial de metraje, y el de la Mercería de Minnie, a la que los pasajeros llegan buscando refugio, y en la que se encuentran con varios huéspedes inesperados: el mexicano Bob (Demian Bichir), responsable de la mercería en ausencia de sus propietarios Minnie y Sweet Dave; Oswaldo Mobray (Tim Roth), de profesión verdugo; Joe Gage (Michael Madsen), un vaquero sospechoso; y el viejo general confederado Sandy Smithers (Bruce Dern). Los tres últimos, como los pasajeros de la diligencia, también van camino a Red Rock. John Ruth, al que apodan “el colgador” porque todos los malhechores a los que captura terminan colgados, comienza a sospechar pronto que alguno de ellos está compinchado con Daisy para liberarla, por lo que el clima de desconfianza se establece en la mercería desde el primer instante. Volviendo al paralelismo con La cosa, si en la cinta de Carpenter cualquiera podía estar infectado por el virus extraterrestre, aquí cualquiera podría ser el compinche de la cautiva. Tarantino evita la teatralidad en la que pudiera incurrir semejante historia gracias a un hábil manejo de los planos y los espacios, manteniendo la incertidumbre y la tensión narrativa hasta el tramo final, un tanto cómico y excesivo en su regodeante violencia.


Con sus virtudes y defectos, Los odiosos ocho logra lo que se propone, resultando un ejercicio cinematográfico tan brillante como tramposo. Magníficamente interpretado. Notable.


14 comentarios:

  1. El cine de Tarantino puede ser irregular, incluso discutible, pero está hecho siempre desde la pasión y eso se nota. Además, es un director que siempre sabe donde colocar la cámara.

    Saludos.

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    1. Hola ricard,
      Tarantino siempre me ha parecido un muy buen director con la cámara. Otra cosa bien diferente es el contenido (casi siempre hueco) de sus películas.

      Un saludo.

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  2. Esta vez no coincidimos. Todos los defectos que se le atribuyen al cine de Tarantino, que en otros de sus filmes como Django Unchained funcionaban, en esta película me pesaron montones. En lo personal, me sentí muy incomodo ante tanta violencia injustificada, las escenas se alargaban de manera inecesaria sólo para cumplir con el metraje de tres horas, los personajes me parecieron intercambiables y arquetípicos, el personaje que interpreta Bruce Dern pudo ser omitido sin ningún problema... La banda sonora, la fotografía y la actuación de Jason Leigh me parecieron lo único recatable.

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    1. Hola Víctor,
      'Django' no estaba mal, pero su tramo final era sonrojante. Tarantino tiende a excederse casi siempre, y, en ese sentido, 'Los odiosos ocho' no constituye ninguna excepción.

      Un saludo.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Yo me dormí. Y si no me hubiera dormido me habría ido de la sala. Me resultó una película cargante, tediosa, ensimismada, aburrida. La pantalla solo se iluminaba cuando aparecía la cautiva (Jason Leigh). El guión no se sostiene, lleno de huecos y remedos y de sorpresas de aficionado chistoso. Solo me gustó (tampoco alcancé el cielo, de todas formas) la media hora inicial i la media hora final. Para mí la última gran peli de Tarantino es "Death Proof". Debe ser cierto, Ricardo, que esta peli gusta a los menos tarantinianos. ¡Que introducción nos regalas, con todas estas referencias!

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    1. Hola Josep,
      A mí me gusta bastante 'Death Proof'. Es entretenidísima, friki, sin pretensiones y salen unas "jamelgas" de mucho cuidado :)

      Un saludo.

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    2. Pues sí, lo que me gusta de 'Death Proof' es que es muy "libre", desprejuiciada. Las jamelgas son la leche, cierto --a mí me gusta más el jamelgo, aunque una de las jamelgas sugiere, acercando el índice y el pulgar, que la debe tener pequeña (la jamelga es negra y debe estar bien acostumbrada, ja ja ja).

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    3. Pues mira, lo mismo el pequeño tamaño de su pene es el origen de la misoginia y la psicopatía del personaje del "jamelgo" Russell:)

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    4. Esto es lo que sugiere la chica. Pero yo también la tengo pequeña y no soy nada jamelgo, jajajajaja.

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  5. La enésima confirmación de una patética, infantil y ridícula estrella del séptimo arte en la dirección. Eso sí, infinitamente más interesante ahora que en sus comienzos, en los que sentía vergüenza ajena. No obstante, sé que con el tiempo aún será más valorado que ahora, lo cual demuestra el saber y conocimiento del espectador actual y futuro. Es una mera cuestión de falta de formación cinética. Soy dogmático? , lo lamento, pero no soporto el puro artificio lerdo de este cretino del cine. Mis disculpas.

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  6. A mi no me ha parecido la mejor película de Tarantino, porque gran parte de lo que hace ya lo he visto en sus otras 7 películas. Sin embargo, hay cosas de su cine que creo que son muy valiosas. 1º Al igual que en Reservoir Dogs es una pelicula muy teatral, es decir la mayor parte de la accion ocurre en escenarios únicos muy concretos, ya sean fábricas abandonadas o la tetería de Minnie. Esto provoca que se valga tan solo del montaje inicial de la escena (personajes, decorados, etc) para desarrollar el todo el resto. 2º Estructura "caprichosa". Tarantino cuenta las cosas desde distintos puntos de vista, ya sea con la vision de La Horca, o de la vision de Jody Domergue quien dispara a el mayor Marquis Warren desde el sótano para salvar a su querida hermanita. Se podría decir que hay una voluntad de hacer transparente la trama, es decir, hacer visible todas las motivaciones de los personajes. Esto produce un relativismo moral, ya no hay buenos y malos, todos tienen sus buenas intenciones. 3º El estilo que hereda de Sergio Leone, la mezcla entre humor/ironia y violencia sádica. Me parece indudable esto último como el valor artístico de su trabajo. Tarantino a mi juicio es brillante. Saludos.

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  7. Muy buen articulo . Sin duda el cine de Tarantino es muy interesante e impactante, además siempre elige un elenco completamente profesional y muy capaz. Cuando un actor logra encarnar personajes con personalidades distintas, puede decirse que es un buen actor, así nos demuestra Walton Goggin con su nuevo personaje como Lee Russell en la serie Vice Principals, aquí se presenta como el Vicepresidente de una secundaria, luchando contra Neal Gamby (interpretado por Danny McBride Director también de la serie) que también busca ocupar el lugar vacío del Director de la escuela. Así Walton Goggin nos aleja del personaje que había tomado en la serie The Shield como Detective o en la película “Los odiosos ocho” y nos adentra a uno en donde los tintes cómicos y dramáticos están presentes.

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