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Passion (2012) de Brian De Palma.

“Las pasiones son como los vientos, que son necesarios para dar movimiento a todo, aunque a menudo sean causa de huracanes”.
(Bernard Le Bouvier de Fontenelle)

Isabelle (Noomi Rapace) es una talentosa publicista que trabaja para Christine (Rachel McAdams), su atractiva jefa. Las dos forman un equipo perfecto; sin embargo, su amistad se ve truncada debido a la relación que ambas mantienen con el mismo hombre (Paul Anderson), y por el hecho de que la segunda siempre se beneficie del trabajo y las ideas de la primera.


Penúltimo fiasco del otrora interesante Brian De Palma, quien, inspirándose en la película francesa Crime d'amour (2010), de Alain Corneau, realiza un descafeinado thriller ¿erótico? que más parece un telefilme autoparódico que otra cosa. Desconozco si las intenciones iniciales del autor de Fascinación pasaban por filmar una comedia negra tipo La trama, de Alfred Hitchcock, pero la realidad indica que eso es precisamente lo que le ha salido. De otro modo, no podría explicarse que en Passion haya tantos momentos ridículos que sólo invitan a la risa. Seamos claros, la película es bastante mala.


La cinta parte de una premisa interesante: la relación amor/odio que se establece entre dos mujeres de apariencia y personalidad diferentes, pero que en realidad tienen muchos más puntos en común de lo que en principio cabría esperar. Esa dualidad rubia/morena, deudora del Vértigo de Hitchcock, mantiene el interés del espectador durante los primeros minutos de metraje. Es entonces cuando De Palma da rienda suelta a sus gustos fetichistas (a Christine le excita que le hagan el amor con una máscara que reproduce sus propio rostro, la bufanda que Dirk regala a ésta y que acaba quedándose Isabelle, la asistencia de las dos mujeres a un desfile de calzado…) e introduce una historia de deseo lésbico que nunca llega culminar sexualmente. El filme empieza a descalabrar con la supuesta adicción de Isabelle a los fármacos. Una adicción que De Palma enfatiza haciendo uso de un recurso facilón, aparatoso y poco imaginativo como el de las extrañas angulaciones de cámara con las que refleja el desequilibrio mental que comienza a sufrir su personaje. 


La chapuza, tramposa como se verá en el desenlace, se convierte en auténtico esperpento friki tras la mejor secuencia de todo el filme: el montaje en paralelo en el que se muestra, mediante la división de la pantalla en dos partes, la representación del poema sinfónico de Claude Debussy Preludio a la siesta de un fauno, y el asesinato de Christine en su lujoso apartamento. A partir de ahí, se inicia una investigación cómica por parte de la policía alemana que concluye de una manera impropia y vergonzosa para un director tan renombrado.

Otra vez será, señor De Palma, aunque visto lo visto, tal vez no.


4 comentarios:

  1. Que voy a decir... ¡a mi me encantó!, quizás no deba escribir esto, porque tengo una debilidad con De Palma, no me explico de que otro modo me puede gustar tanto una película que defenestró tanto la crítica, como los cinéfilos... es así, me gusta su estilo, me dirás que abusa de referencias al cine de Hitchcock, y es verdad, pero por alguna razón, eso tiene un efecto positivo en mi. Lo mismo me pasó con "Body Double", fue como redescubrir Vertigo (salvando las distancias), no importa que tan absurdas situaciones recree, siempre me atrapa en ese suspense tan particular.

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    1. Hola, Malzzzz:
      Para gustos, colores. A mí me parece que De Palma lleva descarrilando ya bastante tiempo.

      Un saludo.

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  2. He visto la versión francesa que se deja ver y poco más. Parece que esta vez se quiere vender algo que luego no se ofrece.
    No le veo mucho interés.
    Saludos.

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    1. Hola, Manderly:
      Reconozco que no he visto la película francesa, pero dudo que sea peor que ésta. Totalmente prescindible.

      Un saludo.

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