“Llamaron por segunda vez al hombre que había sido ciego y le dijeron: ‘Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador’. Les respondió: ‘Si es un pecador; no lo sé. Sólo sé una cosa: que era ciego y ahora veo’”.
(Juan IX, 24-26)
Se narra la escalada profesional hacia el éxito y posterior caída del boxeador Jake LaMotta (Robert De Niro), campeón mundial de los pesos medios.
Virtuoso y brutal ejercicio fílmico que constituye el que quizá sea el trabajo más brillante de la carrera del gran Martin Scorsese. La película cuenta con un espléndido guión, basado en la autobiografía del propio LaMotta, cuyo principal artífice fue el atormentado y también realizador Paul Schrader, responsable de los textos de los filmes de mayor calado moral y existencial del autor de Uno de los nuestros.
Scorsese sublima desde la forma, el ya típico esquema con eje narrativo articulado en torno al ascenso/fama/decadencia del protagonista principal; y lo hace mediante una puesta en escena portentosa y rica en detalles, que se eleva hasta niveles extraordinarios gracias a la soberbia fotografía en blanco y negro de Michael Chapman.
Teniendo en cuenta las adscripciones ideológicas del dúo Scorsese-Schrader, católico el primero y calvinista el segundo, no podemos obviar la lectura ético-religiosa del relato en su tránsito desde el infierno del pecado hasta la luz de la redención (la cita bíblica final es muy elocuente al respecto). La progresiva degradación conductual y física de LaMotta, convertido en un animal, encontrará penitencia en la soledad y expiación en el reconocimiento interior de los errores cometidos.
A la excelencia visual de la cinta, hay que sumar una admirable destreza narrativa. Valga de ejemplo el pasaje en el que se alternan combates de LaMotta con filmaciones caseras en color, mostrando de forma paralela la evolución de su vida profesional y privada. Magistral.
La planificación y ejecución de las secuencias de combate, algunas de las cuales aparecen envueltas en un denso y sofocante vapor, es simplemente impresionante. Uno puede sentir con ellas la crudeza de cada golpe y el dolor de cada herida abierta. Un verdadero hito de la técnica cinematográfica.
Robert De Niro, que sometió su cuerpo a una espectacular transformación que incluía engordar veintisiete kilos, realiza una performance excepcional. A su lado también brilla Joe Pesci y no desentona la guapa Cathy Moriarty.
En definitiva, Raging Bull sigue siendo una de las piezas clave del cine norteamericano moderno y la ineludible cumbre del subgénero boxístico junto con Cuerpo y alma (Body and Soul, 1947) de Robert Rossen.
La ví hace tiempo y recuerdo que Robert de Niro estaba impresionante en su papel; pero es que ¿cuando está mal este actor en un papel, aunque la película sea mala? A mí desde luego me gusta mucho; de todas formas, la revisaré de nuevo, para fijarme en todos los detalles que tu apuntas en tu comentario.
ResponderEliminarPreciosa la música que has puesto.
Un abrazo, Ricardo
Hola, selegna:
EliminarBueno, bueno, De Niro es un actorazo como la copa de un pino. Aquí está simplemente brutal. En los últimos años sólo ha realizado bodrios que le ayuden a financiar sus proyectos como director. Está previsto que próximamente vuelva a trabajar a las órdenes de Scorsese en un filme de gángsters. Habrá que estar atentos.
Me alegra que te guste la música que pongo en el blog :).
Un abrazo, simpática.
No soy fan de los filmes de lucha, boxeo y otras lindezas, pero el performance de De Niro,(irreconocible) valio la pena.Pesci esta bien como siempre en sus papeles de matón. Gran pelicula, de mis favoritas, especialmente por esa atmosfera bien lograda con aires de antigua joya de cine en B/N. No he visto la pelicula boxistica que mencionas, si acaso Rocky 1, mas por curiosidad por haberle concedido el Oscar, increible, ¿era para tanto?. Ya que anuncias esa rareza de Pasolini, mejor ni te digo que sensacion me provoco.(disculpa las tildes) Saludos.
ResponderEliminarHola, José:
EliminarA mí no me suele gustar el boxeo, pero como excusa argumental en el cine ha dado un buen puñado de grandes películas. De "Cuerpo y alma" hablaré en breve en el blog. "Rocky" me parece una birria, aunque sus secuelas son aún peores. Que "Rocky" ganase el Oscar y "Toro salvaje" no, dice poco en favor del gusto de los académicos. Supongo que la cinta de Pasolini te produciría la sensación que produce a todo el mundo que la ve. Ya hablaremos de ella cuando toque, que será muy pronto.
Por cierto, no se preocupe usted por las tildes que le entendemos perfectamente :).
Saludos, estimado colega.
Asombrosa la transmormación física de de Niro!! Esto añadido a su gran interpretación han hecho de este personaje un clásico del cine.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Manderly:
EliminarUna transformación en toda regla. La verdad es que De Niro tiene ya varios personajes clásicos e icónicos del cine: el Travis Bickle de "Taxi Driver", el joven Vito Corleone de "El padrino II", el Jake LaMotta de "Toro salvaje", el Max Cady de "El cabo del miedo" (¿Abogado? Abogaaaado, ¿estás ahí abogado? :) )...
Un saludo y gracias por opinar.
El tándem Scorsese-Nicholas Pileggi (Uno de los nuestros, Casino) me gusta, especialmente en el primero de los ejemplos, pero opino que fue aquí, en su colaboración con Schrader, donde nacieron las mejores obras del director italoamericano. Ésta que reseñas me parece magnífica tanto estilísticamente como en el impactante y rico retrato del paranoide personaje al que da vida De Niro.
ResponderEliminarUn cordial saludo, amigo, y trataré de adelantar el visionado de "Cuerpo y alma"; que ya la tenía pendiente desde hace un tiempo.
Hola, Irimiás:
EliminarOpino como tú, de las dos piezas hermanas que son "Uno de los nuestros" y "Casino", me quedo con la primera (probablemente el mejor filme a nivel técnico de Scorsese). Pero por encima de ambas sitúo tanto a "Toro salvaje" como a "Taxi driver", sus dos obras maestras.
Te animo a visiones "Cuerpo y alma", ya que todas las películas de boxeo posteriores, beben de un modo u otro de esa maravilla de Robert Rossen.
Un abrazo.
No sin cierto sonrojo diré que "Toro salvaje" me descolocó bastante la primera vez que la ví. Esperaba un crescendo dramático al estilo de "Rocky" y me encontré con algo muy distinto. Pero el film mejora en cada visionado y es sin duda uno de los títulos mayores de Scorsese. Aunque yo prefiero "Taxi Driver". Saludos.
ResponderEliminarHola, ricard:
EliminarAfortunadamente, ni Scorsese es John Avildsen ni Paul Schrader es Sylvester Stallone :). Supongo que lo que te pasó a ti le pasó a mucha otra gente, teniendo en cuenta la popularidad que adquirió el título anterior. Me cuesta horrores decidirme entre "Taxi driver" y "Toro salvaje"...
Un saludo.
Hola.
ResponderEliminar"Toro salvaje" me parece una película correcta y nada más, no me impresionó, aunque reconozco que el personaje autodestructivo de Jack LaMotta está muy bien configurado. Del dúo sobre la mafia "Uno de los nuestros" y "Casino" me quedo con la segunda. "Taxi driver" me parece la gran obra maestra de Martin Scorsese, ya desde las primeras notas de Bernard Herrmann y la aparición del taxi con el humo de las alcantarillas me atrapa.
Al margen de esto hay una película que me gusta mucho que es "El rey de la comedia" (creo que poco vista) que me parece una auténtica historia de terror, te aseguro que paso miedo y angustia.
"Al límite" y "La última tentación de Cristo" tb. me gustan mucho (tb. creo que poco vistas).
Salu2.
Hola, Fransico:
EliminarYa he dicho anteriormente en este post que me cuesta horroes elegir entre "Taxi driver" y "Toro salvaje". Creo que me quedaría con la primera, aunque la segunda sea técnicamente mejor.
Me sumo a tus reivindicaciones de "El rey de la comedia", "Al límite" y "La última tentación de Cristo".
Un cordial saludo.