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Drácula de Bram Stoker (Dracula, 1992) de Francis Ford Coppola.

"He cruzado océanos de tiempo para encontrarte".

Jonathan Harker (Keanu Reeves) es enviado a Transilvania con el objetivo de cerrar un trato inmobiliario con el misterioso conde Drácula (Gary Oldman), quien queda prendado del retrato de la prometida de su huésped, la joven e ingenua Mina (Winona Ryder), cuyo rostro resulta ser idéntico al de su fallecida esposa.


Coppola dio muestras de su indudable talento por última vez, con esta particular y fascinante revisión de la famosa novela Drácula del irlandés Bram Stoker. En su momento, el filme se vendió como la más fiel de las adaptaciones que hasta entonces se habían realizado de dicha obra. Una afirmación que resulta tan verdadera como falsa, ya que si bien es cierto que en determinados momentos la adaptación es casi literal, asumiendo incluso la estructura epistolar de su precedente literario, no lo es menos que, en cuanto a espíritu, se trata de la versión que más la traiciona. Puesto que la historia de amor que aquí se nos presenta, y que constituye el centro gravitatorio de toda la cinta, no formaba parte, ni por asomo, de la idea original de Stoker. 


Estamos, en cualquier caso, ante una gran película, a pesar de las muchas críticas negativas vertidas sobre ella por parte de renegados del género fantástico; hipnótica y barroca en su puesta en escena e inteligente en sus continuos homenajes al cine y a la historia del cinematógrafo.

El filme se inicia con un impresionante prólogo que plásticamente remite al Kagemusha de Kurosawa, y en donde se nos muestra cómo el personaje de Drácula pasa de combatiente cristiano a ángel caído sediento de sangre tras el suicidio de su enamorada. Al igual que ocurre con la novela, la mejor parte de la obra es la que transcurre en el castillo del conde: un lugar desangelado y tétrico, habitado por sombras y súcubos, que no resulta muy diferente del que aparecía en la obra maestra de Jean Cocteau La Bella y la Bestia (La Belle et la Bête, 1946), y en el que también hallamos reminiscencias del Vampyr de Dreyer (sombras que actúan de forma independiente con respecto a las figuras que las proyectan) y del Nosferatu de Murnau.


Los guiños a la historia y evolución del Séptimo Arte son constantes, con la utilización de sombras chinescas, sobreimpresiones, maquetas o la visita al cinematógrafo filmada con cámaras Pathé de manivela.

Gary Oldman realiza una performance cuasi sobrenatural encabezando un reparto notable; el diseño de producción es espectacular; el vestuario de Eiko Ishioka, con algún toque a lo Klimt, resulta deslumbrante; y la banda sonora del polaco Wojciech Kilar constituye uno de los score más excepcionales de todos los tiempos.

La descuidada narración (a veces la película parece una sucesión de brillantes secuencias a las que falta cierta continuidad) impide la redondez final del producto, aunque otorga al conjunto un halo de ensoñación (por momentos casi alucinógena, como en la llegada del barco de Drácula a Londres) que se adecua perfectamente al carácter sobrenatural de lo que se pretende transmitir. 


4 comentarios:

  1. Leí esta entrada tuya hace ya tiempo pero al verla de nuevo por Facebook no he podido evitar tener que comentártela.
    Me llamó mucho la atención el hecho de que mencionaras esa diferencia tan crucial con respecto a la novela, diferencia que normalmente no se tiene en cuenta (de ahí que tu reseña me gustara especialmente) y que para mi es tan importante.
    No sé si fue a raíz de este film o no que desde entonces han surgido un sinfín de versiones sobre los vampiros (a cada cual peor) que sin darse cuenta se alejan cada vez más de la idea original.
    Y no se trata ya de que haya que ser fiel a una novela sino de ser fiel a la esencia de algo que, aunque pueda ser susceptible de cambios y enfocada de diversas maneras, no debe de perder su seña de identidad.

    Felicidades por la reseña, es genial, y que pases buena noche de Halloween.

    Un saludo enorme!

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    1. Hola, Julia:
      Pues mira, de los filmes sobre vampiros realizados después de éste, salvaría "Entrevista con el vampiro", "Vampiros de John Carpenter" y "Déjame entrar". Todo lo demás sobra. Huelga decir que no soporto la saga "Crepúsculo". Si Stoker, Le Fanu o Polidori levantaran la cabeza... :)
      Que pases tú también una buena noche de Halloween.

      Un saludo y gracias.

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    2. Muchas gracias por tus recomendaciones ^^ Entrevista con el vampiro es la única que he visto aunque no me entusiasmó demasiado. Las demás me las apunto a ver qué tal ;)
      En cuanto a la saga Crepúsculo, opino igual, de hecho era a eso a lo que me refería...

      Te dejo el enlace de un artículo reciente de Pérez-Reverte que viene un poco al caso.

      http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/707/aquel-malvado-y-digno-dracula/#.UIMT4_7xmcI.facebook

      Un saludo!

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    3. Me pasaré a leer el artículo en cuanto pueda :)

      Un saludo.

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